El Supremo de Canadá allana el camino para la legalización del matrimonio gay

El Gobierno de Otawa ha declarado su intención de acelerar la reforma que permita las bodas entre personas del mismo sexo

El Tribunal Supremo canadiense ha decidido hoy que Ottawa puede legalizar las bodas homosexuales en todo el país al considerar que los matrimonios entre personas del mismo sexo son "compatibles" con la Constitución del país.

El Supremo, la máxima autoridad judicial del país, también ha señalado que la libertad de religión establecida en la Constitución canadiense permite a los religiosos negarse a celebrar matrimonios entre dos personas del mismo sexo, si es contrario a sus creencias.

La decisión del Supremo posibilita al Gobierno a presentar un proyecto de ley en el que se est...

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El Tribunal Supremo canadiense ha decidido hoy que Ottawa puede legalizar las bodas homosexuales en todo el país al considerar que los matrimonios entre personas del mismo sexo son "compatibles" con la Constitución del país.

El Supremo, la máxima autoridad judicial del país, también ha señalado que la libertad de religión establecida en la Constitución canadiense permite a los religiosos negarse a celebrar matrimonios entre dos personas del mismo sexo, si es contrario a sus creencias.

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La decisión del Supremo posibilita al Gobierno a presentar un proyecto de ley en el que se establecerá que el matrimonio "es la unión de dos personas" sin importar su sexo. El gobierno del primer ministro, Paul Martin, ya había declarado su intención de acelerar la presentación lo antes posible de la ley que extenderá la legalización de los matrimonios entre homosexuales a las seis provincias y territorios que todavía no la han aprobado.

Oposición de Alberta

Sólo un gobierno provincial, el de Alberta, ha indicado que se opone a la modificación tradicional del matrimonio y ha amenazado con abrir un conflicto constitucional al señalar su intención de incumplir la futura legislación que apruebe Ottawa.

La posición de Alberta puede haber quedado reforzada hoy porque el Tribunal Supremo se negó a contestar la cuarta pregunta que le había presentado el gobierno federal y en la que se cuestionaba si la definición clásica de matrimonio era anticonstitucional.

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