Qué es un Ryokan y por qué será el alojamiento estrella de 2018
Suelos de tatami, puertas correderas, onsen o baños de aguas termales seducirán a viajeros de todo el mundo el próximo año, según las tendencias de alojamiento que pronostican portales como Airbnb y Booking
Caminar descalzo sobre el tatami de la habitación envuelto en yukata o kimono ligero japonés tras haberse sumergido desnudo en las aguas termales del onsen. Disfrutar de los múltiples platillos de una cena dispuesta sobre una mesa baja, sentado en una silla sin patas. Desplomarse en el futón que se desplegará después sobre el suelo de la habitación y descansar hasta un nuevo día. Es la experiencia completa del ryokan u hotel tradicional japonés. Un tipo de establecimiento que parecía condenado a la extinción desde que, con el boom económico tras la Segunda Guerra Mundial, los hoteles ...
Caminar descalzo sobre el tatami de la habitación envuelto en yukata o kimono ligero japonés tras haberse sumergido desnudo en las aguas termales del onsen. Disfrutar de los múltiples platillos de una cena dispuesta sobre una mesa baja, sentado en una silla sin patas. Desplomarse en el futón que se desplegará después sobre el suelo de la habitación y descansar hasta un nuevo día. Es la experiencia completa del ryokan u hotel tradicional japonés. Un tipo de establecimiento que parecía condenado a la extinción desde que, con el boom económico tras la Segunda Guerra Mundial, los hoteles al estilo occidental se popularizaron en el país, imparables tras los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. El declive de los ryokan era continuo desde la década de los 80 y en 2013 se habían reducido un 52%, según datos de la Mouri Memorial Foundation. Este negocio vivió su año negro en 2011, con el gran terremoto de Japón, el peor de su historia seguido de la crisis de 2008, cuando quebró Lehman Brothers.
Todo llevaba al ocaso pero en los últimos tiempos se ha obrado el milagro. El ryokan será el alojamiento de moda en 2018, avisa Airbnb en su informe anual de tendencias para el próximo año. La plataforma detecta un aumento de las reservas del 600% y sitúa a Tokio y Osaka entre las tres ciudades más populares entre los viajeros del mundo entero, con París en segundo lugar y Nueva York en el cuarto. Según Airbnb, los viajeros buscarán lugares no convencionales para hospedarse, como alojamientos en plena naturaleza (con un repunte del 700%) o yurtas, tiendas utilizadas por los nómadas en las estepas de Asia Central.
Pero los ryokan, aunque de estilo oriental, son hoteles al uso, algunos de ellos de alto standing, advierten desde la Oficina Nacional de Turismo de Japón, con sede en Madrid desde mayo. Según recoge el Libro Blanco de Turismo de Japón de 2016, alojarse en un ryokan sigue siendo una opción minoritaria para los turistas internacionales, que eligen en primer lugar los hoteles de las ciudades (en un 32,6% de los casos). No obstante, el porcentaje de alojamientos en ryokan creció de un 1.3% en 2011 a un 7,7% el año pasado. El hecho de que muchos de estos hoteles tradicionales hayan traducido sus páginas al inglés y que existan buscadores para localizarlos como The Ryokan Collection ha ayudado a darlos a conocer.
También su inclusión en buscadores de hoteles occidentales como Booking, con 2.704 ryokan ofertados sobre un total de 19.768 alojamientos en Japón. Desde el portal también han observado un aumento de la demanda, aunque prefieren no entrar en porcentajes. De acuerdo con las predicciones de Booking para el 2018, habrá un 50% más de viajes relacionados con la salud y el bienestar (de uno de cada diez en 2017 a uno de cada cinco). Las escapadas para visitar un spa o hacerse un tratamiento de belleza aumentarán, según sus cálculos, un 33%. En este contexto, la opción de descansar en un ryokan gana fuerza. Aunque, para no perderse en el ancho mundo del hotel tradicional japonés, conviene tener en cuenta algunas directrices.
La experiencia clásica
Aprovechar la escapada a un ryokan para darse un baño, también de naturaleza, y abstraerse del ruido de las capitales japonesas suele ser la opción más elegida por los viajeros. Enclaves como Hakone, a menos de cien kilómetros de Tokio, son precisamente famosos por colmar estos deseos. Además de estar lleno de baños termales naturales u onsen, forma parte del parque nacional de Fuji-Hakone-Izu, con lo cual permite hacer senderismo y divisar el monte Fuji en los días claros. La oferta de ryokan es variada. Destaca por sus rotemburo o baños termales al aire libre el Yama no Chaya, con habitaciones dobles desde 170 euros, con desayuno y cena incluidos. Otros ryokan con magníficas calificaciones en buscadores como Booking son el Gora Saryo o los exclusivos Musashino Bekkan y Yoshimatsu. Muchos ryokan y hoteles permiten el acceso a los baños termales a aquellos que no son sus huéspedes, con lo cual es aconsejable tomarse por lo menos un día y planificar bien el viaje para disfrutar con calma de ellos y sacarles el máximo partido.
Gran lujo
Alojarse en un ryokan del más alto nivel trasciende la experiencia de la pernoctación en sí misma. Es el caso del Nishimuraya Honkan, un magnífico hotel tradicional con más de 150 años de historia situado en Kinosaki. Esta ciudad de Kansai, famosa por sus fuentes termales, es tan sublime que según la leyenda fue fundada en el siglo VIII por un santo budista, Dochi-shonin. Al igual que en Hakone, un buen plan de tarde consiste en pasarla a remojo probando los diferentes onsens del lugar para luego culminar en el Nishimuraya Honkan con una cena kaiseki servida en la habitación. En concreto, Kinosaki es famosa por el cangrejo Matsuba, de temporada de noviembre a marzo, y la ternera Tajima, origen de la carne de kobe.
El hotel más antiguo del mundo
Fundado en el año 705 por un ayuda de cámara del emperador Tenji, el Nishiyama OnsenKeiunkan es el hotel más antiguo del mundo, reconocido como tal en el Libro Guinness. Además de la trayectoria más larga, más de 1.300 años, tiene el récord de haber prestado sus servicios de forma ininterrumpida, con 52 generaciones de la misma familia al frente. Situado en las montañas de Hayakama, al oeste de Tokio y cerca de Kioto, en principio fue muy popular entre la clase militar y los artistas. Samuráis aparte, hoy en día sus 35 habitaciones están abiertas a todo aquel dispuesto a pagar los 400 euros que ronda la estancia por noche, con desayuno y cena kaiseki incluida. Los clientes pueden disfrutar también de sus fantásticas aguas termales, que manan de la piedra y cuentan con más de 1600 litros por minuto a una temperatura de 52 grados, en un entorno idílico.
Ryokan de ciudad
Aunque la experiencia del ryokan se asocia con prescindir de las grandes ciudades y pagar una elevada factura, también es posible disfrutar de un hotel tradicional japonés en el mismísimo Tokio a precios asumibles. Buenos ejemplos son el Ochanomizu Hotel Shoryukan, con baños públicos y sillas de masaje, o el FamilyInn Saiko, a 3 minutos en tren de la estación de tren de Ikebukuro y con habitaciones dobles de estilo japonés desde 70 euros. La estancia no deslumbra como en un ryokan al uso, pero sus vapores amortiguan el desconcierto del turista a su llegada a Tokio y la relación calidad-precio es imbatible.