¿Se ha acabado el Acción de gracias tradicional en favor del consumismo delirante?
Miles de hogares americanos celebraron anoche un Thanksgiving Day en mutación descontrolada.
¡Maldición! Quizás los mayas tenían razón y 2012 acabará siendo un año de cambios. La resaca se las prometía peleona desde la semana pasada, cuando numerosas tiendas y grandes almacenes anunciaron el cese de una tradición intocable: abrirían sus puertas el día de Acción de Gracias. Para entender la magnitud de semejante decisión hay que aclar...
¡Maldición! Quizás los mayas tenían razón y 2012 acabará siendo un año de cambios. La resaca se las prometía peleona desde la semana pasada, cuando numerosas tiendas y grandes almacenes anunciaron el cese de una tradición intocable: abrirían sus puertas el día de Acción de Gracias. Para entender la magnitud de semejante decisión hay que aclarar que se trata de la velada más importante en el calendario social americano, tan sagrada como los shows domingueros del pianista Liberace en la televisión de los sesenta. Puedes pasar la Nochebuena en biquini, tostándote bajo el sol de las Bahamas, o la Nochevieja abrazado a una botella de champagne falso -es decir, made in USA- por Times Square, pero los estadounidenses saben que el cuarto jueves de noviembre deben cumplir el guión del Thanksgiving Day. Y si es en familia, mejor. Para la cena, pavo -o lo que se pueda- con salsa de arándanos y pastel de calabaza.
Sin embargo, los nuevos usos sociales y la urgencia por cuadrar unas cuentas de resultados ciertamente famélicas han obligado a los retailers -o minoristas- de EE.UU. a dar un paso adelante y buscar nuevas alternativas. Tradicionalmente, el día después de Acción de Gracias se celebra el Black Friday (viernes negro), la jornada que inaugura oficialmente la temporada de compras navideñas. Una carrera de 24 horas diseñada para fundirse los cuartos, aprovechando que las tiendas abren sus puertas de madrugada y ofrecen sus productos a precios realmente competitivos. Según los datos de la National Retail Federation, la asociación que representa a más de un millón y medio de comerciantes, a lo largo del fin de semana del Thanksgiving de 2011 más de 226 millones de estadounidenses gastaron la friolera de 52.000 millones de dólares -a esa cifra los yanquis llaman erróneamente 52 billones- en compras.
En una tendencia que se ha ido confirmando como irreversible, muchos empiezan a hablar ya del triunfo del Black Thursday (jueves negro). El año pasado el gigante Walmart se sumaba por primera vez a la decisión de otros competidores de abrir sus locales desde el jueves de Acción de Gracias, sin esperar al Black Friday. Una idea que generó numerosas quejas de organizaciones de consumidores y sindicatos, y que este año se han vuelto a repetir porque Walmart adelantó anoche aún más la apertura de sus comercios -de las 10 p.m. de 2011, a las 8 p.m. de 2012-. No obstante, hay quienes se mantienen fieles a la tradición y prefieren cerrar hasta hoy. Nordstrom, un histórico de los retailers americanos, aseguraba en su página de Facebook que todas sus tiendas "permanecerán cerradas el jueves con motivo del día de Acción de Gracias". Muchos fans han celebrado la noticia agradeciéndoles el gesto. Target, Gap, Sears o Toys'R'Us, por el contrario, sí que abrieron anoche sus puertas.
Si los dependientes que deben atender las tiendas se ven obligados a sacrificar su velada en familia, ¿acaso los más avispados ahorradores no harán lo propio para enfrentarse con desahogo a la sangría de dólares que se avecina en Navidad? La respuesta está clara. Muchos ya se temen lo peor y aventuran la caída en desgracia del Thanksgiving Day tradicional, en favor del delirio consumista que representa el Black Thursday. A pesar de su origen religioso, hablamos de una fiesta que actualmente es puramente secular. Quizás dentro de poco sólo nos quede disfrutar de este día gracias a películas como A casa por vacaciones -dirigida por Jodie Foster- o Hanna y sus hermanas -de Woody Allen-, ambas ambientadas en esta fecha.
Si el balance acaba siendo desolador, propondremos a la flamante niña prodigio Nicole Westbrook como posible chivo expiatorio de los comerciantes para quitarse el sambenito de haberse cargado la esencia de esta fiesta. Su inclasificable videoclip, todo un fenómeno viral dedicado a la cara más almibarada del cuarto jueves de noviembre, ha recibido más de diez millones de visitas en veinte días, y en estos momentos ocupa el decimosegundo puesto del top 100 de YouTube. Lo cierto es que los agoreros siempre se equivocan, así que lo más probable es que las presiones comerciales no consigan embestir de forma mortal el único día realmente consagrado a la familia en EE.UU. Aunque no podemos subestimar el poder destructor de la dulce Nicole, que aún muchos recuerdan con estupor la fuerza devastadora de una tal Sandy.