En busca del buen samaritano de Braunschweig

El misterioso donante ha entregado más de 190.000 euros en metálico

Un personaje misterioso se ha convertido en el benefactor anónimo de las personas en apuros residentes en una ciudad de Sajonia, a medio camino entre Hannover y Berlin. Desde hace varios meses, el enigmático samaritano ha repartido 190.000 euros en metálico: a los destinatarios les caído como llovido del cielo un dinero que, de pronto, ha resuelto parte de sus agobios y problemas.

El pastor Hans-Jürgen Kopkow, de la iglesia San Markus-Gemeinde, salió en las páginas del periódico local Braunschweiger Zeitung sol...

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Un personaje misterioso se ha convertido en el benefactor anónimo de las personas en apuros residentes en una ciudad de Sajonia, a medio camino entre Hannover y Berlin. Desde hace varios meses, el enigmático samaritano ha repartido 190.000 euros en metálico: a los destinatarios les caído como llovido del cielo un dinero que, de pronto, ha resuelto parte de sus agobios y problemas.

El pastor Hans-Jürgen Kopkow, de la iglesia San Markus-Gemeinde, salió en las páginas del periódico local Braunschweiger Zeitung solicitando ayuda ciudadana para poder reformar parte del claustro del templo. Unos días más tarde, el pastor recibió un sobre blanco que contenía los euros suficientes para afrontar las obras. Un dinero que fue como un maná para él.

Su método siempre es el mismo: un gran sobre blanco, sin remitente, que contiene alrededor de 10.000 euros

Esta ciudad del este de la Sajonia alemana lleva meses viviendo su peculiar cuento de hadas. Hay alguien, un desconocido, un donante secreto, que ha repartido miles de euros aleatoriamente en sobres que deja en el rellano de las puertas de los más necesitados. La mayoría de los beneficiarios son personas que habían denunciado su caso en el periódico de Braunschweiger.

Su método siempre es el mismo: un gran sobre blanco, sin remitente, que contiene alrededor de 10.000 euros y un recorte del diario donde viene denunciado el caso del destinatario del regalo. Uno de los agraciados por esta misteriosa generosidad ha sido el hospicio de Las Puertas del Alba. Según el director de este centro, Michael Knobel, fue un interno quien encontró la misiva, bajo el felpudo, cuando sacaba a la calle un cubo de basura. “Esperó a abrir la carta con el resto de sus compañeros y cuál fue su sorpresa cuando se encontró con los billetes que nos permiten crear una sala de formación para el personal”, ha explicado Knobel. “¡Todavía no nos lo podemos creer!” comenta alborozado.

Esta residencia no ha sido la única agraciada por la caridad de este anónimo donante, sino también un niño con una severa discapacidad, que precisaba ayuda sanitaria urgente, desahuciados, desempleados y guarderías de la zona.

Pero Braunschweig no es la única ciudad donde se ha producido un fenómeno tan insólito. En Helmstedt, al sur de Sajonia, a 45 kilómetros de distancia, hay otra persona -¿o tal vez la misma?- que anda repartiendo dinero entre los necesitados. El martes pasado, el pastor de la iglesia de san Cristóbal encontró en el buzón del templo una donación anónima de 3.000 euros.

Nadie les conoce, nadie sabe por qué actúan así, nadie ha visto a estos misteriosos benefactores y así lo prefieren porque optan por seguir pensando que, incluso en tiempos de crisis, aun existen cuentos con final feliz.

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