Un clásico de la cultura de club cumple años

Haçienda, el club de Manchester que propagó el acid house, celebra 30 años de su inauguración. Repasamos su legado.

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Hubo unos años en los que Manchester definió la cultura juvenil del momento.  Durante la década de los ochenta y principios de los noventa las noches de la ciudad británica eran interminables, las calles hervían de músicos y el hedonismo servía para hacer un corte de mangas al gobierno de Thatcher. Por algo se autodenominaba como Madchester.

Nada de esto pudiera haber sido posible sin The Haçienda, el ya legendario club nocturno responsable de la expansión del acid house. 

 Fundado por los miembros de New Order y el jefe de la discográfica Factory Tony Wilson Haçienda era más que un club.  Era una sala de conciertos,  un café, un punto de encuentro de las tribus post punk del norte de Inglaterra, un refugio  y un catalizador de creatividad. El club abría seis días a la semana y no entendía de etiquetas musicales: en él se escuchaba electrónica, soul o rock psicodélico, contribuyendo a la ecléctica educación musical de grupos como Stone Roses. 

En este antiguo almacén de embarcaciones  pintado con rayas amarillas The Smiths dieron sus primeros conciertos, Happy Mondays quedaron últimos en la batalla de las bandas del club (y a pesar de todo, ficharon por Factory), Nick Cave estrelló un vaso de pinta en el escenario y una cantante novata llamada Madonna grabó una actuación televisiva en 1984. La leyenda dice que los hermanos Gallagher barrían el suelo.

Un bloque de pisos ocupa hoy el solar donde se encontraba el club

Cordon Press

 Mientras en otras partes de Inglaterra los chicos montaban raves en el campo, en Manchester bailaban bajo el techo de Haçienda. El espacio industrial, desnudo pero inclusivo, diseñado por el arquitecto Ben Kell,  influyó en el estilo de los habituales, que se apoyaba más en la moda casual y básica que en la parafernalia neo-hippy o new age.  El conocido como look “baggy” se componía de vaqueros anchos Levi’s o pantalones de campana de Wrangler, prendas tie-dye, camisetas grandes de manga larga, gorros y sudaderas deportivas.

A pesar de su tremendo éxito la gestión del club fue caótica y más que un negocio creció para ser un agujero negro de engullir dinero. Tras incidentes con bandas mafiosas y problemas con la policía The Haçienda cerró sus puertas definitivamente en 1997. En su lugar hoy hay un bloque de pisos.

La desaparición del espacio físico no ha impedido que se celebre del 30 aniversario del club. El 21 de mayo se cumplen tres décadas de su inauguración y ese mismo día se organiza una fiesta en el aparcamiento de los apartamentos que ocupan el solar. El 2 y 4 de junio en local de Manchester Sankey’s, pincharán ex residentes del club como Laurent Garnier; los eventos se completan con una exposición fotográfica y el lanzamiento una colección de ropa de edición limitada.

 El aniversario de Haçienda coincide con la vuelta de los Stones Roses, que este verano actúan en el FIB junto a New Order, otro grupo mancuniano por excelencia.

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