Rodrigo Cuevas: «Si la reina me invitara a dar un recital en La Zarzuela no iría. Le diría que viniera ella a mi casa»
El artista asturiano revisita la canción tradicional en su debut, ‘Manual de cortejo’, para el que ha trabajado con el productor Raül Refree.
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Verdiciu es una localidad costera de Gozón (Asturias), pero también es el título de la versión que Rodrigo Cuevas hizo del famoso tema Ritmo de la noche y que le convirtió en fenómeno viral en las redes en 2016. Desde entonces, sus espectáculos –mezcla de cabaret, teatro de variedades y concierto–, que aglutinaban a un reducido número de personas en pequeños locales, han ido captando más público hasta llenar salas como la But en Madrid, con aforo para más de 1.000 cabezas. El artista, que ha hecho de la reinvención del folclore asturiano su santo y seña, lanzó el pasado diciembre Manual de cortejo, su primer disco –para el que ha contado con el productor Raül Refree, responsable de trabajos como Los ángeles, de Rosalía– y se encuentra inmerso en una gira por España con Trópico de Covadonga.
¿Cuál es la canción de folclore tradicional que más sensaciones le ha provocado?
Hay varias que contienen mucho machismo, y por ese lado me chocan, pero prefiero no darles bombo.
Para el álbum, se fue de viaje con Refree por los pueblos de Asturias, ¿qué es lo que más le sorprendió?
El uso de la percusión y la voz en la música tradicional asturiana. Y Gelita d’El Cabanón, una mujer que canta tonada. Su forma de interpretarla y adornarla me impresionó, era como escuchar a Rafael Farina o a Antonio Molina cantando.
Si pudiese reescribir el himno de Asturias, ¿cuáles serían los cuatro primeros versos?
Me gusta la original, solo cambiaría la palabra patria por matria y la traduciría al asturiano.
¿Don Pelayo o Manuela Malasaña?
A Don Pelayo lo conozco solo de referencias, no tengo ni idea de qué corresponde con la realidad y qué con la fábula. Por tanto, me quedaría con Manuela Malasaña, más coetánea.
¿El músico vivo al que más admira?
Mercedes Peón, por su capacidad para sintetizar lo más potente de la música tradicional y llevarlo a escena. Cuando la ves, da la impresión de que una señora antigua ha cogido unos instrumentos electrónicos y ha jugado con ellos.
Rosalía le invita a cantar con ella en el Madison Square Garden, ¿qué canción escoge?
Tengo de subir al puertu.
Tiene que vivir aislado durante un año en una cabaña de los Picos de Europa, ¿qué libros y qué discos se llevaría?
El clan del oso cavernario, de Jean M. Auel, ahí aprendes cómo sobrevivir en esa cabaña. De mi madre heredé dos cosas: una yogurtera y el libro La aguja en el trastero. La primera no la cargaría porque imagino que no habrá electricidad, y el segundo contiene 101 trucos para él y para ella en el hogar, me resultaría muy útil. Luciérnagas en la memoria, de la asturiana Pilar Sánchez Vicente, que habla de los fugados al monte durante la Guerra Civil, y uno de Elige tu propia aventura para leerlo muchas veces. Discos, ninguno. Lo bueno de estar en el monte es expresarte tú mismo.
Doña Letizia le invita a La Zarzuela a dar un recital privado, ¿qué repertorio elige?
No iría. Le diría: «Leti, lo siento, ven tú a mi casa si quieres un día». Mis puertas están abiertas a todo el mundo, un vaso de agua y un techo no se le niegan a nadie.
El disco Manual de cortejo reivindica las formas de ligar del pasado, ¿hemos perdido la capacidad de seducir?
Totalmente, ahora se trata de la imagen y los cuerpos hipertrofiados, el ingenio no cuenta.
¿Qué rituales de cortejo antiguo cree que hay que recuperar urgentemente?
La ronda, el baile, la caidita de ojos y los piececitos debajo de la mesa.
Una canción que use para enamorar.
Una que dice (canta): Serranita mía, siéntate a mi vera, porque a mi lado respiras, que tengo la piel morena. Y eres el sol de Navarra y la luna de Aragón y eres el carro triunfante que arrastra mi corazón.
¿A qué político rondaría?
A ninguno. Soy de una clase social y tengo mucha conciencia de clase, no necesito mezclarme con otras que no hacen más que explotar a la mía.
¿Cuál es la prenda más sexy del traje tradicional asturiano?
El pañuelo de la cabeza y toda la ropa interior.
Le llaman el Freddy Mercury del folclore asturiano, pero ¿qué tiene realmente en común con él?
(Se mira en el espejo mientras responde). El bigote y la pelambrera del pecho, nada más.
Tino Casal resucita y lo tiene que llevar de copas, ¿a dónde lo llevaría?
Me lo llevaría por la calle Gascona, en Oviedo, a tomar sidra.
En sus videoclips aparecen lugares de Asturias y gente local, ¿por qué?
Primero, porque no tengo tanto dinero (ríe). Segundo, va en el espíritu de lo que hago, de lo popular, de la comunidad, de la colaboración y de lo humano.
¿Qué géneros quedan por (y le gustaría) reinterpretar?
A mí me encantaría cantar verdiales de los montes de Málaga, pero hay que nacer allí, son muy difíciles.
¿Un artista debe implicarse políticamente?
Sí, sobre todo en estos tiempos de riesgos sociales y políticos.
¿A quién le haría máxima ilusión encontrar entre los espectadores de sus conciertos?
No soy nada mitómano. Me gusta que venga la gente del pueblo donde vivo, Piloña. El año pasado organizaron un autobús para venir a verme a Oviedo, y eso me encantó.
Le llaman provocador, transgresor… ¿con cuál se queda?
Con ninguno, yo soy muy complaciente, doy al público lo que llevan rato queriendo, aunque no lo sepan.
*Estilismo: Paula Delgado. Asistente de estilismo: Sergio Martínez de Maya. Maquillaje y Peluquería: Lidia Yélamos.