“La niña de Rajoy’ ha sido memorable por increíble”

Este entrenador de líderes políticos cree que el Papa es el “más comprensible”

De Marta: “No preparo a políticos si sus cuentas no son claras”.Alvaro Garcia

El hombre que prepara a políticos y empresarios en el arte de hablar y comunicar con eficacia ante el público fue un niño tímido. Yago de Marta dice que no se aislaba de los demás, pero que no le gustaba “la exposición”. Los nervios le invadían y se negaba, por ejemplo, a participar en las obras de teatro del colegio. No se imaginaba entonces que se ganaría la vida dando cursos, conferencias y entrenamientos personales a potenciales líderes iberoamericanos.

“Preparo a unas 200 personas al año para que sean capaces de meterse en el cerebro de la gente que tienen delante. Para que sean co...

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El hombre que prepara a políticos y empresarios en el arte de hablar y comunicar con eficacia ante el público fue un niño tímido. Yago de Marta dice que no se aislaba de los demás, pero que no le gustaba “la exposición”. Los nervios le invadían y se negaba, por ejemplo, a participar en las obras de teatro del colegio. No se imaginaba entonces que se ganaría la vida dando cursos, conferencias y entrenamientos personales a potenciales líderes iberoamericanos.

“Preparo a unas 200 personas al año para que sean capaces de meterse en el cerebro de la gente que tienen delante. Para que sean comprensibles, creíbles y memorables, que son las tres características de un buen orador. Para que cuando el público llegue a casa, después de escucharles, siga pensando en ellos”, asevera mientras sujeta con firmeza la taza de su café cortado y clava la mirada en su interlocutor.

De Marta no da detalles de sus clientes (“todos esperan de mí la máxima discreción”), pero asegura que entre ellos se encuentran actuales presidentes de América Latina y un puñado de los hombres más ricos de la región. “Me enfoco en los discursos porque son el motor que sostiene las estrategias electorales o de negocios y los que dan la credibilidad necesaria”.

Hay quien utiliza sus discursos, ya se sabe, para favorecer intereses personales o partidistas y no para el bien común. Así que, ¿cuáles son los límites éticos, morales y profesionales de quien ayuda a prepararlos? “Soy consciente de la responsabilidad que implica mi trabajo”, responde al instante. “Me he negado a entrenar a muchos al ver que no tienen objetivos claros o cuando la financiación de su campaña no es clara. Trabajo con alguien si su proyecto me ilusiona y pienso que sirve para mejorar la sociedad”.

Yago de Marta tiene 36 años y un ritmo laboral frenético — “antes de ayer estaba en Bogotá, ayer en México DF y hoy en Madrid”—. Poco después de cumplir 20 años le llegó su primer cliente importante, y desde entonces no ha parado. Tampoco deja de estudiar. Lleva en su equipaje libros sobre “psicología, entrenamiento deportivo y hasta de adiestramiento de perros”. Analiza montones de vídeos de líderes internacionales y para él, ahora mismo, “el más comprensible, creíble y memorable” es el papa Francisco. “Porque ha conseguido simplificar un mensaje que, durante muchos años, otros habían hecho complejo. Porque es muy próximo a la gente y habla con un alto grado de sentimiento. Y la gente habla de él. Tiene cualidades innatas de líder, sin duda. Pero también un plan. Si no tuviese un plan, sería un irresponsable. Su alcance es mundial y es fundamental planear la comunicación”.

En España ve políticos memorables. “Pero memorables… por desgracia”, aclara. “Es que en política no siempre llegan arriba los que mejor comunican, sino los que mejor se mueven dentro de la estructura. Todos recordamos el ‘puedo prometer y prometo’ de Suárez y a ‘la niña de Rajoy’. Pero la diferencia es que la primera frase ha sido memorable por creíble y la segunda por increíble”.

Yago de Marta también ha sido campeón y subcampeón de los Mundiales de Debate en Español y, en un país con exceso de tertulias gritonas, percibe “más confrontación que conclusiones conjuntas. Para tener un debate horizontal habría que discutir como iguales y tener en cuenta la opinión del que tenemos enfrente”, dice sin ningún rastro de timidez.

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