La hipnótica animación de Rachel Ryle, la cuenta de Instagram más apetecible del momento

Esta una joven autodidacta estadounidense, triunfa con vídeos de animación cortos en que retratan la vida diaria con encanto y simplicidad.

Instagram @rachelryle

Hay algo hipnótico en el trabajo de Rachel Ryle. Algo que remite a una Alicia en el País de las Maravillas contemporánea, cuyos dedos gigantes con manicura de colores dan vida a dibujos planos. Observar los movimientos de sus animaciones es el gesto previo a una gran sonrisa. Ella era una chica más, sin formación ni en dibujo ni en montajes audiovisuales que un día, hace apenas tres años decidió probar una nueva herramienta de animación de Instagram y ver qué podía hacer con ell...

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Hay algo hipnótico en el trabajo de Rachel Ryle. Algo que remite a una Alicia en el País de las Maravillas contemporánea, cuyos dedos gigantes con manicura de colores dan vida a dibujos planos. Observar los movimientos de sus animaciones es el gesto previo a una gran sonrisa. Ella era una chica más, sin formación ni en dibujo ni en montajes audiovisuales que un día, hace apenas tres años decidió probar una nueva herramienta de animación de Instagram y ver qué podía hacer con ella a través de su mirada hacia las cosas sencillas.

Empezó por el principio, como una alumna aplicada y autodidacta. Pensó que la idea más simple podía crecer y convertirse en algo importante si se la nutría con tiempo, trabajo y pasión y, como en un cuento infantil de esos en los que seguir el camino correcto siempre lleva al triunfo, en poco tiempo su propuesta consiguió la atención de miles de personas y algunos medios que, como MTV o BuzzFeed propusieron su cuenta como la más apetecible de Instagram.

La parábola de Ryle, en efecto, creció. Y aquella idea fue perfeccionándose. También como en un cuento, el golpe definitivo llegó en medio de un viaje. Decidida a hacer de sus vacaciones por Europa algo distinto pensó en crear sus propias postales como recuerdo de su aventura. Así llegó a Islandia y dibujó la cascada Öxaráfoss como la veía ella y luego Londres, Italia, París… Entonces, las postales se materializaron y las puso a la venta en su página web. Y con el impulso de ese pequeño éxito siguió explorando si su creatividad podía hacer que, preparar un café o una piña colada inspirada en una visita a Hawaii, fueran tareas sobradas de encanto… y lo consiguió:

Hoy Rachel Ryle se dedica profesionalmente a la hacer ilustraciones animadas a través de la ténica de stop motion. Destaca las que más le gustan en su seguidísima cuenta de Instagram. Les da sentido de conjunto en su canal de Youtube y permite que veamos su proceso de trabajo, en el que gasta entre 15 y 20 horas por cada pieza de animación de apenas 15 segundos desde su perfil de Facebook. Los cuentos animados que nos regala Rachel Ryle son importantes. Su historia nos recuerda que algunas veces, seguir los pasos desde el principio, funciona.

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