Los grandes artistas tienen taller en Madrid
¿Qué une a Caravaggio, Marina Abramovic y Tutankamón? Sencillo, sus obras o facsímiles se producen, restauran o duplican en Factum Arte, un atelier en Ciudad Lineal que visitamos en exclusiva.
Esculturas contemporáneas que en subastas superan los millones de euros y reproducciones de pinturas o construcciones históricas que encargan los grandes museos salen de un callejón en Ciudad Lineal, un barrio a las afueras de Madrid. «Con nuevas tecnologías y el talento de especialistas luchamos por preservar el patrimonio histórico», explica Adam Lowe (Oxford, 1959) sobre el trabajo de Factum Arte, el taller que fundó en el año 2000. «Aquí también hacemos realidad las obras proyectadas por grandes artistas. Aquella idea del genio solitario en su estudio es algo cada vez más lejano», coment...
Esculturas contemporáneas que en subastas superan los millones de euros y reproducciones de pinturas o construcciones históricas que encargan los grandes museos salen de un callejón en Ciudad Lineal, un barrio a las afueras de Madrid. «Con nuevas tecnologías y el talento de especialistas luchamos por preservar el patrimonio histórico», explica Adam Lowe (Oxford, 1959) sobre el trabajo de Factum Arte, el taller que fundó en el año 2000. «Aquí también hacemos realidad las obras proyectadas por grandes artistas. Aquella idea del genio solitario en su estudio es algo cada vez más lejano», comenta. Una forma muy modesta de simplificar su labor, y la de su equipo de 30 profesionales, con quienes logró hacer las réplicas de la Dama de Elche y uno de los leones de Bonarelli. «Hay 12 en España, 8 como patas de las mesas de piedra en el Museo del Prado (uno producido aquí) y 4 en la sala de la coronación del Palacio Real, que se vieron durante la proclamación del Rey». También las planchas de Los caprichos de Goya para el Centro Nacional de Calcografía o la clonación del trítptico de San Mateo de la Iglesia de San Luis de los Franceses, en Roma, obra de Caravaggio.
Mari Carmen Pascual, del equipo de Factum, en uno de los momentos de creación de los moldes para la obra de Mori.
Mirta Rojo
Aunque su proyecto más famoso, a pesar del propio Lowe, fue el escaneado en 3D y reproducido en resina (con una exactitud de 100 micrones, una décima de milímetro) de la tumba de Tutankamón, que hoy se puede visitar en la casa del arqueólogo Howard Carter, en Egipto. Factum invirtió tres años de trabajo y un presupuesto superior al medio millón de euros para realizar la réplica de la última morada del faraón. «Toda la prensa se volcó, porque es un personaje mediático, pero la sala mortuoria sin los ornamentos no tiene tanto valor como la cámara fúnebre de Seti I, que también clonamos y que tenía todas las pinturas y grabados originales», explica Lowe. «La gente debe entender que cuando entra en una tumba la deteriora. En cambio, visitando nuestras copias, que están en el Valle de los Reyes en Luxor, se contribuye a su conservación». Cuando se inauguraron, su exactitud hizo llorar a Salima Ikram, jefa del departamento de Egiptología de la Universidad Americana de El Cairo.
Facsímil de La última cena de Leonardo da Vinci, un encargo de Peter Greenaway.
Mirta Rojo
Lowe nos dirige a una de sus naves. Antes de entrar vemos una enorme cabeza de Darth Vader, que no es otra cosa que la horma de Totem (2007), la pieza de Marc Quinn. «Conservamos los moldes de casi todas las obras y muchas de las pruebas finales». Le preguntamos por las esculturas que el artista hizo a Kate Moss (Christie’s vendió una en mayo por más de un millón de euros). «En ese caso él trabajó directamente con Kate en su estudio en Londres, nosotros solo hicimos un vaciado de la pieza en bronce para reproducirla». La que sí se hizo en este taller fue Big Bang Pop, una serie de enormes palomitas de bronce. Una la compró Elton John para el jardín de su mansión en Londres. «Contamos con un vídeo que explica el proceso. Desde que explota el maíz. Cómo nos manda la palomita en un tupper, el escaneado y cómo la convertimos en una obra de 127 centímetros de alto, 86 de ancho y 240 kilos de peso».
Colgada del techo, una de las piezas Cyclic de la nueva serie de Marino Mori. La más grande que han hecho pesó 580 kilos.
Mirta Rojo
Tenemos el privilegio de entrar en otra sala. En el interior están produciendo las esculturas de Mariko Mori. Del techo cuelga una pieza de fibra de vidrio que recuerda el movimiento de una galaxia. «La acabamos de pulir y ensamblar, ya está lista para ser cubierta por una pintura holográfica especial fabricada por la firma Lechler en Como, Italia». Mori fue la estrella de una de las últimas muestras del Espace Louis Vuitton en Tokio y de Art Basel. En ambas exposiciones vendió todas sus obras. Al preguntarle por el precio que alcanzan nos responde: «Me lo preguntan mucho, pero no lo sé, su cotización es asunto de galeristas».
Adam Lowe en la sede de la fundación Factum. «Tenemos obras que nos han regalado Kapoor, Quinn o Garaicoa».
Mirta Rojo
Abriéndonos paso por la sala, nos descubre la impresora de cemento con la que ayudaron a Anish Kapoor a crear las esculturas Greyman Cries Shaman Dies Billowing Smoke Beauty Evoked (2009), sus técnicas para cortar con agua o su sistema de fresado. Con este último, Marina Abramović les encargó un retrato suyo sobre alabastro. «Ella trabaja con ideas no hace objetos, aunque ahora prepara los primeros. La próxima semana nos reuniremos en Londres para que me explique el proyecto para hacer en su fundación en Nueva York unos templos de los sentidos. Pero no puedo contar más».
Espíritus alados de la réplica de la sala del trono de Asurnasirpal II. Un trabajo para preservar el patrimonio de Irak.
Mirta Rojo
El taller ha realizado el Corpurum Regularium, que muestra las geometrías que Jamnitzer soñó en 1568.
Mirta Rojo
El fotógrafo ruso Boris Savelev controla personalmente la impresión de sus imágenes.
Mirta Rojo
Molde de una silla diseñada por Piranesi en 1769.
Mirta Rojo