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Jóvenes y muy bien preparados: así es la generación del relevo en el campo español

Pascual ha puesto en marcha un programa de becas para que los hijos de sus ganaderos se formen en estudios que les permitan continuar con el negocio familiar. Para la compañía burgalesa fijar población en el medio rural constituye un importante reto social, ambiental y territorial

El palentino David Álvarez disfruta una de las 12 becas para alumnos de entre 16 y 23 años concedidas en Castilla y León, Cantabria y Galicia.

Gran parte de los jóvenes escapan del entorno rural al alcanzar la mayoría de edad. Migran hacia las ciudades en busca de alternativas formativas y más oportunidades laborales. Este éxodo provoca que muchos negocios familiares vinculados al sector primario queden huérfanos, con su continuidad comprometida. La situación lleva décadas provocando el envejecimiento de los profesionales dedicados al campo. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, solo el 8,6% de los propietarios de una explotación agrícola o ganadera tiene menos de 40 años.

La España vaciada es la cara más visible del abandono del mundo rural. El 15,9% de la población española (7.538.929 personas) reside en municipios de menos de 30.000 habitantes con una densidad poblacional inferior a 100 habitantes por km². El sector primario es una pieza clave para fijar población y vertebrar estos territorios. También constituye una palanca en la generación de riqueza. El quid es lograr que los jóvenes vean que en el campo tienen tanto (o más) futuro que en la ciudad.

No solo las instituciones públicas están preocupadas por el abandono del agro español, también lo están las compañías relacionadas con el sector primario. Es el caso de Pascual, referente en el sector agroalimentario nacional. “Todas las empresas que trabajamos de primera mano con los ganaderos y los agricultores sabemos que hay un grave problema de la despoblación y de continuidad”, expone Joaquín Lorenzo, director de Compras Agro de la compañía.

Becas para retener el talento rural

Dispuestos a asegurar la perpetuidad de las explotaciones en aquellos territorios que adolecen de una menor capacidad para atraer (y retener) talento joven y cualificado, Pascual ha lanzado un programa de becas destinado a los hijos de los ganaderos con los que colabora. El objetivo es facilitar a las nuevas generaciones el acceso y la permanencia en aquellas enseñanzas regladas que les permitan continuar con el negocio familiar. “Tratamos de contribuir a frenar el fenómeno de la España vaciada, al tiempo que buscamos apoyar a los ganaderos para que sigan teniendo una buena formación, adaptada a estos tiempos”, resume Lorenzo.

En esta primera edición Pascual ha concedido un total de 12 becas para alumnos de entre 16 y 23 años de ganaderías situadas en las comunidades autónomas de Castilla y León, Galicia y Cantabria. “El único requisito es estar cursando o empezar a cursar cualquier carrera técnica o itinerario de formación profesional relacionado con la actividad ganadera. Y expresar el deseo de seguir en la explotación familiar, por supuesto”, aclara el representante de Pascual. La compañía tiene intención de continuar con el programa durante los sucesivos cursos académicos, extendiendo las becas a jóvenes agricultores locales.

Apuesta por el arraigo

David Álvarez y Manuel Osoro son dos de los alumnos becados por Pascual. Álvarez es estudiante de una doble ingeniería, Electricidad e Industrial, y está especializado en proyectos de agricultura de precisión. Colabora en una ganadería familiar creada por su abuelo en Palencia hace más de cinco décadas. Su sueño es darle un nuevo impulso al negocio. “Quedarse en el campo no siempre es la solución más fácil”, asegura. “Se trata de un trabajo duro y sacrificado, pero a la vez muy gratificante. Para mí, que he visto la evolución del negocio familiar desde pequeño, es ilusionante utilizar mi formación para continuar con el proyecto que comenzó mi abuelo”.

Hay todo un trabajo por hacer en el reto de la modernización de las explotaciones ganaderas. Podemos hablar desde digitalización hasta de la implementación de tecnologías limpias. Es una tarea que me apasiona
David Álvarez, alumno becado por Pascual

La familia de Osoro lleva adelante una cuadra de unas 400 cabezas de vacuno de leche en Villacarriedo (Cantabria). Conoce (y entiende) los motivos que llevan a otros jóvenes a irse del pueblo. “La mayoría de la gente opta por salir de aquí para ir a la capital y dedicarse a la industria. Al final, es un trabajo que requiere mucha dedicación y la rentabilidad es inestable”, admite. Sin embargo, tiene claro que quiere dedicarse a la explotación ganadera de su familia. “Yo lo hago por arraigo. Este es el negocio que he conocido desde pequeño, y lo que quiero es quedarme en mi tierra”.

Formación continuada

Pascual entiende la formación no solo como una herramienta para acceder al sector primario, también la considera vital para asegurar la permanencia. El programa de becas se complementa con un plan formativo de alto rendimiento, exclusivo de la compañía, para instruir técnica y empresarialmente a estos jóvenes una vez que se incorporen a los negocios familiares. Como señala Joaquín Lorenzo, “no solo se trata de que continúen con el negocio de sus padres y abuelos, sino de que lo mejoren, lo transformen y lo hagan suyo para devolver riqueza al entorno rural, y para eso es estrictamente necesario apostar por la formación”.

Felipe Gómez (a la izquierda) y su primo Manuel Osoro, junto a algunas cabezas de vacuno de leche en Villacarriedo (Cantabria).

Según los expertos, la industria mecatrónica agraria, la agricultura de precisión, la interconexión con las cadenas de suministro en la Industria 4.0 o el desarrollo de proyectos en viveros son algunas de las disciplinas que transformarán el sector primario en los próximos años. En Pascual liderarán algunos de estos cambios. “Pondremos en marcha todas aquellas iniciativas de gestión que nos permitan tener unas granjas modernas, eficientes y, si es posible, con un relevo generacional. Esto es lo que demandan nuestros ganaderos”, recalca el director de Compras Agro.

Nueva savia para el campo

No hay duda de que la transformación ya está en marcha. Los jóvenes ganaderos becados por Pascual proyectan con optimismo su futuro. “Hay todo un trabajo por hacer en el reto de la modernización de las explotaciones ganaderas. Podemos hablar desde digitalización, para ser más eficientes en todos nuestros procesos, hasta de la implementación de tecnologías limpias con el fin de tener explotaciones más sostenibles. Es una tarea que, a mí, particularmente, me apasiona”, confiesa el palentino David Álvarez.

La mayoría de la gente opta por salir de aquí para ir a la capital y dedicarse a la industria. Al final, es un trabajo que requiere mucha dedicación y la rentabilidad es inestable. Yo lo hago por arraigo
Manuel Osoro, alumno becado por Pascual

Desde Cantabria, Manuel Osorio muestra un rotundo entusiasmo: “Es una transformación que ya se está produciendo. Cada vez somos más eficientes y productivos gracias a la modernización, pero ahora, nuestra generación tiene la oportunidad de impulsar lo que ya construyeron nuestros abuelos gracias a la formación en nuevas técnicas y herramientas”.

Optilácteo, el programa que mejora la rentabilidad de las granjas

El compromiso con los productores locales es parte del ADN de Pascual. “Siempre hemos buscado que la relación con los ganaderos sea muy estrecha. Nos gusta saber qué productos envasamos, qué están comiendo las vacas o cómo están en temas de fertilidad, por poner algún ejemplo”, señala Joaquín Lorenzo. Con esta estrategia, Pascual crea valor en toda la cadena productiva. A través de sus programas de eficiencia productiva mejora la rentabilidad de las granjas: si una ganadería media en España produce 800 toneladas de leche al año, una de Pascual registra 1.496 litros, un 78% más.

El programa Optilácteo representa una excelente muestra del tesón con el que la compañía arandina afronta las mejoras. Es un proyecto innovador que permite conocer, a través de herramientas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), las debilidades y fortalezas de cada granja, ayudando así a los ganaderos a optimizar sus recursos. “El futuro del campo, como el de toda la sociedad, pasa por la digitalización. En nuestro caso esa digitalización permitirá a nuestros ganaderos rentabilizar sus explotaciones utilizando una información precisa y en tiempo real. De lo que se trata es de lograr una mejora en la vida del ganadero, aumentando su bienestar social y familiar”, concluye el director de compras Agro de Pascual.