Los colegios sanitarios llaman a los profesionales a vacunarse de la gripe

"Tranquilidad y normalidad" en los centros de salud del País Vasco

El primer día de vacunación contra la gripe A (H1N1) en España transcurrió en medio de una inusual sincronización de los servicios sanitarios de las 17 comunidades autónomas, con escasa afluencia de pacientes de riesgo en los ambulatorios y muchas preguntas y dudas sobre una vacuna que llega en uno de los momentos álgidos de la epidemia. Tranquilidad y normalidad fueron las palabras más empleadas ayer entre los profesionales sanitarios y el Departamento de Sanidad en Euskadi.

Los interrogantes sobre la seguridad y eficiencia de esta vacuna asaltan incluso al personal médico y de enferme...

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El primer día de vacunación contra la gripe A (H1N1) en España transcurrió en medio de una inusual sincronización de los servicios sanitarios de las 17 comunidades autónomas, con escasa afluencia de pacientes de riesgo en los ambulatorios y muchas preguntas y dudas sobre una vacuna que llega en uno de los momentos álgidos de la epidemia. Tranquilidad y normalidad fueron las palabras más empleadas ayer entre los profesionales sanitarios y el Departamento de Sanidad en Euskadi.

Los interrogantes sobre la seguridad y eficiencia de esta vacuna asaltan incluso al personal médico y de enfermería, cuyos colegios profesionales se vieron obligados ayer a lanzar un doble mensaje: uno de tinte tranquilizador en defensa de la protección y otro un unánime llamamiento al personal sanitario a vacunarse pese a las reticencias expresadas por este colectivo.

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Las primeras dosis ?se calcula que se utilizarán en esta primera ronda 10 millones del total de 37 adquiridos a la industria farmacéutica? se empezaron a administrar a los denominados grupos diana o de riesgo: enfermos crónicos, personal sanitario y trabajadores de servicios esenciales como policías, bomberos y funcionarios de prisiones. Todos ellos de forma voluntaria, pues ninguna vacuna es de carácter obligatorio. Si la inmunización para los pacientes crónicos persigue minimizar la afección en caso de contraer la gripe A, la vacunación de médicos y enfermeros pretende evitar, principalmente, que no sean fuente de contagio. De ahí que los colegios profesionales de los trabajadores sanitarios y también los sindicatos insistieran ayer en la necesidad de inmunizarse contra la pandemia. Y es que ni siquiera el 35% de los facultativos se han protegido este año de la gripe estacional, que tiene una tasa de contagio mucho menor que la del H1N1.

"Los médicos se deben vacunar contra la gripe A, no porque sean un grupo de riesgo, sino porque ellos pueden constituir un grupo de riesgo para otros. Por esta razón, los médicos que vean pacientes tienen que vacunarse, como siempre, porque lo dice la autoridad sanitaria", subrayó Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médico Colegial.

En el País Vasco, la jornada de ayer transcurrió sin largas esperas y sin alarmismo, algunos incluso se extrañaron de la calma en los centros de salud: "¿No va a venir nadie más?", se preguntaba un hombre en un ambulatorio de Vitoria, informa Ania Elorza.

El centro de salud de Basurto, por ejemplo, suministró 35 vacunas en toda la mañana, pero desde el sindicato de enfermería Satse, su portavoz, Encarna de la Maza, afirmó que la tranquilidad de los primeros días se irá diluyendo. En las próximas jornadas este colectivo espera un colapso similar al que se produce con la gripe estacional porque se trata de una tarea que se añade a las habituales de este colectivo de profesionales, que dedicarán dos horas de su jornada laboral a vacunar a los grupos de riesgo. Por ello, De la Maza alertó de un "cuello de botella" que hará que los pacientes tengan que esperar varios días para recibir la dosis.

Como en todo primer día, ayer también se detectó un ligero desconcierto. En dos ambulatorios de Bilbao, el personal de información no sabía a ciencia cierta si la vacunación había empezado. "Vi en la televisión que empezaba hoy, así que me imagino que sí que estamos vacunando", explicó una de las administrativas consultadas. Se trata de otra prueba más de que los centros de salud no registraron una mayor actividad por tratarse de la primera jornada de campaña contra el virus H1N1.

A modo de ejemplo, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, comentó que en Suecia, en donde se han administrado 1,5 millones de dosis, tan sólo se han registrado 200 casos "muy aislados" de personas afectadas. La mayoría han sido efectos leves como el enrojecimiento en el lugar del pinchazo.

La ministra confirmó que el primer día de vacunación transcurrió sin aglomeraciones ni colapsos en los centros de salud encargados de dispensar la vacuna. Eso sí, admitió las enormes dudas que la ciudadanía alberga sobre la vacuna y sus posibles efectos. En un ambulatorio de Madrid, por ejemplo, un paciente expresaba su "miedo" a vacunarse. La doctora le contestó: "No tema, eso es cosa de la tele. No hay ningún peligro".

Lo cierto es que el periodo de vacunación se inició ayer y se prolongará, al menos, durante un mes. Las comunidades autónomas poseen suficientes dosis para inmunizar a los grupos de riesgo. Las dosis que no se usen (pueden sobrar unos 27 millones) podrían ponerse a la venta en las farmacias el próximo mes de diciembre. También la OMS ha pedido ayuda para enviar parte de los excedentes de los países ricos a los pobres. El Gobierno ha comprado vacunas a tres laboratorios farmacéuticos: Novartis, GlaxoSmithKline (GSK) y Sanofi Pasteur, todas ellas con adyuvante que estimula el sistema inmunológico.

Las embarazadas, a las que se administra una vacuna sin este elemento potenciador, no tardarán mucho en recibir la inmunización. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios concedió el sábado pasado la autorización al laboratorio Sanofi Pasteur para poder vender la vacuna, de nombre comercial Panenza, informa Elena G. Sevillano. Según el Ministerio de Sanidad, podrá empezar a administrarse a finales de esta misma semana.

Una mujer recibe la vacuna de la nueva gripe en un centro de salud de Osakidetza en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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