Si no hiciste caso a tu madre, escucha a esta: así se cuida la ropa

La crisis económica y el movimiento ecológico provocan un revival de los trucos para cuidar la ropa que usaban nuestros mayores.

No te pises el bajo de los vaqueros, péinate, no dejes la ropa por ahí tirada… Nuestras abuelas nos dieron muchos consejos, en su mayoría desatendidos. Normal. La adolescencia es para hacer oídos sordos. Sólo con más años y más tareas encima empezamos a pensar en sus recomendaciones, que no iban tan desencaminadas. Nos lamentamos por no haber aprendido a coser algo más que un botón o no habernos fijado en cómo lavar la seda. El libro How to take care of your clothes (Cómo cuidar de tu ropa) pretende llenar ese ...

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No te pises el bajo de los vaqueros, péinate, no dejes la ropa por ahí tirada… Nuestras abuelas nos dieron muchos consejos, en su mayoría desatendidos. Normal. La adolescencia es para hacer oídos sordos. Sólo con más años y más tareas encima empezamos a pensar en sus recomendaciones, que no iban tan desencaminadas. Nos lamentamos por no haber aprendido a coser algo más que un botón o no habernos fijado en cómo lavar la seda. El libro How to take care of your clothes (Cómo cuidar de tu ropa) pretende llenar ese hueco. En sus páginas la británica Claire Leavey enseña cómo remendar, planchar o lavar las prendas sin cargárnoslas.

La autora vende el libro en su web, junto con productos de limpieza y cosméticos realizados por ella misma. Su interés en las labores domésticas empezó mientras estudiaba literatura inglesa en Londres. Investigando en la biblioteca se topó con viejos libros sobre hierbas y remedios caseros. Le fascinaron tanto que Leavey dio un paso más y comenzó a poner en práctica esas recetas. Hoy, a los 44 años, esos experimentos le sirven para ganarse la vida y como declaración de intenciones vital. “Vivo en el campo con pocos ingresos y tengo una hija adolescente. Paso mucho tiempo buscando y no compro hasta que encuentro exactamente lo que quiero. Invierto en ropa clásica y de buena calidad, coso mis propios vestidos, atesoro vintage y remiendo mis calcetines de lana que me pueden llegar a durar 15 años. Vivo sin gastar mucho y lo más ecológicamente posible. El movimiento verde fue secuestrado por quienes querían vender productos alternativos. Ahora hemos salido de esa nube."

Indicaciones para confeccionar fundas

Con la recesión económica las prendas de usar y tirar han perdido el atractivo de relumbrón fácil y cegador y buscamos una compra duradera. Además queremos ahorrar en viajes a la tintorería o la casa de arreglos. Leavey lo soluciona con su recopilación de trucos de toda la vida actualizados para la vida moderna. He aquí unos cuantos:

Lavado
“Estoy en contra de llevar las prendas al tinte para limpiarlas en seco. Siempre se puede pasar una esponja con amoniaco o cepillar y airear las prendas. La seda se lava con un jabón de buena calidad. En el primer aclarado aconsejo echar un chorro de vinagre para eliminar el jabón de las fibras y evitar ese efecto de pesadez.

“El jabón es mejor que el detergente. Yo utilizo el de Marius Fabre que envían desde Marsella. Si tuviera que elegir uno de supermercado sería Woolite. Y si no queda más remedio que usar un detergente, al menos que sea biodegradable”

Cuidado de la ropa
“Las perchas deben ofrecer sujeción, las de alambre son matadoras. Lo más importante para conservar la ropa es mantenerla cubierta, en el libro incluyo patrones para confeccionar fundas. Considero fundamental hacer una limpieza anual de armario. Los Tudores lo vaciaban, lo limpiaban y colgaban la ropa al aire. Las bolas de naftalina no son la solución para las polillas, por cierto. Matarlas no sirve de nada porque las larvas siguen ahí. Como repelente utilizo un preparado de hierbas natural.”

Etiquetas y composición
"Me fijo en el contenido de las fibras. Intento adquirir fibras naturales aunque un 90% lana y 10% nailon puede ser una ventaja. Quiere decir que la prenda será más longeva y mantendrá la forma durante más tiempo. Procuro evitar el Made in China. Sé que es una opinión controvertida, pero considero que para recortar gastos utilizan telas de calidad inferior y que explotan a unos trabajadores que tienen las mejores intenciones. En general las prendas hechas en China no duran. Debo admitir que compro camisas de lino en H&M, son muy buenas; y que no puedo hacer nada para que mi hija no vaya a Primark a comprarse las últimas tendencias.”

Ahora, a su hija, todo esto le parecerá un supino aburrimiento, pero ya le llegará el momento en el que le tocará acordarse de lo que le advertía su madre.

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