Viajar al espacio por un precio asequible (y vestido de ECOALF) no es una idea descabellada
Suena a ciencia ficción, a experimento en Cabo Cañaveral o a misión rusa pero es una realidad ‘made in Spain’ con socios como la firma de moda sostenible ECOALF.
Un globo aerostático capaz de viajar a la Estratosfera, dos pilotos y cuatro pasajeros cómodamente sentados junto a grandes ventanillas con vistas a la curvatura de la Tierra. Eso es Bloon, el primer proyecto mundial de turismo espacial 100% sostenible, tan inminente, que ya se está testando en distintos aeropuertos españoles, como no podía ser de otra manera…
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Un globo aerostático capaz de viajar a la Estratosfera, dos pilotos y cuatro pasajeros cómodamente sentados junto a grandes ventanillas con vistas a la curvatura de la Tierra. Eso es Bloon, el primer proyecto mundial de turismo espacial 100% sostenible, tan inminente, que ya se está testando en distintos aeropuertos españoles, como no podía ser de otra manera…
En el peor de los casos, la anterior afirmación parece un prescindible lugar común y en el mejor, una forzada reivindicación patriótica. Sin embargo, es la clave para entender que, a veces, la historia esconde más futuro del que cabe en la ciencia ficción: “Los viajes al espacio que estamos preparando ya podían haber sucedido en España en los años 30, porque existía el proyecto, la tecnología y el marco legal para hacerlo”. Lo asegura el granadino José Mariano López-Urdiales, ingeniero aeronáutico, CEO de la compañía de logística espacial Zero2Infinity y promotor de la cápsula Bloon.
Este alumno del Instituto Tecnológico de Massachusetts explica que su paso por el MIT tiene menos que ver con sus globos espaciales de lo que parece: “Cuando yo estudiaba en el MIT no se planteaba nada de lo que estoy haciendo ahora. Esto es la continuación de los planes de Emilio Herrera, un militar y político español, también granadino, cuyo trabajo conozco desde pequeño por mi padre, que es astrofísico. Lamentablemente no pudo hacerlo porque la guerra civil y luego la dictadura lo impidieron. La gente suele pensar que en la transición España pegó un gran salto y se modernizó y en muchos aspectos es cierto, pero en muchos otros no. Ni en ambición, ni en uso del capital, ni en materia tecnológica e industrial nos hemos recuperado. Y no hablo solo del proyecto de exploración de la estratosfera de Herrera, hablo de que en aquella época ya había varias empresas españolas que producían coches eléctricos”.
ECOALF colabora diseñando la ropa para el viaje espacial
El aeródromo de Igualada (Barcelona), la base de La Virgen del Camino (León) o el aeropuerto de Córdoba son algunos de los lugares en los que ya se han probado los prototipos de Bloon a distintas escalas.
Para que ir al espacio en globo sea tan sencillo como pagar el billete apenas falta “un poco de inversión de la administración y que se lo crea, que invierta en actividades que tienen un retorno del 20% o del 30% y que la inversión privada deje de irse a la construcción”.
Mientras tanto, López-Urdiales cuenta con un ejército de talento aeronáutico. “Nuestro proyecto –dice- es el más estimulante, el que emociona a más a currículums de todo el mundo y al que quieren contribuir jubilados de la NASA y grandes científicos que prefieren trabajar con nosotros para ofrecer la experiencia de ver con nuestros propios ojos que vivimos en un planeta azul, redondo, que está en medio del espacio. Ver que es limitado y que desde allí no se distinguen las fronteras”. Explica que lo más importante de Bloon no es la cápsula sino las ventanas y «saber que viajar al espacio para ver el globo terrestre no va a generar ningún impacto en la Tierra porque no tiene emisiones contaminantes gracias a la propulsión por helio».
Otra empresa puntera y española, la marca de moda sostenible, ECOALF, forma parte del proyecto: “No se trata solo de ir a ver la Tierra como turista o como científico, sino de demostrar que ese viaje o esa plataforma experimental puede hacerse sin dañar el globo. Para nosotros es muy importante extender esta idea a todos los aspectos y con ECOALF hemos podido colaborar en cuestiones de materiales para la ropa de los viajeros y también para los interiores de la cápsula”, explica.
Así funciona
De las seis horas que dura el vuelo, dos estarán dedicadas a la observación de la Tierra a una distancia de entre 30 y 36 kilómetros, los necesarios para apreciar la curvatura de nuestro planeta. Para que nos hagmaos una idea un avión comercial vuela aproximadamente a 10 km de la Tierra.
Reacio a dar números ni fechas, López-Urdiales admite que “ya se han vendido algunos billetes de Bloon” y anticipa un escenario de los vuelos turísticos de su cápsula: “Dennis Tito, el primer turista espacial pagó 20 millones de dólares a los rusos. Los últimos viajes que están vendiendo en unos 60 millones y se sabe que la demanda potencial de turistas espaciales es de unos 4.000 millones de euros. Ahora mismo solo hay un operador, que es el gobierno ruso, y todo lo demás son proyectos como el de Jeff Bezos y el nuestro. Pero el nuestro está mucho más avanzado y además es más sencillo, más barato, y más elegante. Teniendo en cuenta todo esto, en un año estaremos llevando científicos y en dos, a los primeros turistas, lo lógico es que para el 2020 ya seamos los primeros en estar funcionando de forma no experimental”, asegura.
¿Y qué hay del precio?, insistimos. “Al principio, a los primeros, les costará millones, luego medio millón, luego 100.000 euros. Y estoy seguro de que veremos cómo bajará hasta convertirse en un viaje asequible para la clase media”.
Hasta que se produzca tal caída de precios podemos comprobar en su página web, que la cuadratura del círculo (espacial) ha resultado ser un globo (español) que nos enseñará la Tierra así.