La chancla-riñonera y el zueco-calcetín: los zapatos se convierten en meme

Nike lanza la sandalia de plástico con bolsillo y nacen los Crocs con calcetín incorporado. La última estrategia de las firmas de moda es crear productos concebidos para viralizarse.

Las chanclas llevan siendo tendencia varias temporadas y las riñoneras son el inesperado bolso favorito de blogueras y editoras de moda. Si creían que era imposible fusionar las dos tendencias, se equivocaban. Nike acaba de lanzar las ‘Benassi Fanny Pack’, unas sandalias de piscina con bolsillo y cremallera incorporados. Una idea impactante estéticamente pero que, bien mirado, puede tener su punto de practicidad. Mientras los bolsos sin ningún tipo de cierre y otras tanta...

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Las chanclas llevan siendo tendencia varias temporadas y las riñoneras son el inesperado bolso favorito de blogueras y editoras de moda. Si creían que era imposible fusionar las dos tendencias, se equivocaban. Nike acaba de lanzar las ‘Benassi Fanny Pack’, unas sandalias de piscina con bolsillo y cremallera incorporados. Una idea impactante estéticamente pero que, bien mirado, puede tener su punto de practicidad. Mientras los bolsos sin ningún tipo de cierre y otras tantas tendencias impracticables protagonizan las elecciones de las estrellas de la moda en Instagram, el diseño más loco y feísta de Nike podría ser también la solución a los robos en playas y piscinas. Guardarse unas cuantas monedas o las llaves en este pequeño compartimento puede ser una alternativa a enterrar sus pertenencias bajo la toalla.

Más allá de este posible uso, el propósito de Nike es llamar la atención y viralizar su creación. Y lo ha conseguido. No hay publicación especializada que no se haya hecho eco del descabellado diseño de inspiración noventera. Cada vez son más las marcas que tiran de excentricidad creativa para conseguir ruido digital, likes e incluso críticas (ya saben «que hablen bien o mal, pero que hablen»). Ya no es necesario que los usuarios generen memes a raíz de los lanzamientos más estrafalarios de las marcas de moda, ahora son las propias firmas las que crean productos para triunfar en Internet. Y parece que los zapatos son las piezas que les dan más juego para crear sus propios memes.

Las chanclas-riñonera de Nike.Nike

Los zuecos ortopédicos con calcetín incorporado son otro buen ejemplo. Alife, una marca neoyorquina, acaba de anunciar su colaboración con la firma Crocs: se trata de un modelo que lleva un calcetín de espíritu deportivo cosido a la suela. Promete ahorrar tiempo por las mañanas, pero aún es un misterio cómo mantener la higiene en este diseño. La creación estará a la venta el próximo 14 de junio por el módico precio de unos 120 euros, aunque al parecer habrá un modelo que podría superar los 500. A pesar del precio y la ocurrencia, teniendo en cuenta que las chanclas combinadas con calcetín blanco han triunfado las últimas temporadas, no sería de extrañar que se convirtiera en epítome de la modernidad. De momento ya son protagonistas de casi tantos titulares como los Crocs de Balenciaga, otra reinvención del clásico zueco de plástico que, gracias a Demna Gvasalia, adquiere proporciones mastodónticas y se llena de pinchos y todo tipo de aplicaciones. Un modelo que se vende por 700 euros frente a los 35 que suelen costar los Crocs de toda la vida. «Aunque los zapatos de plástico se han convertido en meme y símbolo universal del calzado pasado de moda, los gustos de Shia LaBeouf, Balenciaga y ahora Alife le han dado a Crocs un importante empujón», reflexionan desde Highsnobiety.

La tercera prueba de que el calzado-meme es la nueva apuesta de las firmas de lujo lo encontramos en Loewe. Jonathan Anderson, director creativo de la firma, ha colgado en su Instagram un par de anticipos de los zapatos de la colección Crucero 2019. El primero es unas coloridas slippers de punto sobre las que aparecen dibujadas unos pies con anillos y pedicura incluidos. También hay unas sandalias romanas negras con los dedos del pie esculpidos en relieve. Dos apuestas que confirman la obsesión de los diseñadores con las falanges de los pies. Céline presentó unos zapatos que únicamente cubrían el dedo gordo dejando el resto al descubierto (además de aquellos de color carne con las uñas pintadas en rojo) y Martin Margiela ha reversionado sus propias botas Tabi presentando unos mules que separan cada dedo del pie como parte de una colección de su línea MM6 Maison Margiela.

La proliferación de calzado feísta e irónico es tal que la cuenta de Instagram Crimes Against Shoemanity recopila los casos más sangrantes. Los zapatos con la cara de Trump subidos por un alumno de la Central Saint Martins a la pasarela, los que tienen pinta de ensalada de kale o las zapatillas con puntera infinita son solo tres ejemplos. Balenciaga es una de las firmas que más material genera y que no deja de aumentar sus ventas con sus deseadas sneakers feas de padre. Solo le falta un híbrido entre su calzado deportivo y la nueva obsesión por marcar y separar los dedos de los pies. Será cuestión de tiempo.

Aunque los zapatos son los grandes protagonistas de la ‘memeficación’ de la moda, cualquier prenda es carne de convertirse en ironía. Las firmas quieren sorprender y destacar entre el constante flujo de información al que se ven sometidos sus clientes y la mejor herramienta para hacerlo es provocar risa, sorpresa o indignación. Vetements es una de las marcas especialistas en la materia y lleva varias temporadas aplicando estos principios a sus diseños: camisetas con el logotipo de mensajería DHL, botas ajustadas que cubren la pierna completa, botines con tacón-mechero… Todo a precio de oro y con tanta repercusión mediática como ventas. Su director creativo, que también está al frente de Balenciaga, acaba de presentar otra creación tan inesperada como viral: la camiseta-camisa. Se trata de una camiseta básica de la que cuelga una camisa de cuadros abrochada y cuesta más de mil euros. Aunque las redes sociales no tardaron en crear sus propias interpretaciones y memes del diseño, ni siquiera era necesario: la camiseta-camisa es un meme en sí mismo. Igual que la chancla-riñonera y el zueco-calcetín. Quizá las ventas de estas prendas no sean masivas, pero las marcas se aseguran la aparición en medios y la atención de los consumidores. Si en su próxima visita a la perfumería acaban comprando fragancias de Balenciaga es probable que la culpa la tengan sus diseños imposibles. Objetivo cumplido.

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