Por qué una mujer puede tener 300 pares de zapatos
El documental ‘God save my shoes’ busca explicación a la relación entre las mujeres y los tacones.
Hubo un tiempo en el que los zapatos siempre se elegían en función de la ropa que te ibas a poner y resultaba impensable que pudiera ser al revés. Era el tiempo en el que los tacones solo se consideraban accesorios o complementos y no tenían nombre propio sino que se fabricaban bajo el paraguas de una marca o de la firma de un diseñador de moda. Pero luego llegaron Manolo Blahnik, Jimmy Choo, Carrie Bradshaw… y se desató la pasión por los zapatos.
Es cierto que la relación entre las mujeres y la manera de vestir sus pies siempre ha tenido un punto de fetichismo pero...
Hubo un tiempo en el que los zapatos siempre se elegían en función de la ropa que te ibas a poner y resultaba impensable que pudiera ser al revés. Era el tiempo en el que los tacones solo se consideraban accesorios o complementos y no tenían nombre propio sino que se fabricaban bajo el paraguas de una marca o de la firma de un diseñador de moda. Pero luego llegaron Manolo Blahnik, Jimmy Choo, Carrie Bradshaw… y se desató la pasión por los zapatos.
Es cierto que la relación entre las mujeres y la manera de vestir sus pies siempre ha tenido un punto de fetichismo pero ha sido en las últimas dos décadas cuando el culto a los zapatos se ha generalizado entre el público femenino. “Antes no sabíamos quién hacía los zapatos y ahora los diseñadores son en parte artistas y en parte estrellas”, nos explica Julie Benasra. Es francesa y directora de cine y ha pasado casi dos años intentando encontrar el secreto de por qué los zapatos han alcanzado tal protagonismo para las mujeres. El resultado es una película documental que recoge el testimonio de psicólogos, modelos, sociólogos, gurús del diseño de tacones y amantes de su zapatero. En el de Julie Besnara hay más de 50 pares.
"Cuando empecé con el proyecto fui a mi armario y los conté. Me sorprendí con que hubiera tantos. No tengo 50 vaqueros ni 50 faldas, solo zapatos". No es la que más. En el documental aparecen cantantes, celebrities y empresarias que se declaran apasionadas de estos objetos y cuentan con hasta 300 pares diferentes. El récord se lo lleva Beth Shak. En su vestidor – ¿o deberíamos decir calzador? – hay más de 900 pares. ¿Quién puede permitirse tener una colección como esa? Una jugadora de póker profesional y pseudo-estrella de la televisión que confiesa que no es capaz de recordar todos lo que tiene. "No es una cuestión de necesidad sino de lo que queremos. Por supuesto que nadie necesita tantos zapatos", explica en el documental Mary Lou Quinlan, consultora de marketing.
'God save my shoes' tuvo su première mundial durante la New York Fashion Week y también se ha proyectado en la semana de la moda de París. Mañana se estrenará en Francia para todo el público a través de Canal + – que participa en su producción – y está previsto que esté disponible online en noviembre. ¿Qué nos encontraremos si la vemos? “Es un documental intenta ayudar a las mujeres a entender de dónde viene esa locura por los zapatos y a los hombres por qué nos gastamos tanto dinero en ellos”.
Entre las voces que recoge la película están las de aquellos que han conseguido llevar a las mujeres al límite físico – como dice en este trailer en exclusiva Pierre Hardy – con sus creaciones. Nombres que ya quisiera tener en su armario cualquier adicta a los zapatos como Louboutin, Walter Steigner, el diseñador de la casa Roger Vivier Bruno Frisoni o Manolo Blahnik.
Todos hombres. Sin embargo, nada tiene que ver la relación que tienen las mujeres con estos objetos de deseo a la que tienen ellos. “Hay una cuestión clave: los tacones transforman el cuerpo de la mujer y por eso se ha desarrollado todo un mundo entorno a ellos. Sin embargo, por mucho que los hombres sigan las tendencias y estén cada vez más interesados en su aspecto, los zapatos no dejarán de ser un complemento, es imposible que establezcan una relación como la que tienen las mujeres por esa razón, porque a ellas las transforman”. Es una de las conclusiones a las que ha llegado Julie Benasra después de este trabajo.
Un escaparate con las creaciones de Louboutin.
GTresonline
Los diseñadores están de acuerdo. Christian Louboutin lo dice a cámara: “Es una especie de lifting con la diferencia de que no hay sufrimiento y que los zapatos puedes quitártelos”. Lo del sufrimiento es una cuestión más subjetiva y seguro que más de una no está tan de acuerdo, sobre todo viendo los límites a los que puede llegar el diseñador francés.
Reivindicar nuestra relación con los tacones está de moda. A comienzos de año se estrenó en Londres 'Shoes: the musical' que también hablaba sobre la obsesión con el calzado. “No creo que este fetichismo vaya a pasarse de moda sino todo lo contrario: cada vez es más accesible para cualquier mujer hacerse con un par de zapatos firmados por un diseñador y muchas lo ven como una inversión, además del componente estético, psicológico, de poder…”, explica Benasra.
Pero, si de entre todos esos factores, la directora tuviera que elegir una razón por la cual los zapatos se han convertido en un objeto de culto, lo tiene claro: “No son un accesorio como un bolso o una joya que puedes decidir si llevar o no llevar. Siempre tienes que ir calzado, es algo necesario y los zapatos se convierten en una especie de prolongación del cuerpo. Por eso tienen que representar lo que tú eres, porque en cierto modo son parte de ti”. ¿Cómo será entonces la mujer en la que pensaba Louboutin cuando diseñó unos zapatos como estos?