El joven que denunció una agresión homófoba en Madrid confiesa que no le atacaron encapuchados: “Fue consentido”
El denunciante, de 20 años, dice ahora ante la policía que mintió para conservar a su nueva pareja
Las piezas del puzle no encajaban. Las cámaras de la zona, revisadas por la policía, no habían registrado “nada” que tuviese que ver con los hechos denunciados por la supuesta víctima: que fue agredido por ocho individuos con capuchas blancas en su portal, el pasado domingo por la mañana en el céntrico barrio madrileño de Malasaña, y que allí mismo, en el zaguán, le grabaron a punta de cuchillo la palabra “maricón” en la nalga despué...
Las piezas del puzle no encajaban. Las cámaras de la zona, revisadas por la policía, no habían registrado “nada” que tuviese que ver con los hechos denunciados por la supuesta víctima: que fue agredido por ocho individuos con capuchas blancas en su portal, el pasado domingo por la mañana en el céntrico barrio madrileño de Malasaña, y que allí mismo, en el zaguán, le grabaron a punta de cuchillo la palabra “maricón” en la nalga después de insultarle, y se marcharon. Tampoco los vecinos interrogados por los agentes “oyeron ni vieron nada”, pese a que todo ocurrió presuntamente a plena luz del día. Ni la propietaria del comercio donde la víctima declaró haber estado recordaba haberle visto. Ni un solo testigo de la brutal agresión. Los investigadores de la comisaría de centro, donde el joven de 20 años puso la denuncia, y los de la Brigada Provincial de Información de Madrid trataban de verificar el testimonio ofrecido inicialmente por la víctima sin éxito. Este miércoles, en una segunda declaración “más pausada”, el joven ha cambiado su versión: “Fue consentido, en casa de otra persona con la que mantuve una relación sexual”, ha reconocido ante la policía. Asegura que mintió para mantener a su actual pareja.
El caso desató una oleada de reacciones. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, condenaba en su cuenta de Twitter el “ataque homófobo” y convocaba de urgencia este viernes a la Comisión contra los delitos de odio (reunión que según ha afirmado el ministro del Interior sigue en pie). Fernando Grande-Marlaska clamaba contra la homofobia y llamaba la atención sobre la sucesión de casos registrados en los últimos meses y la peligrosidad de los discursos homófobos. Las asociaciones LGTBI convocaban manifestaciones de protesta, una para esta misma noche. Sin embargo, la segunda declaración del denunciante deja a los investigadores sin caso y podría ser acusado de falso testimonio.
Desde el Ministerio del Interior se enviaba este miércoles tarde un mensaje aclaratorio: “En la tarde de hoy, y gracias al trabajo de la Policía Nacional, el joven que el domingo denunció una agresión en el barrio de Malasaña de Madrid ha decidido rectificar su declaración inicial y ha declarado que las lesiones inicialmente denuncias fueron consentidas. Esta declaración se produce sin perjuicio del desarrollo de las investigaciones y del procedimiento judicial”.
Desde el inicio de la investigación los agentes estaban un poco escamados porque, de entrada, el joven no quería denunciar y fue “arrastrado” por su actual pareja hasta comisaría. Esta aseguró a los agentes que le había contado lo mismo que a ellos tras llegar herido a casa esa mañana, al igual que a su compañero de piso, que también lo confirmó. Pero hasta las 17.00 de la tarde de ese mismo domingo no salieron hacia la comisaría de centro. Por el camino se toparon con un coche patrulla de la policía, lo detuvieron y la presunta víctima contó a los agentes lo que supuestamente le había ocurrido, por lo que le invitaron a poner una denuncia inmediatamente.
Los agentes comenzaron una investigación entonces que no terminaba de ratificar la versión de la víctima. La Fiscalía de delitos de odio y agentes de la correspondiente unidad de la Brigada Provincial de Información de Madrid se sumaron a las pesquisas, sin tampoco dar con indicios que permitieran confirmar los hechos denunciados. Ni sospechosos, ni testigos, ni posibles detenidos, ni indicios, ni tan siquiera las ropas que llevaba en el momento de la supuesta agresión pudieron ser examinadas, ya que dijo que “había lavado tanto los pantalones como la camiseta”. A la vista de contar única y exclusivamente con su testimonio, los investigadores decidieron tomarle una segunda declaración, en la que acabó confesando que mintió.
El ministro de Interior ha dicho este miércoles en LaSexta, después de que el joven reconociese que había mentido, que esta denuncia es “anecdótica” y que no debe servir para banalizar la homofobia. “Si frivolizamos con lo ocurrido mucha gente se va sentir todavía más coaccionada. Esa gente que denuncia quizá [pase a] no denunciar, a quizá pensar que no se la crea. Lo único que pido es que no haya voces irresponsables”, ha añadido.
Los colectivos LGTBI mantienen las protestas
El colectivo LGTBI que había organizado una manifestación este miércoles a las 21.00 en la Puerta del Sol de Madrid, Movimiento Marika Madrid, ha comunicado que mantiene la convocatoria. “¿Sabéis por qué?”, dicen en un comunicado en Instagram: “Porque estos últimos días también ha habido agresiones en Toledo, Melilla, Castellón y Vitoria. Porque a Samuel lo mataron por ser maricón. Porque todes les (sic) que estáis leyendo esto habéis tenido que sufrir la violencia, el acoso, el miedo y el peligro de muerte”.
También el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) mantiene su convocatoria de este sábado en Sol. “El caso de este chico [el caso de Malasaña] ha sido como cuando te pinchan y reaccionas, por lo brutal que parecía. Pero la realidad es que las víctimas están ahí, se producen todos los días, en todas partes. Y por eso tiene sentido mantener la concentración”, explica al teléfono Carmen García de Merlo, presidenta de COGAM, informa Pilar Álvarez. “La mantenemos [la convocatoria] para protestar porque Madrid tiene dos leyes [una ley sobre personas trans y otra genérica del colectivo LGTBI, aprobadas en 2016] que no se cumplen. Y porque no podemos dejar de lado a las víctimas. Mañana podemos ser cualquiera de nosotros”.
Ignacio Paredero, secretario de Organización de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), coincide: “El aumento de casos sigue estando ahí, aunque el de Malasaña sea falso. Eso no borra el número de delitos que hay, ni los que se han sucedido además a lo largo de estos días. Casos como este por supuesto que nos hacen daño. Va a haber gente que intente aprovechar para decir que los delitos de odio no son ciertos, pero ha habido un crecimiento de casos y desde el asesinato de Samuel Luiz [el joven asesinado en A Coruña en julio al grito de ‘maricón de mierda’] hay miedo en el colectivo”.
Aumento de agresiones
Las estadísticas del Ministerio del Interior reflejan que, en los seis primeros meses de este año, Policía y Guardia Civil recibieron 610 denuncias por infracciones relacionadas con delitos de odio, un 9,3% más que en el mismo periodo en 2019, cuando se contabilizaron 558 sucesos, cifra que hasta ahora marcaba el máximo desde que, en 2014, se iniciaron las estadísticas específicas sobre delitos de odio. Así lo contó a finales de julio el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la presentación de la estrategia de la Oficina Nacional contra los Delitos de Odio para el próximo trienio. Una reciente encuesta de Interior señala que solo una de cada 10 personas que sufren un delito de odio lo denuncia ante la Policía. En 2020 se contabilizaron 1.401 denuncias por delitos de odio, un 17,9% menos que en 2019, cuando se conocieron 1.706 casos. Estos delitos han aumentado casi de forma continuada año tras año desde 2003. En Interior achacaban en parte a la pandemia el descenso de 2020 respecto a 2019.
José María Núñez Blanco, presidente de la Fundación Triángulo, fundada en 1996 para conseguir la igualdad de derechos políticos y sociales para gais, lesbianas, bisexuales y trans, afirma: “Los datos son contundentes. Una denuncia falsa no quita que haya miles que son reales. Esto nos hace muchísimo daño. Por la característica del hecho denunciado y por la aparente brutalidad había tomado mucha relevancia”, admite. Pero añade que se está viviendo un repunte de casos “tanto en ciudades como en pueblos” y que, entre las razones, “está el aumento de los discursos de odio”.