Un juzgado de Valladolid condena a un cura a tres años de cárcel por abuso sexual y ciberacoso a una menor
El religioso le envió vídeos masturbándose y trató de tener encuentros íntimos con la niña, de 13 años
La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado al cura Óliver Fernández, de 40 años, a tres años de prisión por abuso sexual y ciberacoso a una menor. El religioso le envió vídeos sexuales a la niña, de 13 años, e intentó quedar con ella en privado para mantener relaciones. La Fiscalía reclamaba cuatro años de prisión para el párroco de Las Angustias (Valladolid), mientras que la defensa de este pedía su absolución. La resolución judicial permite que el religioso eleve un recurso de apelación al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. La archidiócesis ha lamentado lo ocurrido y h...
La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado al cura Óliver Fernández, de 40 años, a tres años de prisión por abuso sexual y ciberacoso a una menor. El religioso le envió vídeos sexuales a la niña, de 13 años, e intentó quedar con ella en privado para mantener relaciones. La Fiscalía reclamaba cuatro años de prisión para el párroco de Las Angustias (Valladolid), mientras que la defensa de este pedía su absolución. La resolución judicial permite que el religioso eleve un recurso de apelación al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. La archidiócesis ha lamentado lo ocurrido y ha pedido perdón por ello. Fernández tampoco podrá, cuando salga de la cárcel, aproximarse a la menor ni trabajar con menores en un plazo de cinco años. Asimismo, se le prohíben las actividades que puedan “facilitarle la ocasión” de cometer delitos similares y deberá asistir a un curso de educación sexual.
La sesión, que se celebró el pasado 1 de febrero, giró en torno a la relación que mantenía el adulto con la adolescente en enero de 2020, cuando fue finalmente detenido tras varios días de diálogos sexuales con la chica. Fernández, quien no respondió a las preguntas de la fiscal, sostuvo ante el interrogatorio de su abogado que sí existió “un juego de carácter sexual”, pero intentó que la responsabilidad cayera sobre la niña, reiterando que era ella quien llevaba la iniciativa de estas conversaciones de alto contenido erótico en el que él le solicitaba a ella imágenes sexuales o le hacía preguntas y comentarios obscenos. La niña era hija de una indigente rumana que mendigaba delante del templo donde oficiaba la misa Fernández, que en 2010 también se sentó ante la justicia acusado de realizar comentarios subidos de tono a menores cuando ejercía en la iglesia de Zaratán (Valladolid), pero fue absuelto. El cura también acusó a la madre y a la tía de la chica, todas en paradero desconocido, de urdir un “chantaje” para extorsionarle una vez consiguieran un vídeo sexual suyo, en el que se le viera el rostro, y pedirle dinero para comprarse una casa en Rumanía a cambio de no denunciar. El móvil que utilizaba la niña pertenecía a su madre, pero esta, con un escaso nivel de castellano, no lo usaba.
Las mujeres, que acudieron a la comisaría el 10 de enero de 2020, finalmente no denunciaron, pero la Fiscalía actuó de oficio una vez conoció los detalles de lo ocurrido. La fiscal se refirió a él como un “depredador” que aprovechaba su situación de poder para intentar aprovecharse de una niña “que comía pan y leche” a base de regalos como un chándal o un móvil y así ir consiguiendo su confianza a la par que elevaba la carga sexual de los mensajes que le remitía. Además, le pedía fotos en ropa interior, desnuda o masturbándose e intentó concertar encuentros en el cine, en los probadores de tiendas de ropa o en casa de la adolescente, si bien esta siempre se negó. Los contenidos más controvertidos fueron dos vídeos en los que el párroco aparecía masturbándose. En el último de ellos, que le envió el 1 de enero de 2021, se le veía perfectamente el rostro, un factor que facilitó a los agentes reconocer al acusado para arrestarlo finalmente el 10 de enero.
Uno de los episodios que ha valorado la sentencia para considerar probado el abuso sexual cometido por el adulto ocurrió el 2 de enero de 2020. Entonces, Fernández coincidió con la chica y con su madre ante el templo y, en un momento de despiste de la mujer, le tocó el culo a la joven. El párroco admitió en la sala que rozó las nalgas de la adolescente, que cursaba entonces primero de la ESO, pero lo hizo “en un gesto normal, de despedida, sin ánimos lúbricos” y totalmente fortuito, pues en cuanto notó que la mano estaba “donde no debía estar”, la apartó. Sin embargo, el rastreo de las conversaciones evidencia que había intencionalidad en este acto, pues el cura le preguntó a la menor qué había sentido con este tocamiento y le confesó que ojalá hubiera podido hacerlo “sin disimular”.
La archidiócesis de Valladolid, cuyo arzobispo es Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española durante nueve años y hombre de confianza del papa Francisco, ha condenado los actos del sacerdote, ha pedido perdón por ellos y ha expresado su “vergüenza y escándalo”. La entidad religiosa ha precisado que el presbítero sigue suspendido por estos hechos y que agrega la sentencia al contenido de la investigación canónica que se enviará al Vaticano.