Los expertos de Sanidad proponen vacunar frente a la viruela del mono sólo a los inmunodeprimidos y sanitarios más expuestos ante la falta de dosis
La Comisión de Salud Pública estudiará este jueves la estrategia que se va seguir a la espera de la compra conjunta que coordina la Comisión Europea
La falta de dosis disponibles en España de la vacuna de la compañía Bavarian Nordic frente a la viruela tradicional, la única aprobada en Europa y que también es eficaz frente a la del mono, ha llevado a los expertos de la Ponencia de Vacunas del Ministerio de Sanidad a proponer un uso restrictivo de las 200 unidades que España ha conseguido adquirir de un tercer país no hecho público. Así consta en ...
La falta de dosis disponibles en España de la vacuna de la compañía Bavarian Nordic frente a la viruela tradicional, la única aprobada en Europa y que también es eficaz frente a la del mono, ha llevado a los expertos de la Ponencia de Vacunas del Ministerio de Sanidad a proponer un uso restrictivo de las 200 unidades que España ha conseguido adquirir de un tercer país no hecho público. Así consta en el documento presentado el martes a la Comisión de Salud Pública, que hoy jueves celebrará una nueva reunión en la que previsiblemente aprobará la propuesta.
Los expertos plantean dos escenarios según la disponibilidad de dosis a la espera de que se concrete la compra conjunta a través de la Comisión Europea, que permitirá a España acceder a más viales en las próximas semanas. El primero, que se aplicará en breve, prevé ofrecer la vacunación solo a los contactos estrechos de “alto riesgo”, según han confirmado fuentes sanitarias y ha avanzado la revista Redacción Médica. Se trata de aquellas “personas con inmunosupresión, incluyendo infección con VIH” con unos niveles de linfocitos T por debajo de 200. También se considera de alto riesgo al personal sanitario y de laboratorio que haya estado en contacto cercano con un infectado o sus muestras sin equipos de protección individual (EPI) o haya tenido alguna incidencia en su uso.
En el segundo escenario, con mayor disponibilidad de dosis, la vacunación se ofrecerá más adelante a todos los contactos estrechos, que Sanidad define a aquellas personas que hayan estado a menos de un metro de distancia de un caso positivo en una habitación cerrada, especialmente “convivientes, personal sanitario que ha atendido al paciente y los contactos en el ámbito laboral y social”. Los responsables del rastreo de contactos deberán hacer “especial hincapié en recabar información sobre las personas que hayan podido mantener relaciones sexuales” con el paciente.
También se considerará contacto estrecho a aquellas personas que hayan tenido contacto directo con ropas u otros objetos utilizados por un caso confirmado durante el periodo infeccioso. Este comprende “desde el momento de aparición de los primeros síntomas [fiebre, dolores, cansancio...], que habitualmente precede entre uno y cinco días a la aparición del exantema”, hasta la caída de las costras secas que suceden a las pústulas que se desarrollan en la piel.
La propuesta de la Ponencia de Vacunas llega en un momento en el que los casos confirmados siguen creciendo a un ritmo sostenido cuando se han cumplido tres semanas desde la detección de los primeros casos en España. Sanidad ha informado este miércoles de ocho nuevos diagnósticos, hasta un total de 233. Los casos confirmados reales son más (Madrid ha notificado 250 y hay una treintena en otras comunidades), ya que los ofrecidos por Sanidad tienen que esperar a la confirmación del Centro Nacional de Microbiología.
“Vacunar a entre dos y cuatro contactos por positivo”
El virus de la viruela del mono requiere para transmitirse de un contacto estrecho con las heridas de la erupción cutánea, fluidos corporales o gotas grandes de saliva, por lo que el contagio de una persona durante las actividades diarias habituales es muy difícil.
La Comunidad de Madrid, que tiene a cerca del 90% de los casos detectados en España, calcula que “sería conveniente vacunar a entre dos y cuatro contactos por positivo”, lo que elevaría las necesidades de la región a entre 500 y 1.000 dosis, muchas más de las que España tiene disponibles. La vacuna se utiliza después de la exposición de una persona al virus. Si se administra en los cuatro primeros días, se logra evitar el desarrollo de la enfermedad, aunque si se hace más tarde (hasta los 13 días) se consigue que los síntomas sufridos por el enfermo sean más suaves. La viruela del mono tiene una incubación larga, habitualmente de seis a 14 días, aunque puede llegar a 21. Esto hace que la gran mayoría de los contactos de los casos confirmados aún podrían beneficiarse de su uso.
Un portavoz de la Comunidad ha explicado que “la curva epidemica, segun la fecha de inicio de sintomas, marcó un pico máximo entre los dias 13 y15 de mayo”. A partir de enconces, Madrid sigue “diagnosticando casos de manera sostenida, un numero estable, lo que indica que existen fuentes de exposición (probablemente casos con pocos síntomas no diagnosticados) que transmiten la viruela del mono”-
La Comisión Europea informó este miércoles que aún está tramitando la compra conjunta de las vacunas de Bavarian Nordic, que admite haber recibido una avalancha de peticiones de los países afectados y asegura que está intentando incrementar su producción.
Países como Reino Unido y Francia, que disponían de vacunas antes del brote, han apostado por ahora por ofrecer la vacuna a todos los contactos estrechos, aunque se están encontrando con que no todo el mundo decide ponérsela. Un estudio reciente reveló que “solo el 69% de los trabajadores sanitarios expuestos (169 de 245) y el 14% (15 de 107) de los contactos habían aceptado el 24 mayo la posibilidad de vacunarse”.
Reino Unido es, por delante de España, el país más afectado por el brote, con 321 casos confirmados. Les siguen Portugal (191), Alemania (113) y Canadá (101). La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó este miércoles de que los gobiernos le han comunicado más de 1.000 casos confirmados, en lo que es el mayor brote jamás registrado fuera de los países endémicos del África central y occidental. El director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado de que la “transmisión comunitaria [del virus] ya está en marcha” en algunos países.
Antoni Trilla, jefe de servicio de medicina preventiva del Hospital Clínic (Barcelona), considera que “lo urgente es vacunar a los contactos inmunodeprimidos, que son los de mayor riesgo”. “Afortunadamente, estamos viendo que los casos confirmados hasta ahora están siendo ahora leves y apenas se están produciendo contagios fuera de las prácticas de riesgo. Esto nos da algo de tiempo para utilizar bien las vacunas disponibles, pero deben redoblarse los esfuerzos en el rastreo de contactos, la identificación rápida de los casos y el cumplimiento de los aislamientos para contener el brote”, explica.
Jesús Rodríguez Baño, jefe de servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Virgen de la Macarena (Sevilla), considera que “disponer de dosis suficientes de la vacuna es conveniente para estar preparados ante futuros acontecimientos, aunque por ahora es tranquilizador el hecho de que no esté habiendo apenas casos secundarios [contagios a partir de uno confirmado], lo que descarta que el virus haya mutado y sea más transmisible de lo que conocíamos”.