Un jurado popular condena por asesinato a un joven que tiró por el balcón a su novia

El condenado se enfrenta a una pena de entre 18 y 20 años de cárcel

Un jurado popular ha declarado culpable por asesinato al acusado de arrojar por el balcón a su novia, de 17 años, en Ávila, con lo que éste se enfrenta ahora a una pena de entre 18 y 20 años de cárcel. Después de cinco días de juicio, el jurado popular, integrado por nueve personas, ha hecho pública su decisión en la Audiencia Provincial. Manuel D.S.G.R., de 37 años, ya está cumpliendo cuatro años y diez meses de condena por haber maltratado a la chica, Patricia M. M. Ahora el juez tendrá que decidir la condena que establece.

La Fiscalía pide 18 años de cárcel, mientras que la acusación...

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Un jurado popular ha declarado culpable por asesinato al acusado de arrojar por el balcón a su novia, de 17 años, en Ávila, con lo que éste se enfrenta ahora a una pena de entre 18 y 20 años de cárcel. Después de cinco días de juicio, el jurado popular, integrado por nueve personas, ha hecho pública su decisión en la Audiencia Provincial. Manuel D.S.G.R., de 37 años, ya está cumpliendo cuatro años y diez meses de condena por haber maltratado a la chica, Patricia M. M. Ahora el juez tendrá que decidir la condena que establece.

La Fiscalía pide 18 años de cárcel, mientras que la acusación particular quiere que sean 20 años de condena. El condenado, sin embargo, mantiene su inocencia. "Están condenado a una persona inocente", declaró en la última jornada del juicio.

La joven apareció muerta en el patio interior del edificio en el que vivía el 25 de septiembre de 2005 en la calle Ferrocarril de Ávila, y aunque en un principio se pensó que podría haberse suicidado se observó después que en el interior de la vivienda había indicios de que se había producido una fuerte discusión y que podría haber sido empujada. El novio de la chica siempre ha sostenido que no estuvo en el domicilio aquella noche y que ella le había quitado las llaves y no le dejaba entrar, y que avisó a la policía diciendo que temía que la chica se hubiera suicidado a la misma hora que varios vecinos alertaron de que había un cadáver en el patio.

Sin embargo, en la terraza desde la que cayó la víctima se encontró una huella de las zapatillas deportivas que calzaba el joven aquel día sobre restos de lentejas aún líquidas, mientras el bote de comida precocinada apareció en el suelo, junto a la fallecida.

El jurado considera que él la tiró y que fue un asesinato porque la víctima no pudo defenderse, mientras que él no actuó en estado de embriaguez ni con sus facultades anuladas. Además, han señalado el agravante del parentesco, dado que llevaban conviviendo desde octubre de 2004.

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