UNA MISIÓN ESPACIAL SIN PRECEDENTES

Dos astronautas logran reparar en órbita los daños de la cubierta del 'Discovery'

En una misión sin precedentes, Robinson y Noguchi retiran los dos trozos de aislante que amenazaban la aerodinámica de la nave en su entrada en la atmósfera

El astronauta estadounidense Stephen Robinson y el japonés Sochi Noguchi han conseguido culminar con éxito su misión al retirar dos trozos de fibra aislante que sobresalían de la cubierta del Discovery y que hacían peligrar su regreso a la Tierra. "Salió con facilidad, con muy poca fuerza", ha afirmado Robinson tras retirar la segunda pieza. Se trataba de un reto sin precedentes, ya que ambos estaban en una órbita de 385 kilómetros sobre la Tierra.

Robinson, montado en el extremo de un brazo robótico de 50 metros de largo, ha sido el encargado de retirar suavemente los dos trozos...

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El astronauta estadounidense Stephen Robinson y el japonés Sochi Noguchi han conseguido culminar con éxito su misión al retirar dos trozos de fibra aislante que sobresalían de la cubierta del Discovery y que hacían peligrar su regreso a la Tierra. "Salió con facilidad, con muy poca fuerza", ha afirmado Robinson tras retirar la segunda pieza. Se trataba de un reto sin precedentes, ya que ambos estaban en una órbita de 385 kilómetros sobre la Tierra.

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Robinson, montado en el extremo de un brazo robótico de 50 metros de largo, ha sido el encargado de retirar suavemente los dos trozos de fieltro de relleno que sobresalían entre las losas cerámicas de protección térmica en la parte delantera de la nave, bajo la cabina del transbordador. Los expertos temían que esos dos pequeños trozos de material, de unos dos centímetros de largo, pudieran afectar a la aerodinámica de la nave durante su reentrada en la atmósfera de la Tierra. Por primera vez en la historia, se han efectuado reparaciones en órbita. Esta compleja reparación, que ha durado una hora y media, ha sido el momento culminante del tercer paseo espacial de esta misión del Discovery, la primera desde que en febrero de 2003 el Columbia se desintegró cuando retornaba a la Tierra con sus siete tripulantes a bordo.

"Éste salió fácilmente, probablemente con menos fuerza que el primero", ha comentado Robinson tras sacar el segundo trozo. "Parece que esta enorme nave espacial está curada", ha añadido el satisfecho astronauta. Al final, la operación ha resultado más sencilla de lo previsto. Según los planes de la NASA, si Robinson no lograba arrancar las tiras con las manos, lo intentaría con una cuchilla, y así tampoco tenía éxito, usaría unas tijeras. Si las opciones anteriores no dieran resultado, el astronauta tenía orden de sellar las protuberancias con un material especial. Pero nada de esto ha sido necesario.

Con ayuda de un brazo robótico

La delicada maniobra había comenzado con media hora de retraso, a las 10.48 hora peninsular española, cuando Robinson y su compañero Soichi Noguchi han salido, por tercera vez, del Discovery, que está ensamblado a uno de los muelles de la Estación Espacial Internacional Alfa (ISS, en sus siglas en inglés). El brazo robótico del Discovery, Canadarm-2 ha empezado a moverse hasta colocar su extremo a unos 20 metros de la nave, en un punto desde el cual su cámara permitía la observación de la tarea. Después de que Robinson y Noguchi realizaran otros trabajos en el exterior del transbordador y la estación, el brazo robótico se ha desplazado hasta un punto en el cual el astronauta estadounidense se ha sujetado a la plataforma móvil.

Toda la operación, que ha incluido el lento desplazamiento del brazo robótico hasta llevar a Robinson cerca de los puntos donde estaban las protuberancias en el vientre del transbordador, ha sido coreografiada por el astronauta Andrew Thomas. Movido por el brazo robótico al cual estaba sujeto, Robinson se ha aproximado a la superficie de la nave, ha extendido el brazo y ha tomado cada uno de los trozos de fieltro de relleno con sus dedos enguantados, retirándolos fácilmente. Una hora más tarde, el control de misión en el Centro Espacial Johnson de Houston (Texas), ha dado a Noguchi y Robinson la orden de que concluyeran su paseo espacial.

No es la primera vez que una nave sufre desperfectos de este tipo pero nunca se habían considerado un peligro. Sin embargo, los científicos de la NASA no querían riesgos, sobre todo desde la tragedia del Columbia. En aquella ocasión, los daños en las losetas térmicas resultaron fatales, ya que por ahí se produjo el aumento de temperatura que destruyó la nave. En este caso, los ingenieros creen que las protuberancias, detectadas gracias a las cámaras y sensores que lleva el transbordador, no se originaron en el lanzamiento, sino que obedecen a una mala adhesión de las juntas de las losetas.

Steve Robinson, al inicio de su paseo espacial para reparar el 'Discovery'.REUTERS

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