James Rhodes: «Allí donde haya poder, habrá abuso de algún tipo»

Instalado por amor en Madrid, el pianista define el género musical como un derecho básico. Tras el arrollador éxito de ‘Instrumental’, publica ‘Fugas’ en Blackie Books.

Rhodes define su libro como "una carta de amor a España, también a la música, y quizá a la condición humana".Gianfranco Tripodo

Sentado al sol de un otoño veraniego, casi noviembre y en manga corta, hablando de música y cuadros en la terraza del Museo Thyssen –su preferido del mundo, «porque tiene el tamaño perfecto, puedes verlo en dos o tres horas, experimentar el arte del siglo XVI al XXI y no sientes que eres un intruso»–, el pianista James Rhodes (Londres, 1975) parece contento. En julio se mudó a Madrid, asiste a los estrenos del Teatro Kamikaze, ve Paquita Salas, pasea por La Latina y Lavapiés. ...

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Sentado al sol de un otoño veraniego, casi noviembre y en manga corta, hablando de música y cuadros en la terraza del Museo Thyssen –su preferido del mundo, «porque tiene el tamaño perfecto, puedes verlo en dos o tres horas, experimentar el arte del siglo XVI al XXI y no sientes que eres un intruso»–, el pianista James Rhodes (Londres, 1975) parece contento. En julio se mudó a Madrid, asiste a los estrenos del Teatro Kamikaze, ve Paquita Salas, pasea por La Latina y Lavapiés. Su nuevo libro, Fugas (Blackie Books), aventura este romance con «la que quizá sea la mejor ciudad del mundo». Si en Instrumental habló sobre los abusos sexuales de su infancia, adicciones y enfermedades mentales, ahora indaga en cómo vivir hoy en día: «Lo más importante es aceptar que todos somos iguales, tenemos problemas, y es preferible pensar que estamos juntos en esto».

En el libro afirma que, por fin, se siente preparado para vivir.

Resulta tan fácil sentir que estás simplemente existiendo en lugar de viviendo… No quiero echar la vista atrás en el futuro y pensar que estaba aterrado todo el tiempo y que no disfruté el momento. El problema es que mi cabeza se enfrenta con esa idea, quiere que esté aislado y con miedo, que me sienta un impostor…

De hecho, dice que tiene miedo escénico antes de actuar.

¡Desde luego que lo sufro! ¿Quién no lo padece? Pero me siento mejor cuando hay algo que me da miedo y decido hacerlo; eso me da autoestima, confianza. Odio esos estándares ridículos que dicen que debemos ser perfectos. Yo no aspiro a eso, sino a convertirme en un ser humano lo suficientemente bueno.

En ese proceso ha hablado de abismos: sus problemas mentales.

Pienso que es realmente importante hablar de las enfermedades mentales. Es algo más común de lo que nos gusta aceptar. Todos, en un grado u otro, lidiamos con ellas, incluso si se trata de una forma menor de ansiedad. Tendemos a pensar que es algo malo, pero yo creo que parte de vivir hoy en día consiste en aceptar el hecho de que se trata de un momento difícil para estar vivos: todo ocurre deprisa, con los móviles, los emails, Twitter, trabajar hasta medianoche… La vida es frenética y no creo que estemos diseñados para vivir así, por eso sufrimos.

Portada de ‘Fugas’, el nuevo libro de James Rhodes.Blackie Books

¿Escribir libros es la mejor terapia para usted?

Es una forma de terapia. Puede ser muy catártico. Practicar cualquier disciplina creativa es muy sano.

¿La educación debería incidir más en lo creativo?

La educación musical está en crisis en España, Reino Unido e incluso en Alemania, la cuna de la música clásica. ¿Si tienes un niño de 6 años prefieres que sepa de geometría o que vea que es capaz de hacer algo extraordinario? Es hora de que entendamos que la música es un derecho humano básico.

Sin distinguir entre alta y baja cultura.

La música clásica no es una forma elevada de arte, no es muy distinto a ver un concierto de rock o un partido de fútbol. Permite desacelerar y experimentar algo que va más allá de las palabras. Salvó mi vida.

De eso habló en su debut este verano en el Real. Y del Brexit, uno de los motivos por los que dejó Reino Unido.

No sé si se producirá. Tal vez haya un segundo referéndum. Necesitamos afrontarlo y decir que cometimos un error. Es un desastre. No importa que el 48% votara en contra, el hecho es que la mayoría lo hizo, y es algo de lo que como británico estoy avergonzado.

La música clásica fue su refugio ante los abusos. Usted sacó a la luz un tema tabú, y ahora ha ocurrido algo similar con el caso Weinstein, se ha creado una reacción en cadena que ha llevado a Corey Feldman a anunciar un documental sobre los abusos a niños actores en Hollywood.

Allí donde haya poder, habrá abuso de algún tipo. Y cuando ocurre, a causa de la dinámica del poder, hay mucha vergüenza y secretismo. Incluso cuando hablas sobre ello puedes sentir que estás haciendo algo malo. Que la gente hable es la única manera de que las cosas puedan cambiar a mejor. Tienes que empezar un diálogo. Tiene que haber alguien valiente. Una persona lo hizo con Weinstein, y todo empezó a moverse.

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