Tecnomoda: investigar sí es rentable

Solo unas pocas empresas españolas apuestan por la tecnología. ¿Suspendemos en I+D+i?

D.R.

Un diseño elegante, el color de la temporada, un tacón de vértigo. ¿Qué más puede tener un zapato para que surja el amor a primera vista (y las ansias de comprarlo)? La respuesta es muy sencilla: saber que con ellos se puede bailar toda la noche o estar de pie durante más de 10 horas sin que al día siguiente el dolor sea insoportable. Uno de los trabajadores del departamento de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de Jaime Mascaró pensó en esta idea hace cinco años. Se puso a trabajar para conseguir un zapato con un tacón de más de 10 centímetros que fuera flexible, muy cómodo y an...

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Un diseño elegante, el color de la temporada, un tacón de vértigo. ¿Qué más puede tener un zapato para que surja el amor a primera vista (y las ansias de comprarlo)? La respuesta es muy sencilla: saber que con ellos se puede bailar toda la noche o estar de pie durante más de 10 horas sin que al día siguiente el dolor sea insoportable. Uno de los trabajadores del departamento de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de Jaime Mascaró pensó en esta idea hace cinco años. Se puso a trabajar para conseguir un zapato con un tacón de más de 10 centímetros que fuera flexible, muy cómodo y antideslizante. El resultado fue el desarrollo de la tecnología Flexiwedge –explica el director general de Pretty Ballerinas, David Bell–, con la que Mascaró ha vendido 50.000 pares de zapatos.

Desde hace años nos suena la cantinela de que la economía española tiene que cambiar y, para lograrlo, todas las empresas tienen que invertir en I+D+i. Todos asumen que moda y calzado son innovadores. «Si no presentas una colección nueva cada seis meses te quedas fuera del mercado», dice el presidente de Instituto Tecnológico del Calzado, José María Amat. Pero los políticos todavía no han convencido a los modistos de que tienen que devanarse los sesos, no solo en el ámbito creativo, con colores, estampados o volúmenes, sino también en el tecnológico.

Las empresas españolas de la moda y el calzado –desde el prêt-à-porter a los diseñadores de más prestigio– apenas invierten 100 millones de euros al año en I+D+i, y esta cifra ha sufrido fuertes recortes en tiempos de crisis (en 2009 apenas superó los 80 millones), según datos del INE. El Instituto Tecnológico Textil (Aitex) se muestra muy crítico con una parte del sector. «En nuestra opinión, los creadores de moda no invierten en investigación y desarrollo tecnológico. Piensan que esta cuestión compete a los proveedores de tejidos. No aportan muchas ideas, esperan a que sean otras empresas las que gasten en ello y luego incorporan sus adelantos», dice Carmen Jover, responsable de investigación de moda de este centro, que pertenece a la red de centros tecnológicos Fedit. Para otros, la situación no es tan terrible. «Marcas como Adolfo Dominguez, Pretty Ballerinas o Hoss Intropia han hecho una apuesta fuerte por el I+D+i, además de las acciones de Mango e Inditex para reducir la huella ecológica», explica Belén Torregrosa, profesora de Moda & Retail de la Escuela Oficial Industrial. Gracias a ellos en los próximos meses veremos en el mercado ropa interior anticelulítica (de Women’secret), camisas que no necesitan plancha (de Pedro del Hierro) y bailarinas ortopédicas (de Pretty Ballerinas).

Custo Dalmau, el director general de Custo Barcelona, asegura que solo entiende la moda a través de la investigación. «Intentamos que cada colección sea una renovación de las formas y también de los materiales». Amat, que también es gerente de Magrit, defiende que los fabricantes de calzado comienzan a darse cuenta de que, «si no están a la última en tecnología, se mueren». Porque la tecnología se traduce directamente en ventas. Al fin y al cabo el público sabe lo quiere. «La gente está dispuesta a pagar un poco más por no plancharse las camisas», afirma Óscar Fernández, director de Compras de Pedro del Hierro.

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