Con un cambio de armario y aprendiendo a tocar la guitarra: así superaron Leonor Watling y Hugo Silva sus crisis de los 40

Son una expareja de abogados que decide dejarlo todo y abrir un restaurante al llegar a los 40 en su nueva serie, ‘Nasdrovia’, que se estrena el 6 de noviembre en Movistar +. Nos cuentan cómo la pasaron ellos y cómo están viviendo este 2020.

Leonor Watling lleva 'body' y capa, ambos de MICHAEL KORS COLLECTION, botas de GEOX, pendientes Lucky Move de MESSIKA y en la mano izda. pulseras de TIFFANY & CO., y en la mano derecha, en el dedo meñique, anillo MyTwin Toi&Moi de MESSIKA y en el anular anillo de TIFFANY & CO., y Hugo Silva, con pantalón de EMPORIO ARMANI, abrigo de DSQUARED2 y botines de HUGO BOSS.adriana roslin

Cuando cumplió 40 años Leonor Watling (Madrid, 1975) volvió a intentar sacarse el carné de conducir, aunque en esa ocasión (ha perdido la cuenta de cuántas lleva) tampoco hubo suerte. “Aprobé el teórico pero no pude hacer el práctico, se me caducó. Me pasa desde que tengo 18 años, y no es broma: cada vez que lo pago me sale trabajo. Ese fue mi gran movimiento vital… Pero por dentro tuve una revolución brutal”, reconoce entre risas. No plasmó el paso de década con un drástico corte de pelo, como Edurne, el personaje de su nueva serie, Nasdrovia (6 de noviembre en Movis...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cuando cumplió 40 años Leonor Watling (Madrid, 1975) volvió a intentar sacarse el carné de conducir, aunque en esa ocasión (ha perdido la cuenta de cuántas lleva) tampoco hubo suerte. “Aprobé el teórico pero no pude hacer el práctico, se me caducó. Me pasa desde que tengo 18 años, y no es broma: cada vez que lo pago me sale trabajo. Ese fue mi gran movimiento vital… Pero por dentro tuve una revolución brutal”, reconoce entre risas. No plasmó el paso de década con un drástico corte de pelo, como Edurne, el personaje de su nueva serie, Nasdrovia (6 de noviembre en Movistar +). En esta producción de Globomedia (The Mediapro Studio) Watling interpreta a una abogada que se hace rica defendiendo a corruptos, y al llegar a los 40 decide dejarlo todo para abrir un restaurante de comida rusa que acaba con mafiosos del Este sentados a su mesa. Julián, su exmarido, socio de bufete y copropietario del negocio en la serie, está interpretado por Hugo Silva (Madrid, 1977), que se muestra feliz con el proyecto. “Cada vez se arriesga más en ficción, Nasdrovia presenta un código nuevo aquí, muy los Cohen, Fleabag, Barry…”, enumera.

La comedia se basa en el libro El hombre que odiaba a Paulo Coelho, de Sergio Sarria. “Como casi todos los de mi generación, en mi juventud leí a Coelho y lo tuve mucho en cuenta. Luego poco a poco fue decepcionándome profundamente, hay cosas que recuerdo hoy y me río de mí sintiéndolas”, indica Silva. “A Edurne le pasa eso que nos ocurre a todos de decir estoy hasta el gorro, me voy a montar un chiringuito en la playa… Ella hace real esa fantasía de cambio de vida que todos idealizamos”, desarrolla Watling. Su sueño personal sería “tener una granja, un poco María Antonieta o Isabella Rossellini con sus pollitos y sus ovejitas”, pero la actriz sabe que es una utopía, nada la mueve de Madrid. Hace cinco años, cuando cumplió los 40, toda su revolución interior se manifestó en un cambio de armario: “Quité ropa cómoda que me hacía sentir como un topo, que tengo mucha, porque tiendo a esconderme. Me dije no puedes llevar lo mismo que llevabas hace seis años, mímate un poco”.

Watling, con mono en ‘tweed’ con lentejuelas de UTERQÜE y pendientes Clash de CARTIER, y Silva, con ‘trench’ de EMPORIO ARMANI.adriana roslin

“A mí lo que me pasó fue que empecé a tener conciencia de mis responsabilidades. Antes no la tenía, trabajaba, salía, viajaba… En tu día a día vives como si fueses un chaval de veintitantos años, pero luego te miras al espejo o de pronto alguien te habla de usted y te das cuenta de que no es así”, reflexiona su compañero. Dice que ahora, a los 43, está intentando buscar cosas que le hagan sentir bien. Ha retomado la guitarra, va a clases de batería. “En el confinamiento vi que necesitaba un placer supersencillo, para desconectar, que la cabeza esté en otra cosa, como una meditación”. ¿Vive la sociedad hoy una crisis de los 40 generalizada, tiene que pensar hacia dónde ir? “Igual no está mal plantearse que vamos a otro sitio. Todos, en una conversación general. A los 40 aún quieres un poco de lo anterior; socialmente eres adulto, ya puedes decidir, y a la vez buscas hacer todo lo de antes pero bien. Con 45 ya no tengo esa sensación. No sé lo que quiero pero desde luego no es una antigua normalidad, sino algo nuevo y mejor. No tengo ya esa cosa del ideal del pasado”, responde la actriz.

Watling, con vestido y sandalias, ambos de GIVENCHY, y pendientes Atelier de TOUS.Adriana Roslin

Tanto Watling como Silva vieron despuntar sus carreras en los 2000 –ella con series como Raquel busca su sitio y películas como Hable con ella; él con las ficciones televisivas Paco y Veva y Los hombres de Paco–, alcanzaron la categoría de iconos generacionales, la fama repentina. Y no la echan de menos. “Cuando empiezas eres algo nuevo que está de moda. Ahora hay más cariño que euforia. Al principio fue muy explosivo y eso es difícil de encajar. Es curioso, yo realmente me sentía muy solo, y creo que eso es lo que luego influye en el ego y en todo. Cometí el error de negar la mayor, decir esto no va conmigo. Pero esa es una forma de esconderte. Con el público siempre me he llevado bien, con la fama es con lo que he tenido problemas. En el momento en que acepté que mi trabajo conllevaba eso fue cuando aprendí a convivir con esta situación que me ha acompañado la mitad de mi vida”, reflexiona el actor.

Watling asegura que está en un buen momento, no ha notado el parón que muchas intérpretes experimentan a partir de los 40 y piensa que eso refleja un cambio a gran escala: “Yo nunca separaría esta profesión de la sociedad. Siguen el mismo discurso. El edadismo existe, y la covid lo ha dejado más presente que nunca: todos queremos llegar a vivir 200 años, pero no viejos. Pero tuve la suerte de que cuando cumplí 40 empezó a haber un cambio de discurso en la industria. Por ejemplo, en el libro en el que se basa Nasdrovia el protagonista es un hombre y en la serie lo han cambiado y es una mujer. He trabajado más de los 40 a los 45 que de los 35 a los 40, también por la circunstancia vital, decidí tener hijos y tuve la suerte de poder tenerlos…”.

Silva lleva camisa de HERMÈS.Adriana Roslin

Ninguno de los dos ha sentido la necesidad de dar un giro y cambiar radicalmente de profesión. Ella ya combina la interpretación con Marlango, el proyecto musical que desarrolla desde 2004 con Alejandro Pelayo, y él apunta que tal vez lo próximo sea dirigir, tiene alguna idea en mente. También coinciden en que no habrían podido ser dos abogados como los que interpretan en Nasdrovia, especializados en demostrar la inocencia de políticos corruptos, entre los que se pueden reconocer algunos trasuntos de casos vividos los últimos años en España. “La realidad supera a la ficción. Yo no puedo entender que esta gente siga saliendo a hablar en público. Escohotado dice la que me parece la mejor frase del mundo, ‘la educación de un país se mide porque tú no robas porque te pongan difícil robar, no robas porque está mal’. Pero es que en el fondo a nuestra sociedad no le parece tan mal un corrupto, dice qué listo es, se le admira un poco… Ese es el problema”, lamenta Watling. Silva opina que “no se les perdona tanto y cada vez hay más información”. Pero también le preocupa la desinformación: “La gente está aprendiendo a opinar con titulares. Eso es peligroso, crea una sociedad infantil, nos estamos quitando el criterio”. Bajo el alias @rastacai, es muy activo en Twitter, lo que le ha llevado a copar titulares en más de una ocasión: “Cuando pongo un tuit no calculo el alcance, lo pongo como cualquier ciudadano. De hecho me muerdo mucho la lengua, sé que si me río de ciertas cosas se va a crear un debate sobre si me puedo reír o no de ellas, tengo que andar con pies de plomo”.

Ambos se han sumado al movimiento #alertaroja, surgido en defensa de la industria del espectáculo y los eventos a raíz de la pandemia. “Hay una oportunidad para darle a la cultura su sitio. Es un bien básico, pero se ve como algo opcional, prescindible”, recalca Silva. Él no ha parado de rodar en los últimos meses (el regreso de Los hombres de Paco y la serie La cocinera de Castamar): “Intento no tener miedo. Cuidado con el miedo. A nivel individual tenemos que ser conscientes y valientes”. Watling (que ultima la serie La templanza) también defiende la importancia del sector, todavía se emociona al recordar su primer bolo de la nueva normalidad, el 5 de julio en Granada: “En el escenario estábamos más nerviosos que en el primer concierto de Marlango. No nos habíamos dado cuenta de lo mucho que echábamos de menos esa liturgia, la comunión con el público. Yo no practico ninguna religión, practico la cultura como ejercicio espiritual”.

*Maquillaje y peluquería: Alba Nava (X Artist Management) para Balmain Hair Couture y Dior Makeup. Asistente de fotografía: Julia Jeréz. Agradecimientos: Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón.
Fortuny 53, Madrid. Tel.: +34 917 00 41 00 (www.ortegaygasset.edu).

Sobre la firma

Archivado En