¿Por qué todos hablan de la gala del MET?

Es el acontecimiento más glamuroso del año y se celebra esta noche. Ésta es nuestra guía para principiantes.

A los que no estéis familiarizados con la gala del Metropolitan os sonará al menos eso de los Oscars de la Moda o los Oscars de la Costa Este. Y es que la fiesta que abre la exhibición primaveral del Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Nueva York -desde 1989 rotan tres exposiciones temáticas al año- es bastante más célebre que la propia muestra en sí, lo que tiene su razón de ser: el despliegue de celebridades, diseñadores y med...

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A los que no estéis familiarizados con la gala del Metropolitan os sonará al menos eso de los Oscars de la Moda o los Oscars de la Costa Este. Y es que la fiesta que abre la exhibición primaveral del Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Nueva York -desde 1989 rotan tres exposiciones temáticas al año- es bastante más célebre que la propia muestra en sí, lo que tiene su razón de ser: el despliegue de celebridades, diseñadores y medios responde a que este macroevento benéfico, cuya entrada ronda 25.000 dólares, es la principal fuente de fondos para el desarrollo anual de exhibiciones, adquisiciones y mejoras de la institución que lo acoge. 

Creado en 1937 por la filántropa de ascendencia germana Irene Lewisohn, el Costume Institute se fusionó con el Metropolitan en 1946 y pasó a conservar un archivo de trajes y accesorios que cuenta con más de 35.000 piezas así como una biblioteca especializada que lleva el nombre de su fundadora. Diana Vreeland, consultora especial del instituto desde el 72 hasta su muerte en 1989, tras pasar por las filas de Harper's Bazaar y ser editora jefe de Vogue, fue la impulsora de este tipo de presentaciones que vienen a suplir la falta de colección permanente. La publicista Eleanor Lambert fue, sin embargo, la promotora de la gala como acontecimiento social.

Y es que cuando no hay muestras de moda en las galerías del MET, el Instituto del Traje se dedica a organizar recorridos especiales por los departamentos de pintura, escultura y artes decorativas, entre otros, para analizar esas disciplinas desde el punto de vista del diseño y la confección.

A día de hoy, este baile que logra reunir a lo más granado de la industria de la moda, el cine, los negocios, el arte, los deportes y la música –en esta edición se espera a más de 700 invitados– en una única sala, no siempre la misma, corre a cargo de Harold Koda y Andrew Bolton y tiene como principal fideicomisaria a Anna Wintour. 

Este año, Elsa Schiaparelli y Miuccia Prada son las protagonistas.

Impossible Conversations explorará del 10 de mayo al 19 de agosto las singulares afinidades entre entre estas dos icónicas diseñadoras italianas a través de un imaginario encuentro concebido en forma de vídeos (cuya dirección artística corre a cargo de Baz Luhrmann) e ilustrado con más de 90 prendas y 30 accesorios extraídos del catálogo del museo y el repertorio personal de las homenajeadas.

"El puente tendido por Schiaparelli y Prada entre arte y moda es pura sinergia", declara Thomas P. Campbell, CEO del Museo Metropolitano, en la nota de prensa que nos ha facilitado su departamento de comunicación.

"La influencia del dadaísmo y el surrealismo en la obra de ambas, las colaboraciones de Schiaparelli con Dalí o Cocteau, así como el espíritu de la Fundación Prada, redefinen culturalmente la relación entre estos campos".

© Tammie Arroyo / AFF-USA.COM (©GTRESONLINE)

Penélope Cruz del brazo de Oscar de la Renta en la retrospectiva de 2011 dedicada a la Belleza Salvaje de Alexander McQueen.

GTresonline

Pero esta noche lo que interesa, es la alfombra roja, tanto que el desfile de celebrities sobre ella podrá verse por primera vez en directo desde la página web del museo (además de en vogue.com y amazon.com, patrocinadores del evento). Más importante que el quiénllevaraqué es el quiéniráconquién: Prada y Schiaparelli no serán la única extraña pareja de la noche, sobre todo, teniendo en cuenta que Donna Karan se hará escoltar por un dibujo animado.

A la gala del MET los famosos acuden en comandita y se organizan por firmas aunque posen de dos en dos. Las marcas son las que pagan las mesas de sus ilustres invitadas, quiénes a cambio, lucen sus vestidos con el objetivo de engrosar la lista de mejor vestidas a la mañana siguiente.

Como siempre ocurre en estos casos, la polémica está servida de antemano, y si en 2009, año en el que se rindió tributo a la supermodelos, algunas de ellas renunciaron a disfrutar de la velada por no incluirse en la muestra de la relación entre diseñadores y maniquiés el trabajo de Azzedine Alaïa –Naomi Campbell encabezó el movimiento-, en esta ocasión parece ser Coco Rocha la líder silenciosa de la insurgencia. 

Al parecer la modelo querría haber vestido de Prada, pero tras la negativa de la propia firma por no ajustarse a su prototipo de mujer, ha cambiado a Miuccia – de la que dicen ha controlado con precisión maníaca cada detalle, a pesar de ciertas declaraciones incendiarias en las que expresaba su desacuerdo en ciertos puntos con la organización, y entre cata y cata de vino ha rehusado prestar sus creaciones a varias asistentes, barajándose incluso la posibilidad de que se ausente esta noche – por Givenchy.

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