Prisión provisional sin fianza para los cuatro detenidos por la supuesta violación grupal a una chica de 14 años
El juez los acusa de agresión sexual, abuso y omisión del deber de impedir delitos por los hechos que tuvieron lugar en la fiesta de cumpleaños de una amiga de la víctima en un pueblo de Valencia
Una chica de 14 años acudió a la fiesta de cumpleaños de una amiga organizada el sábado de la pasada semana en un paraje alejado tres kilómetros del núcleo de un pueblo del interior de Valencia. Participaron en ella entre 15 y 20 jóvenes de la localidad y de la comarca, la mayoría de entre 18 y 25 años, aunque también había otros menores. Se consumió alcohol y posiblemente sustancias estupefacientes, según está investigando la Guardia C...
Una chica de 14 años acudió a la fiesta de cumpleaños de una amiga organizada el sábado de la pasada semana en un paraje alejado tres kilómetros del núcleo de un pueblo del interior de Valencia. Participaron en ella entre 15 y 20 jóvenes de la localidad y de la comarca, la mayoría de entre 18 y 25 años, aunque también había otros menores. Se consumió alcohol y posiblemente sustancias estupefacientes, según está investigando la Guardia Civil. La fiesta se alargó hasta entrada la madrugada. Entonces, algunos de los jóvenes forzaron y violaron a la chica, mientras al menos otro presenciaba la agresión y, aunque no participó, tampoco hizo nada para impedirla.
Así se desprende de la denuncia que la menor, en compañía de familiares, interpuso y de lo que ha trascendido de la investigación de la Guardia Civil. Los agentes destinados de Xàtiva habían detenido hasta el viernes a seis personas, si bien no descartan realizar nuevos arrestos. También requisaron los móviles para comprobar si había alguna grabación. La víctima está bajo tratamiento psicológico.
Este sábado, el juez ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para los cuatro detenidos que han declarado ante el titular del juzgado de Instrucción número 1 de Ontinyent. La localidad donde aconteció la agresión y que EL PAÍS no cita por su nombre para intentar preservar la identidad de la menor pertenece a esa partida judicial. Se les acusa de los delitos de agresión sexual a la menor, abuso sexual y omisión del deber de impedir delitos, sin perjuicio de ulterior calificación. Otro de los arrestados inicialmente quedó en libertad acusado del delito de omisión de socorro y de no evitar la comisión de un delito. El sexto, al ser menor de edad, ha pasado a la Fiscalía de Menores, y ha quedado también en libertad con cargos, según publica el diario Levante EMV. Este chico era amigo de la víctima.
La Guardia Civil trasladó a los cuatro detenidos desde sus calabozos de Canals y Xàtiva hasta Ontinyent, donde esperaban algunos amigos y familiares, que profirieron algunos gritos en búlgaro cuando salieron esposados los dos primeros de los coches patrulla. Un par de horas más tarde, ya se había concentrado más gente, la mayoría vecinos de la localidad, para increpar a los dos detenidos que faltaban por llegar. Portaban pancartas con lemas feministas escritos en valenciano y denunciando la agresión machista.
Los detenidos son de origen búlgaro, una comunidad instalada en la comarca de La Vall d’Albaida de Valencia desde hace años y que se dedica en su mayoría al trabajo en el campo. El pueblo donde sucedió la agresión cuenta con una iglesia ortodoxa búlgara y varios establecimientos que son fáciles de identificar por el uso del alfabeto cirílico. En uno de los bares, dos jóvenes comentaban que habían oído hablar de la agresión en la televisión el día anterior y aseguraban que no conocían a los detenidos. “¿Por qué los tenemos que conocer? Somos muchos y no tenemos por qué conocerlos. Sean quienes sean, que paguen ante la justicia”, dijo uno de ellos. Dentro del bar, el encargado prepara un plato mientras responde al periodista. “No son todos de aquí, hay de varios pueblos”, apuntó sobre los detenidos.
La mayoría de los vecinos del pueblo consultados conocieron la agresión el viernes por la tarde o noche, cuando saltó a los medios de comunicación. En un corro, un hombre de avanzada edad sostenía que él no es políticamente correcto y que “la culpa de la violación la tienen los extranjeros”. Dos de sus amigos le objetaron de inmediato recordando el origen español de los condenados en el caso de La Manada de Pamplona.
En el centro del pueblo, otro vecino lamentaba los hechos e incidía en la juventud de los presuntos agresores: “Luego nos llaman machistas a los de nuestra generación”. Y pedía respeto para la familia de la víctima, que este sábado se sintió molesta por la atención en torno a su casa.