Sílvia Pérez Cruz: «Siempre hay posibilidad de conseguir un dinero con algo que no tiene que ver con tu trabajo»
La artista parte de la colaboración con otras artes en su nuevo trabajo, ‘Farsa (género imposible)’, su primer álbum con temas originales en cuatro años, que lleva a escena en el festival Santas Pascuas de Pamplona.
La pandemia agarró a Sílvia Pérez Cruz con su disco Farsa (género imposible) ya casi cocinado. Tenía previsto sacarlo a finales de abril y lanzarse a girar. En lugar de eso, echó el freno y se dedicó a hacer de madre a tiempo completo de su hija Lola en su casa en la montaña de Collserola, donde Barcelona se encuentra con los jabalíes. «Hubo mucha calma y felicidad de poder estar con mi hija todas las horas del mundo. Me sentía privilegiada de poder ver árboles, aunque al principio me abrumaba un poco la naturaleza, porque pensaba que lo que estaba pasando era consecu...
La pandemia agarró a Sílvia Pérez Cruz con su disco Farsa (género imposible) ya casi cocinado. Tenía previsto sacarlo a finales de abril y lanzarse a girar. En lugar de eso, echó el freno y se dedicó a hacer de madre a tiempo completo de su hija Lola en su casa en la montaña de Collserola, donde Barcelona se encuentra con los jabalíes. «Hubo mucha calma y felicidad de poder estar con mi hija todas las horas del mundo. Me sentía privilegiada de poder ver árboles, aunque al principio me abrumaba un poco la naturaleza, porque pensaba que lo que estaba pasando era consecuencia de cómo hemos tratado el planeta y que si lo que iba a pasar era proporcional, sería terrible. Pero luego me concentré en mirar las flores de una en una y eso me ayudó a disfrutar», explica la cantante y compositora, sonando exactamente como uno espera que hable Sílvia Pérez Cruz.
Por las mañanas, explica, escuchaba discos de amigos y componía, entre otras cosas, canciones que les regalaba por sus cumpleaños. Y más tarde se «ponía creativa» con su hija. «Me di cuenta de lo importante que es que los niños tengan recursos para escribir, cantar, pintar… y aburrirse también». Es algo que conoció de niña. Su madre, Glòria Cruz, tenía una escuela de artes en Palafrugell (Girona) y animaba a los niños a equivocarse y a no aspirar a la perfección, les ayudaba a disfrutar con «ese trazo mágico que tienen los niños hasta los siete años y que después los artistas siempre quieren volver a capturar». Con ese mismo espíritu abordó el disco, que parte de la idea de componer dialogando con otras disciplinas como la danza, el cine, la poesía y el teatro, disfrutando de meterse en tinglados y de no jugar con artes que le son ajenas. Leyendo a Sylvia Plath, colaborando con la bailaora y coreógrafa Rocío Molina o el actor Lluís Homar.
La palabra «farsa», que da título al disco, es «durísima», dice, pero le resonó. «Veía que explicaba muy bien eso de potenciar la coraza triunfante de las redes sociales, como de alimentar algo imposible». En su caso, cree que la imagen que se tiene de ella se parece bastante a lo que es en realidad, en parte gracias a los muchos «noes» que ha dicho. «Hay momentos en los que se te presentan cosas jugosas, tentadoras, y es fácil caer en trampas. Siempre hay posibilidad de conseguir un dinero con algo que no tiene que ver con tu trabajo. Yo estoy muy orgullosa de cómo lo hemos hecho». En el extraño 2020 le han faltado los directos, esos que son como comuniones espirituales para su seguidores, y los echa de menos. Por suerte, volverán en breve. El 3 de enero, empieza el año actuando en el festival Santas Pascuas de Pamplona.