Tres formas de vivir el ‘après ski’
En estos enclaves de lujo, el deporte es tan importante como todo lo que sucede después, de la visita al spa a las copas.
01. Gstaad (Suiza)
El destino europeo más glamuroso para deportes de invierno tiene 250 km de pistas de esquí, un glaciar esquiable –el 3.000– y es el paraíso para los amantes del trineo y el freeride. Pero lo que ha hecho de Gstaad un refugio de royals, millonarios y estrellas son sus hoteles emblemáticos, sus tiendas de lujo, sus chalets y sus spas. En los años 6o, Hollywood lo eligió como retiro invernal. Desde entonces, la nieve de marca sigue cayendo siempre en Gstaad.
Una sala del Wellness & Spa Hotel Ermitage, en Gstaad, con vistas a las montañas ne...
01. Gstaad (Suiza)
El destino europeo más glamuroso para deportes de invierno tiene 250 km de pistas de esquí, un glaciar esquiable –el 3.000– y es el paraíso para los amantes del trineo y el freeride. Pero lo que ha hecho de Gstaad un refugio de royals, millonarios y estrellas son sus hoteles emblemáticos, sus tiendas de lujo, sus chalets y sus spas. En los años 6o, Hollywood lo eligió como retiro invernal. Desde entonces, la nieve de marca sigue cayendo siempre en Gstaad.
Una sala del Wellness & Spa Hotel Ermitage, en Gstaad, con vistas a las montañas nevadas.
D.R.
02. Baqueira Beret (España)
Si los paparazzi españoles se pasean en verano por Ibiza o Marbella, en invierno se van a Baqueira Beret. Allí se reúnen las celebridades y la realeza para esquiar o, al menos, salir en la foto. Desde que se creó, en 1964, esta estación combina unas condiciones privilegiadas para la nieve y unas instalaciones al nivel de las mejores de Europa, además de todo tipo de caprichos y pasatiempos para entrar en calor. El Valle de Arán proporciona actividades y rincones para perderse.
Lujo a pie de pista. El hotel AC Baqueira es el preferido de los modernos, ya que huye de la estética de montaña y opta por diseño actual.
D.R.
03. Chamonix (Francia)
Antes de que Chamonix fuese el lugar más exclusivo del invierno francés era un destino de amantes del esquí, el alpinismo y la montaña, con la sana intención de practicar su afición y cenar algo caliente. Fueron los vips los que pusieron énfasis en el après ski, todo lo que sucede cuando se cierran las pistas. Y así se crearon hoteles y tiendas de lujo, aunque Chamonix conserva su encanto de pueblo de montaña. El valle contó con un visitante literario: Frankenstein. Mary Shelley sitúa aquí un pasaje del libro.
Nadar entre nieve. El hotel Le Hameau Albert es de los más coquetos. Cuenta con piscina exterior climatizada.
D.R.