Sandra Ortega, ¿heredera a su pesar?
Discreta, muy sensata y, hasta hace pocos días, prácticamente desconocida. Así es Sandra Ortega, la mujer más poderosa del país.
Cuando todos los ojos estaban puestos en Marta, la que dicen será la heredera del Imperio Inditex, el repentino fallecimiento de Rosalía Mera ha puesto bajo el foco a Sandra: la otra heredera en la sombra es hoy la mujer más rica de España y la tercera en el ranking de millonarios nacionales que acaba de publicar la revista Forbes (por debajo de su padre y de Juan Roig, propietario de Mercadona)
Haciendo gala de la discreción que caracteriza al emporio con sede en Arteixo, y a la familia Ortega e...
Cuando todos los ojos estaban puestos en Marta, la que dicen será la heredera del Imperio Inditex, el repentino fallecimiento de Rosalía Mera ha puesto bajo el foco a Sandra: la otra heredera en la sombra es hoy la mujer más rica de España y la tercera en el ranking de millonarios nacionales que acaba de publicar la revista Forbes (por debajo de su padre y de Juan Roig, propietario de Mercadona)
Haciendo gala de la discreción que caracteriza al emporio con sede en Arteixo, y a la familia Ortega en particular, de Sandra se conocen pocos detalles. Sabemos que tiene 45 años, que se licenció en psicología y que hasta hoy trabajaba en Paideia, la fundación para discapacitados que Rosalía fundó tras el nacimiento de su segundo hijo, Marcos, afectado de una disfunción psíquica. Aunque, a diferencia de Marta, no ha estado ligada directamente a Inditex, su marido sí trabaja en la sede central. Celosa de su intimidad – hasta el punto de que no dejó que la fotografiaran en la boda de su hermana y las pocas imágenes que tenemos de ella corresponden al entierro de su madre- cuentan que ha heredado el carácter cercano y luchador de su progenitora, que sus hijos acuden a un colegio público y que ahora posee una fortuna estimada en 5.400 millones de euros.
La culpa de su entrada en las listas de los personajes más poderosos la tiene Rosp Corunna, la sociedad fundada por Mera y que, además de controlar el 5’1 % de las acciones de Inditex (es la segunda accionista después de Amancio), posee, entre otras, una parte de la compañía farmaceútica Zeltia, un tercio de la cadena hotelera Room Mate, las sociedades de capital variable Breixo y Soares (esas que sólo pueden fundar los súperricos y que tributan un 1%) así como jugosas participaciones en varias empresas tecnológicas y en pymes que su madre ayudó a fundar. Ya no es una consejera más, ahora es la presidenta.
“Lo interesante esta en ver cómo se desarrolla su implicación con Inditex, si tomará o no una parte más activa en negocio”, asegura el editor económico Nicholas Moody en Bloomberg. La decisión de centrarse en las empresas de corte social de su madre y mantenerse alejada del imperio textil de su padre probablemente tenga que cambiar. Ahora Sandra es la segunda accionista del negocio, aunque nunca se ha pensado en ella como sucesora de Amancio Ortega.
Imagen de las oficinas de Arteixo (A Coruña), sede central de Inditex
Cordon Press
El título de heredera de Inditex lo ostenta Marta Ortega. Así es, al menos, como siempre la han calificado los medios. Hija del magnate y su segunda esposa, Flora Pérez, Marta ha sido siempre el ojo derecho de su padre. Por ella, Amancio aparcó momentáneamente las aspiraciones de futuro que le tenía preparadas y apostó por su carrera en el mundo de la equitación – incluso se deshizo de la etiqueta de millonario austero para construírle un centro hípico, Casas Novas. Ha estado involucrada en la moda y aprendiendo el negocio desde pequeña y por eso, quizá, la prensa lleva siguiendo sus andanzas desde que era una adolescente, ha cubierto cada competición deportiva en la que participaba, le ha buscado distintos novios e incluso ha buscado sin éxito una foto un testimonio gráfico de su etapa como dependienta de un Bershka de Londres. Y aunque también se caracteriza por la discreción, es mucho menor que Sandra –tiene 29 años-, estudió en colegios privados y cursó empresariales en Londres. Un papel que poco tiene que ver con la privacidad casi clandestina de su hermana, completamente centrado en la construcción de un perfil público de futuro. El hijo que tiene con su marido, el jinete Sergio Álvarez, se llama Amancio. No podía ser de otra manera.
Marta Ortega con su marido, el jinete Sergio Álvarez.
Cordon Press
El nombramiento en 2011 de Pablo Isla como presidente de Inditex puso en cuestión el futuro papel de Marta en la empresa. Se quedará con una buena porción del capital, pero tal vez su función no esté dentro de la gestión del grupo. O quizá sea sólo una estrategia a corto plazo y la hija pequeña acabe al frente del imperio. Lo que sí parece estar más claro es que Sandra debería heredar legalmente el 22% de la fortuna de su padre, – que hoy se cifra en unos 11.000 millones de euros, pero, tratándose de esta empresa, mañana probablemente serán más. Demasiada influencia como para seguir siendo la vástaga en la sombra.
A día de hoy no sabemos qué relación mantienen las dos hermanas, si su gestión del legado de Amancio se llevará a cabo desde una perfecta conjunción o, por el contrario, realizarán su trabajo de forma independiente. En cualquier caso, Sandra, de la que todos dicen que es una chica normal, reservada, e incluso que no revelaba su condición en las entrevistas de trabajo que realizaba, ya no es ninguna desconocida. Es la mujer más rica de España, la sucesora de Rosalía Mera y una de las herederas de Inditex. Quizá nunca haya tenido vocación de magnate, ni siquiera le haya interesado nunca la gestión de una de las mayores fortunas del mundo y, desde luego, no parece gustarle la visibilidad mediática, pero en sus manos está el futuro cercano de buena parte de las empresas de este país y del que, sin duda, es el negocio textil más revolucionario de los últimos tiempos.
Amancio Ortega junto a su hija Marta en una de sus competiciones deportivas.
Cordon Press