Brasil endurece la lucha contra el coronavirus en Río de Janeiro y São Paulo
El Ministerio de Sanidad estima que si no se llevan a cabo acciones de distanciamiento social, los casos pueden duplicarse cada tres días
El Gobierno brasileño, aunque a un nivel menos enérgico que otros países, subió el viernes el tono en su lucha contra el coronavirus. Ha recomendado a alcaldes y gobernadores adoptar medidas más duras de distanciamiento social para frenar los contagios de la covid-19. Sin esas acciones, las autoridades sanitarias calculan que el número de infectados podría duplicarse cada tres días, lo que aumentaría rápidamente los casos que pueden derivar en cuadros graves y sobrecargarían el sistema sanitario. De momento, solo 12 de los 98 casos ...
El Gobierno brasileño, aunque a un nivel menos enérgico que otros países, subió el viernes el tono en su lucha contra el coronavirus. Ha recomendado a alcaldes y gobernadores adoptar medidas más duras de distanciamiento social para frenar los contagios de la covid-19. Sin esas acciones, las autoridades sanitarias calculan que el número de infectados podría duplicarse cada tres días, lo que aumentaría rápidamente los casos que pueden derivar en cuadros graves y sobrecargarían el sistema sanitario. De momento, solo 12 de los 98 casos confirmados están en hospitales y el sistema público de salud está atendiendo la demanda. En São Paulo y Río de Janeiro ya hay casos de transmisión local, lo que significa que ya no se puede identificar el origen de la infección y que los contagios son más rápidos. En Río, las clases serán suspendidas la semana que viene. En São Paulo, donde el Gobierno local proyecta que al menos un 1% de la población (460.000 personas) podría estar infectada los próximos meses (aunque buena parte de forma asintomática), los paros serán graduales. En ambos se prohíbe o restringe la realización de actos multitudinarios.
El Gobierno estima que, cada tres días, la cifra de casos de infectados puede duplicarse si no se toman estas medidas, aunque reconoce que cada municipio tendrá una curva epidemiológica diferenciada de acuerdo al inicio de la transmisión local. A ello se deben las acciones de restricción más pulverizadas por parte de las gestiones locales. “Brasil es muy grande y tenemos diferencias sustanciales. Las medidas no farmacológicas son recomendaciones. Ya no estamos orientando, estamos recomendando. Todavía no hemos llegado a la fase de determinación”, ha ponderado el secretario de Vigilancia Sanitaria, Wanderson de Oliveira.
En el ámbito federal, la acción más enérgica ha sido prohibir cruceros turísticos por tiempo indefinido. Y establecer reglas más claras sobre cuál es el momento adecuado para que alcaldes y gobernadores decreten cuarentena en zonas específicas con el objetivo de retrasar el pico de transmisión de la enfermedad. La indicación es que los gestores locales dicten disposiciones para aislar áreas cuando las camas de hospital disponibles para los casos graves de la enfermedad alcancen el 80% de ocupación La idea es ganar tiempo para la recuperación del sistema sanitario en un contexto en el que los pacientes graves permanecen más tiempo en las unidades de cuidados intensivos. Este viernes hubo un cambio en el estado de enfrentamiento de la enfermedad. Si, antes, el Gobierno solo indicaba este tipo de acción más restrictiva, ahora ha pasado a recomendarlas y ha adelantado que en cualquier momento puede determinar medidas obligatorias, dependiendo de cómo evolucione la pandemia. En las dos ciudades más grandes de Brasil, São Paulo y Río de Janeiro, esta fase definitivamente ya ha llegado.
El Gobierno de São Paulo, estado que lidera el número de casos de la enfermedad, ha recomendado que se cancelen los eventos de más de 500 personas. También ha decidido suspender gradualmente las clases en los colegios públicos a partir del próximo lunes. Durante la semana que viene seguirá habiendo clases, pero no se computarán las faltas. Se busca que las familias tengan tiempo de planificarse y evitar que los niños estén en contacto con personas de edad avanzada, público de mayor riesgo de sufrir complicaciones en caso de infección. Además, los profesionales sanitarios no tendrán vacaciones, una forma de mantener operante el sistema de salud y con la mayor capacidad posible. El estado más poblado del país, con 46 millones de habitantes, usa la experiencia epidemiológica de otros países con la covid-19, además de las cifras de epidemias respiratorias con otros virus, para trazar escenarios. El más conservador de ellos es el de que entre un 1% y un 10% de la población estará infectada, y un 20% de ese porcentaje necesitará asistencia médica hospitalaria. “Los escenarios son estimaciones. Puede que sea un 1%, un 2%, un 5% o un 10%. Hay un hecho nuevo que tenemos que aprender: cómo se comportará ese virus en un país tropical en verano. Dentro de poco, estaremos en otoño. No puedo decir a día de hoy si será un 1% o un 10%”, dijo David Uip, coordinador del combate de la enfermedad en el estado, al diario O Estado de S. Paulo.
Río de Janeiro, que cuenta con uno de los sistemas de salud más frágiles, según el ministro Luiz Henrique Mandetta, también decidió suspender las clases en los centros públicos y particulares. El alcalde Marcelo Crivella ha cancelado las clases en la red municipal durante una semana, mientras que el gobernador Wilson Witzel decidió anticipar las vacaciones escolares y suspender las clases en los colegios estatales y privados durante 15 días. También prohibió eventos multitudinarios e hizo una declaración controvertida, al afirmar que, de haber grandes aglomeraciones en las playas, la Policía Militar podría intervenir. “Aunque las playas sean áreas federales, en una situación como esta la Policía Militar, los bomberos y la guardia municipal pueden actuar”, manifestó. Witzel también suspendió las visitas a los presos.
El Distrito Federal también determinó varias acciones de distanciamiento social los últimos días, aunque todavía no haya ningún caso de transmisión sostenida de la enfermedad. En algunos estados, los Gobiernos empiezan a limitar actividades en organismos públicos y a evitar los viajes de trabajo de los funcionarios. Ceará y Pernambuco han decidido, por ejemplo, prohibir que los cruceros turísticos que están navegando atraquen en sus territorios después de que el Gobierno Federal prohibiera que zarparan nuevos cruceros (tanto nacionales como internacionales) en el país. “Los cruceros turísticos, históricamente, son ambientes de confinamiento. En muchos de ellos hay turistas internacionales”, afirma Wanderson de Oliveira, citando el caso dramático de Japón. En Brasil, hay al menos dos casos sospechosos de un crucero en Pernambuco, cuyos turistas permanecen aislados.
Hay recomendaciones generales del Ministerio de Salud sobre las medidas que han de implantarse para frenar el coronavirus, pero son los estados y los municipios los encargados de decidir sus propias acciones, conforme a sus especificidades. Para las áreas de transmisión sostenida, el Gobierno Federal recomienda acciones que incluyen reducir el flujo urbano con horarios alternativos para los trabajadores, fomentar el teletrabajo, y el seguimiento diario de la ocupación de camas de cuidados intensivos. Hay una mayor preocupación sobre la evolución del coronavirus en el país por la llegada del otoño el próximo jueves, cuando las temperaturas bajan en diversas zonas del país y también vuelven las infecciones virales estacionales que ya circulaban anteriormente en Brasil. Este cambio de clima interferirá en la propagación del virus, dado que favorece que se produzcan mayores aglomeraciones de personas.