El espectáculo de las olas fosforescentes en las playas de San Diego
Un raro fenómeno natural provoca reflejos azules en las playas del sur de California
Las imágenes en las redes sociales eran tan espectaculares que la primera pregunta era si se trataba de un montaje. Delfines jugando con las olas y dejando un rastro fosforescente azul intenso. Una barrera fosforito azul cruzando las playas de San Diego de lado a lado al romper las olas. No están manipuladas. Se trata de un fenómeno natural provocado por microorganismos en el agua.
El fenómeno es muy raro de observar. Lo provoca un tipo de plancton bioluminiscente que ha invadido las playas del s...
Las imágenes en las redes sociales eran tan espectaculares que la primera pregunta era si se trataba de un montaje. Delfines jugando con las olas y dejando un rastro fosforescente azul intenso. Una barrera fosforito azul cruzando las playas de San Diego de lado a lado al romper las olas. No están manipuladas. Se trata de un fenómeno natural provocado por microorganismos en el agua.
El fenómeno es muy raro de observar. Lo provoca un tipo de plancton bioluminiscente que ha invadido las playas del sur de California. Por el día, provoca lo que se llama una marea roja, por el color del agua. Por la noche, la bioluminiscencia de este tipo de plancton provoca una luz azul neón al remover el agua. Ese es el efecto que se ve en espectaculares vídeos de aficionados practicando surf o siguiendo a los delfines por la costa.
Las playas de California están en principio cerradas al público por la crisis del coronavirus. Las que han abierto este fin de semana lo han hecho no sin cierta intencionalidad política para llevar la contraria al Gobierno demócrata del Estado. Estos días las temperaturas en el sur de California se acercan a los 30 grados, en la primera ola de calor del año. La visita a las playas por el día ha escandalizado a muchos. Pero por la noche, los habitantes de los condados al sur de Los Ángeles tenían una buena razón para acercarse a la orilla. La última vez que el fenómeno se vio en los condados de San Diego y Orange, al sur de Los Ángeles, fue en 2018.