Una bandera y un trapo de cocina: la historia secreta del explosivo vestido de las Spice Girls que revolucionó al mundo
Más de dos décadas después de que Geri Halliwell se plantara en los Brit Awards envuelta en la Union Jack, la ‘chica picante’ cuenta cómo fabricó con ayuda de su hermana un diseño que años acabaría subastando por más de 45.000 euros.
Brit Awards, 1997. Un público enloquecido jadea a cinco chicas que aparecen entre humo en el escenario entonando aquello de «I’ll tell you what I want, what I really, really want», estribillo del himno de toda una generación, Wanna be. Las Spice Girls eran el indiscutible grupo del momento gracias a su disco Spice y zanjaron la noche llevándose a casa dos de los cuatro premios a los que estaban nominadas (Mejor Single por Wannabe y Mejor Video por ...
Brit Awards, 1997. Un público enloquecido jadea a cinco chicas que aparecen entre humo en el escenario entonando aquello de «I’ll tell you what I want, what I really, really want», estribillo del himno de toda una generación, Wanna be. Las Spice Girls eran el indiscutible grupo del momento gracias a su disco Spice y zanjaron la noche llevándose a casa dos de los cuatro premios a los que estaban nominadas (Mejor Single por Wannabe y Mejor Video por Say You’ll Be There). Su actuación pasaría a los anales de la historia de la televisión y la cultura pop por razones que trascedieron lo meramente musical. Geri Halliwell, bautizada por aquel entonces como la ‘Spice picante’, se plantó ante millones de espectadores envuelta en la bandera de Reino Unido. Su minúsculo vestido estampado con la Union Jack, que dejaba a la vista su ropa interior negra, se convirtió en uno de los más icónicos y reconocibles del vestuario del grupo y en seña de identidad de la propia Geri.
Al día siguiente de la actuación los titulares de medio mundo reseñaban su vestido, que a partir de entonces acabó por convertirse en símbolo de unión y poder femenino. 23 años después de aquello, la ex Spice Girl revelaba a la edición estadounidense de Vogue la historia detrás del diseño. Según recuerda, los estilistas del grupo le aconsejaron llevar a la gala un minúsculo vestido negro de Gucci, firma que en aquellos años estaba capitaneada por Tom Ford, quien aportó una fuerte carga sexual a sus creaciones y campañas. A Geri no le pareció lo suficientemente especial para la ocasión y se le ocurrió que la Union Jack sería el mejor atuendo que podía lucir tratándose de la noche de la música británica. Dicho y hecho. Entre ella y su hermana crearon el vestido utilizando un paño de cocina en lugar de cortar una bandera auténtica, evitando así ofender a los más patriotas. «Siempre he sido una especie de diseñadora de moda en la sombra […], pero fue ella quien lo hizo porque cose mejor que yo», contó la excantante reconvertida ahora en abnegada ama de casa.
Cuando le enseñó la creación a su estilista, esta tuvo miedo de que el público identificara el diseño con un apoyo al Frente Nacional británico –partido de extrema derecha de ideología fascista–, pero Geri se empeñó en ponérselo de todos modos consiéndole en la espalda el símbolo de la paz gigante para evitar malentendidos y «celebrar todas las culturas». Halliwell, que ahora ha cambiado su apellido por el de casada (Horner), le añadió un par de botas rojas con plataforma customizadas también por ella misma. «Mi padre es mecánico, así que le cogí la pintura roja para coches y se la rocié por encima para que hicieran juego», rememora. «La longitud del vestido representaba la sexualidad y las grandes botas lanzaban el mensaje de ‘no te metas conmigo».
A la mañana siguiente, su vestido patriótico, sus bragas negras y su cabello a mechas copaban la primera plana de multitud de periódicos y revistas. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el vestido se había convertido en un «símbolo de poder femenino». «La gente empezó a llevar sus propias versiones y de repente empezamos a ver la bandera británica en un montón de creaciones de moda». Ella misma, incluso, ha lucido otros diseños inspirados en aquel a lo largo de los años.
Después de subastarlo (Hard Rock Cafe pagó 41.000 libras –más de 45.000 euros–por él), Geri volvió a enfundarse en la bandera de su país en la gira de reencuentro que concedió el grupo en 2007, justo diez años después de su ocurrencia. En aquella ocasión fue Roberto Cavalli, encargado del vestuario del tour, quien confeccionó un nuevo ‘Union Jack dress’ pasando de los trapos de cocina y sumándole pequeños cristales por toda la superficie. “En todos los países a los que fuimos, veíamos a chicas y chicos con el vestido. Era casi como un uniforme que nos unificaba a todos», cuenta ella.
No fue la última vez que se vistió de rojo, blanco y azul. Si en 2012 se plantó con un diseño cuajado de lentejuelas y bastante más recatado que el original en el evento de lanzamiento de su propia colección, el año pasado subió el nivel de decoro vistiéndose con una creación de aires princesiles y que cubría su cuerpo por completo durante el encuentro del grupo (sin Victoria Beckham). «Para mí es una muestra de la evolución de ser mujer. A medida que envejeces, de repente te sientes más segura tapándote», explicaba a Vogue USA. Lo cierto es que desde que diera el ‘sí, quiero’ al director de la escudería Red Bull de Fórmula 1 Christian Horner en 2015, poco queda de aquella explosiva pelirroja que revolucionó los escenarios con sus atrevidos estilismos y polémicas declaraciones. Hija de Ana María, una oscense emigrada a Watford (Inglaterra), Geri pasa ahora sus días entre pasteles caseros y juegos con sus hijos como puede comprobarse en su cuenta de Instagram. Una existencia seguro más cercana a la de su abuela, Máxima Hidalgo, ferviente devota de la Pilarica, que a aquella joven descarada que causó sensación con uno de los vestidos más famosos de la historia de la música reciente.