Ángel Benito, precursor del estudio de la comunicación
Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense durante su época de mayor desarrollo
Cuando a principios de los setenta el periodismo, la publicidad y el audiovisual pasaron de las escuelas a la Universidad, el debate entre los profesionales iba del si era necesario al si se daría el nivel académico requerido. Para contrarrestar cualquier crítica, primero se colocó la palabra “Ciencias” junto a “Información”. Después se elaboró un currículo abultado en asignaturas clásicas como Literatura, Historia, Lingüística… Pero la carga de la prueba iba a estar sobre los hombros de un profesorado captado en otras facultades y escuelas que debía dar la talla ante un alumnado que quería ej...
Cuando a principios de los setenta el periodismo, la publicidad y el audiovisual pasaron de las escuelas a la Universidad, el debate entre los profesionales iba del si era necesario al si se daría el nivel académico requerido. Para contrarrestar cualquier crítica, primero se colocó la palabra “Ciencias” junto a “Información”. Después se elaboró un currículo abultado en asignaturas clásicas como Literatura, Historia, Lingüística… Pero la carga de la prueba iba a estar sobre los hombros de un profesorado captado en otras facultades y escuelas que debía dar la talla ante un alumnado que quería ejercer una profesión y, a la vez, ante unos colegas universitarios que iban a mirar con lupa a los advenedizos.
Ángel Benito Jaén, sevillano pasado por la Universidad de Navarra, fallecido el viernes en Madrid a los 91 años, era un hombre circunspecto, de aire profesoral. Fui su alumno en la primera promoción de la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid y testigo de la altura profesoral y del aire científico que imbuyó desde el inicio a esa nueva asignatura denominada Teoría General de la Información. No había manual disponible, y los apuntes del profesor Benito, tirados en una vietnamita y encuadernados con tapas naranjas, se convirtieron en una biblia para los que descubríamos que el periodismo y otras hierbas se encuadraban en un marco más amplio y ya muy elaborado de estudios sobre la información o la comunicación.
Formado en Filosofía y Letras, llegó a la Universidad de Navarra para ser profesor y fundar y dirigir (1959-1971) el Instituto de Periodismo, del que salieron algunos de los principales estudiosos de estas materias de la época, ligados en general al Opus. Fue el primer centro avanzado de estudios de la materia, que se adelantó 13 años a las facultades y del que salieron otros grandes profesores, como Ángel Faus, Alfonso Nieto o José María Desantes.
Su investigación académica le llevó a la Universidad Libre de Berlín, donde fue alumno de Emil Dovifat, y al Instituto de Publicismo de Roma, con Francesco Fattorello. Ángel sabía lo que pasaba en el mundo y fue el gran diseminador de las teorías de McLuhan en España. Aquellos conceptos de aldea global, el medio es el mensaje... fueron parte de la nueva concepción científica de los medios y su influjo social.
Profesor en Madrid y Navarra, obtuvo la cátedra en Barcelona, pero volvería a la Complutense, donde sería decano de la Facultad de Ciencias de la Información en su época de mayor desarrollo (1981-1990).
Puso un gran empeño en la investigación científica y profesional del profesorado. En el año 2000, fue nombrado profesor emérito.
Dirigió el Diccionario de ciencias y técnicas de la comunicación (1991), y entre sus publicaciones figuran Introducción a la teoría general de la información (1973), La comunicación social (1978), La socialización del poder de informar (1978), Ecología de la comunicación de masas (1988), La invención de la actualidad (1995) y Diccionario de periodismo (2001).
Javier Martín-Domínguez es presidente del Club Internacional de Prensa.