Emma Roberts: “Es necesario encontrar un momento para desconectar, ser capaz de sentarte contigo mismo”
La actriz viene de la realeza de Hollywood. Se crio entre rodajes con su tía Julia y ahora es una de las musas del cine ‘indie’. Íntima de Gia Coppola, triunfa con su club de lectura en Instagram y es el rostro de la nueva fragancia Boss Alive.
Brilla un sol de noviembre que crea ilusión de primavera en Los Ángeles. Es viernes y en Culver City, uno de los barrios de moda de la ciudad, lejos de atascos, todo es calma. Emma Roberts (Rhinebeck, Nueva York, 1991) llega a la sesión de fotos bebiendo a sorbitos un enorme vaso de café. Es delgada, muy menuda. Mientras la peinan, habla y se ríe sin parar junto al peluquero estrella Adir Abergel. Él, inseparable de s...
Brilla un sol de noviembre que crea ilusión de primavera en Los Ángeles. Es viernes y en Culver City, uno de los barrios de moda de la ciudad, lejos de atascos, todo es calma. Emma Roberts (Rhinebeck, Nueva York, 1991) llega a la sesión de fotos bebiendo a sorbitos un enorme vaso de café. Es delgada, muy menuda. Mientras la peinan, habla y se ríe sin parar junto al peluquero estrella Adir Abergel. Él, inseparable de su sombrero y con las muñecas llenas de pulseras de cadenas doradas, es quien se ocupa de los looks capilares de Charlize Theron, Anne Hathaway, Kristen Stewart o Rooney Mara. Y, por supuesto, de Emma Roberts. Porque Emma forma parte del firmamento hollywoodiense desde la cuna: su padre es el actor Eric Roberts, su madre la productora Kelly Cunningham y su tía –quien la vea sonreír lo intuye de forma instantánea– la famosísima Julia Roberts.
Apenas quiere hablar de ella, pero en un momento dado recuerda que la protagonista de Pretty Woman fue quien le metió el gusanillo de la interpretación. “Crecí en los sets, a los que iba con mi tía, y para mí estar allí era muy divertido, me sentía como en un campamento de verano. En esa atmósfera creativa, estando con ese tipo de gente, sueñas con crear algún día películas y series de televisión. Ahí descubrí que adoro contar historias y supe que lo único que quería era formar parte de esto”, explica arrastrando un poco las palabras, con una voz sorprendentemente grave. Pese a las reticencias de su madre, logró estrenarse en la interpretación siendo muy joven. Con solo nueve años debutó en Blow, la película de Ted Demme sobre el Cartel de Medellín protagonizada por Johnny Depp y Penélope Cruz. “Amo a Penélope Cruz, es una de mis actrices favoritas. Casi no puedo creerme que tuviera la suerte de trabajar con ella de pequeña”.
Consiguió este papel por pura cabezonería, tras mucho insistirle a su madre, con quien vivió tras la separación de sus progenitores solo un año después de su nacimiento. “Fue mi primera audición y como lo logré mi madre estaba tan orgullosa que no me pudo prohibir hacerlo, comprendió que me tomaba muy en serio esta profesión pese a ser tan joven”. Así arrancó una carrera cinematográfica estable que hoy continúa. A los 13 años cumplió su sueño de salir en la tele al protagonizar la serie Una chica corriente, de Nickelodeon. Evoca esa época con mucho cariño: “Me acostaba feliz, pensando que cada mañana me iba a levantar para trabajar”. Afirma que no sintió trauma alguno en la transición de estrella infantil a joven actriz. A los 18 empezó a rodar películas de la escena independiente, que sistemáticamente se estrenaban en el Festival de Sundance, como The Winning Season, con Sam Rockwell y Rooney Mara, o Twelve, dirigida por Joel Schumacher.
Y esa estela indie la sigue acompañando, tanto en sus amistades como en sus proyectos: en 2013 participó en Palo Alto, la ópera prima de Gia Coppola –nieta de Francis Ford y sobrina de Sofia, como la propia Roberts, realeza hollywoodiense–, basada en el libro homónimo de su también colega James Franco. “Gia es una de mis mejores amigas y rodar con ella fue una de las mejores experiencias que he vivido”, sostiene. Adelanta que en breve volverán a colaborar, aunque de momento se muestra hermética sobre el proyecto: “Estamos trabajando en algo juntas, pero no puedo decir lo que va a ser”.
Sí cuenta que Gia y ella se intercambian libros constantemente. Y esas recomendaciones entre amigas han cobrado para Roberts una gran importancia. En 2017 fundó junto a Karah Preiss Belletrist, un club de lectura feminista en Instagram, que arrancó con el ensayo Sur y Oeste, de Joan Didion. “Todo empezó porque Karah vivía en Nueva York y yo en Los Ángeles y nos enviábamos todo el rato libros y artículos para, de algún modo, seguir en contacto y tener temas de los que hablar por teléfono. Empecé a colgar libros en mi perfil y me di cuenta de que la gente interactuaba de verdad con esos posts. Pensé lo guay que sería crear un lugar en el que pudiera decirle a todo el mundo lo que estaba leyendo en cada momento y lo que me gustaba y de esta manera empezar una conversación, con la ilusión de inspirar a la gente para que lea más”.
Su comunidad lectora suma ya 228.000 seguidores y entre sus sugerencias figuran autoras como Lisa Taddeo, Eve Babitz, Ayobami Adebayo o Catherine Lacey. Para Emma es una forma de demostrar que leer es fundamental en la sociedad hiperconectada actual: “Siento que vivimos en una época en la que pasan muchas cosas en las redes sociales, y en la que estamos tan inundados de información que es necesario encontrar un momento para desconectar, ser capaz de sentarte contigo mismo, leer un libro y, de algún modo alejarte de la energía frenética de Instagram y las redes sociales. Además, de esta manera también tienes algo de lo que hablar cuando regresas a las redes sociales. Creo que es una gran manera tanto de desconectar como de reconectar”.
Leslie Jamison, con los relatos breves recopilados en Make it Scream, Make it Burn, ha sido su último gran descubrimiento. “Estoy realmente obsesionada con su forma de escribir, ya me he comprado otros dos libros suyos”, recalca. Las esperas entre vuelos y rodajes le ofrecen tiempo para leer sin parar, indica mientras recuerda que el pasado verano rodó en Atlanta su primer proyecto para Netflix, Holidate, una película sobre una chica y un chico solteros (ella y Luke Bracey) que deciden acudir juntos a eventos y compromisos para evitar que les pregunten si tienen pareja. “Es una comedia romántica de la que estoy muy orgullosa. Me gustan las películas así, divertidas, cálidas”, comenta y añade que se estrenará este año en la plataforma.
Ese tipo de papeles dista mucho de los que ha interpretado con el gurú de las series de televisión Ryan Murphy. Bajo sus órdenes ha sido Chanel Oberlin, la villana obsesionada con la moda que protagonizó Scream Queens, y la bruja Madison Montgomery en American Horror Story. “Adoro a Ryan, me apuntaría sin pensarlo a cualquier proyecto con él, espero que podamos trabajar juntos pronto de nuevo”, asegura. Para ella, el productor y director crea los mejores papeles femeninos de la televisión: “Cuando me llegan sus guiones siempre me impresiona la voz que les da a todas las mujeres. Consigue unir castings femeninos increíbles y crear mundos que nadie más podría imaginar”. Le gustaría seguir sus pasos, lanzarse a la dirección algún día, y cree que dirigir un capítulo de una serie podría ser el punto de partida en esa aventura, pero antes de lanzarse aprende trabajando con jóvenes directoras como la bilbaína Alice Waddington, con la que el año pasado rodó su largometraje de debut, Paradise Hills, o la francesa Rebecca Zlotowski, quien la ha dirigido en la campaña de Boss Alive, la nueva fragancia de Hugo Boss, de la que Roberts es imagen. “Me encanta trabajar con mujeres, las personas más importantes en mi vida son mujeres: mi madre, mi hermana, mis amigas… Estaba muy emocionada por rodar con Alice, fue increíble poder trabajar con una mujer joven que sabía lo que quería, y con Rebecca fue todo muy divertido, aportó muchísima vivacidad y energía”, señala enfatizando cada sílaba.
La moda y la belleza son dos mundos que siempre ha conocido de cerca. “La moda es una forma muy divertida de expresarte. Si voy a París visto de forma diferente que si voy a Nueva York, y en cada ciudad que visito busco diseñadores locales y tiendas pequeñas en las que me compro un montón de ropa que nunca encontraría en Los Ángeles”, explica. Y añade que nunca sale de casa sin perfume: “Las fragancias evocan recuerdos. Alive huele como yo, pero elevada, me hace sentir segura, sofisticada y femenina, pero no resulta abrumadora”. En la campaña de la fragancia Roberts canta What’s Up, el himno grunge de los noventa creado por 4 Non Blondes. “Es un tema maravilloso, cuando escuchas los primeros acordes sabes ya qué canción es y quieres cantarla con tus amigos”, dice acurrucada en la butaca. Durante la sesión de fotos no ha parado de tararear melodías: “La música, sobre todo el country, es una parte muy importante de mi vida. Ahora he coescrito el tema Always and Forever para el disco de mi amiga Lily Kershaw. Me gustaría escribir letras más a menudo”. Con su enorme sonrisa revela que le encanta conducir con las ventanillas bajadas y el volumen a tope mientras entona canciones de Van Morrison (su banda favorita), Tyler Childers, Keith Urban, Kelsea Ballerini o Dolly Parton, un referente indudable. “¿Quién no ama a Dolly Parton? Ella es la mejor”.
*Estilismo: Paula Delgado. Maquillaje: Kate Lee (The Wall Group). Peluquería: Adir Abergel (SWA). Manicura: Denise Bourne (The Wall Group). Asistentes de fotografía: Tommy Blanco y Phillipe Alexander.