¿Qué fue de las gurús de los tutoriales en Internet?

Se asoman al mundo desde los pies de su cama, y nos enseñan recetas y trucos de maquillaje. Su poder prescriptor y la viralidad de la red han hecho de ellas auténticos fenómenos.

Ha pasado un año desde que unas chicas se convirtieran en las estrellas de YouTube con la única ayuda de una webcam y su imaginación. En un verano se hicieron con el título de gurús desde sus habitaciones. Se asomaron al mundo con la única intención de explicar cuál es la mejor manera de hacer un exfoliante corporal casero; cómo imitar el look de una actriz de Hollywood sin tener que recurrir a un profesional; o se convirtieron en conejillo de indias de la infinidad de productos que salen al mercado.
Superado el boom, ¿a qué se dedica ...

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Ha pasado un año desde que unas chicas se convirtieran en las estrellas de YouTube con la única ayuda de una webcam y su imaginación. En un verano se hicieron con el título de gurús desde sus habitaciones. Se asomaron al mundo con la única intención de explicar cuál es la mejor manera de hacer un exfoliante corporal casero; cómo imitar el look de una actriz de Hollywood sin tener que recurrir a un profesional; o se convirtieron en conejillo de indias de la infinidad de productos que salen al mercado.
Superado el boom, ¿a qué se dedica Isasaweis, la creadora del moño más famoso de la Red a partir de un calcetín enrollado? ¿Qué ha sido de Aishawari y sus consejos de belleza? A primera vista, las plataformas desde la que estas chicas comparten sus ideas han cambiado notablemente. “Mi marido y yo seguimos siendo los responsable de editar y subir el contenido, pero ahora contamos con la ayuda de un diseñador gráfico”, explica Isabel Llano (Gijón, 1977), alter ego de Isasaweis. Llano comenzó a subir vídeos a Internet en noviembre de 2009 y desde entonces mantiene su trabajo como ingeniera informática con el mantenimiento diario de su web. Ahora además gestiona personalmente su perfil en Facebook que cuenta con más de 200.000 seguidores, su cuenta en Twitter que ya va por los 50.000, además de los más de 120.000 suscriptores de su canal en YouTube (sus vídeos suman ya más de 50 millones de visionados).
Aishawari comenzó hace unos cuatro años con un blog donde compartía sus últimas compras de maquillaje. Pasado el tiempo creó su propia web donde recibe 400.000 visitas al mes. “En Internet hay sitio para todos, cada persona le da su toque”, explica la bloguera. “Yo tengo la sensación de que este es un trabajo finito”, apostilla Llano, “una etapa muy bonita de mi vida que tiene la recompensa de tanta gratitud de la gente”. El éxito de los consejos de Isasaweis le catapultó a la televisión. Primero con un espacio en el programa Espejo Público de Susana Griso en Antena 3, para después hacerse con uno propio de 20 capítulos en la cadena privada.

Isasaweis ha pasado de los consejos de belleza a diversificar sus contenidos aprovechando su embarazo o las miles de recetas que compartía con su familia. “El truco está en sorprender a la gente, ahora he abierto una nueva sección: el isablog donde subo vídeos cámara en mano”, explica la bloguera, “me apetecía contar algo más que consejos a los pies de mi cama”. En el caso de Aishawari, fiel al maquillaje, el truco está en ahondar en los contenidos sin abandonar la naturalidad con la que se hizo conocida. “En general no soy seguidora ni de tendencias, ni de moda. Siempre me maquillo como me siento bien y como me veo favorecida, y eso es lo que intento transmitir en mi página web”, cuenta Aishawari.

El poder prescriptor de estas chicas, sumado a la viralidad de la Red son dos de los factores responsables del cambio de estrategia de las marcas, cada vez más conscientes del poder de las blogueras entre su público objetivo. “Es cierto que envían muchos productos, pero yo nunca acepto que me manden uno con la condición de tener que hablar de ellos”, asegura Llano que siempre nombra la firma del cosmético que recomienda, ya sea de lujo o de un supermercado, y si lo ha adquirido o es un regalo. “De hecho, he llegado a un momento en que ya pido que no me envíen cosas porque no me da tiempo a probarlas. Para saber si una crema es buena necesitas como mínimo un mes, ¿de qué me sirve tener 50 sin abrir en casa?, se caducan y me da hasta pena”.

Existe una tercera vía que se sostiene con los mimbres que idearon las blogueras, combinado con el resguardo de una web especializada o una profesional detrás de la cámara. Natalia Belda, responsable del Blog de Natalia de la web de S Moda que nació hace un año con la versión online de la publicación. Como maquilladora y peluquera profesional, sin ningún tipo de experiencia en Internet –“yo no soy bloguera”, repite sin parar- ofrece consejos de belleza a partir de un lenguaje diferente, que sin abandonar la sencillez –máxima obligada en Internet- profundiza en la técnica. “Mi primer vídeo tuvo muchos comentarios duros, me dolieron un poco, pero no han podido conmigo”, reconoce Belda.
“No soy periodista, además soy muy tímida y como profesional prefiero maquillar a los demás que a mí misma, pero poco a poco he ido cogiendo práctica y el blog me ha  dado muchas satisfacciones personales”. Es en los seguidores donde Belda ha encontrado la motivación para continuar con este espacio que gracias al impulso de inscribirse en una web femenina le ha otorgado visibilidad no solo en la Red, sino en su profesión y entre las marcas. “Yo tengo un sponsor como profesional, pero es cierto que desde que comencé con el blog las firmas se han acercado más”, explica Belda. “La diferencia que noto es que al contrario que en la prensa escrita, con un videoblog das la cara, hay que tratar las marcas de otra manera porque estás muy expuesta a las opiniones de los lectores”.

Natalia Belda, nuestra bloguera de belleza.

La avanzadilla anglosajona

El boom en España llegó tres años después de que en Estados Unidos y Gran Bretaña unas visionarias se dieran cuenta de que al final es más efectivo y convincente imitar los trucos sencillos de tu vecina que los de un profesional. En el caso británico una de las videoblogueras más conocidas es Lauren Luke (panacea81), que desde 2007 ha conseguido más de 88 millones de visualizaciones de sus vídeos y tiene una línea propia de maquillaje.

Aunque la que ha alcanzado casi el último escalón evolutivo en esta profesión de nuevo cuño ha sido Michelle Phan, a la que la firma Lancôme convirtió en su videomakeartist (videomaquilladora) rescatándola directamente desde YouTube. Esta joven californiana, a la que el periódico The New York Times le pidió que crease un vídeo de maquillaje en exclusiva para su edición online, lanza sus consejos desde una plataforma online que cuenta con su propia sección de instrucciones para no perderse entre la oferta de ideas, concursos y productos –también cuenta con su propia línea de cosmética- que ofrece.

La especialista en tutoriales de belleza Aishawari.

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