Una capa tejida con seda de araña, el colmo del lujo

El V&A de Londres exhibe la única prenda del mundo tejida con seda elaborada por arácnidos, una fantasía que ni siquiera tiene precio.

Richard Davis

Erase una vez una  capa dorada confeccionada con la seda de un millón de arañas… ¿El comienzo de un cuento de hadas? Para nada. La frase habla de la pequeña muestra que se acaba de inaugurar en el Victoria and Albert de Londres. Este espacio a exhibe hasta el 5 de junio la única prenda del mundo elaborada a partir de seda arácnida. Se trata de una capa de un hilo elástico, muy resistente y naturalmente dorado que se extrae de las arañas...

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Erase una vez una  capa dorada confeccionada con la seda de un millón de arañas… ¿El comienzo de un cuento de hadas? Para nada. La frase habla de la pequeña muestra que se acaba de inaugurar en el Victoria and Albert de Londres. Este espacio a exhibe hasta el 5 de junio la única prenda del mundo elaborada a partir de seda arácnida. Se trata de una capa de un hilo elástico, muy resistente y naturalmente dorado que se extrae de las arañas tejedoras de Madagascar. Y está bordada con motivos inspirados en la poesía y en las pesadillas aracnofóbicas.  

Los responsables de esta maravillosa chifladura son el británico Simon Peers y el estadounidense Nicholas Godley, propietarios de un taller textil en Madagascar dedicado a piezas de interiorismo. Inspirados por los experimentos novecentistas del jesuita español Raimondo de Termeyer (que hizo medias y chales de seda de araña para Napoleón y su esposa Josefina) en 2004 comenzaron a investigar sobre este arte olvidado.

Richard Davis

El hilo arácnido es de un bello tono dorado natural.

V&A

Por lo raro de su material y la cantidad de horas invertidas en su confección, la capa podría considerarse la pieza de costura más exclusiva del mundo. 80 personas salieron diariamente durante cinco años a atrapar más de un millón de arañas tejedoras. Sus tendencias caníbales en cautividad hacen imposible montar granjas con ellas: hay que cazarlas, juntarlas en grupos de 24, “ordeñarlas” y soltarlas al final de su jornada.  

Nadie se ha atrevido a ponerle precio a la capa, pero no es difícil imaginarla como capricho de oligarca fan de Spiderman, emperatriz contemporánea o zarina sin corona. Peers comenta que todavía no ha recibido ninguna oferta de una firma de moda. “Implica un proceso tan laborioso que es difícil de comercializar.  Pero estamos abiertos a cualquier oferta.” Que esté tranquilo, que en cuanto cobremos por aquí le pegamos un toque. 

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