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Camas de las que no querrás moverte en San Valentín

Hotel ABaC Barcelona. A los pies del Tibidabo Barcelona se hace exuberante. Es allí donde podrás disfrutar de una habitación con todo lujo de detalles (incluyendo amenities de Hermès) en el hotel ABaC, con aires de casona catalana del siglo XIX. ¿Te imaginas dar un par de pasos hasta esta terraza rodeada de naturaleza? Te olvidarás de que te encuentras en la Ciudad Condal. Si os atrevéis a salir de la habitación, os estará esperando el spa Elemis; si por el contrario habéis reducido el mundo a esas cuatro paredes, siempre os quedará el efecto lluvia de la ducha...
Hotel Orfila, Madrid. En el corazón de la capital, hidromasaje, botellita de cava y desayuno en la cama. Con semejantes artimañas será imposible salir de la habitación del Hotel Orfila. Su pack romántico también incluye una cena en el restaurante 'El Jardín de Orfila' (cómo no, bebidas incluidas), pero entenderemos perfectamente si pasáis del plato principal y saltáis al postre.  
Hotel Bohemia Suites & Spa, Gran Canaria. La arquitecta del Hotel Bohemia Suites & Spa afirma que “El diseño es para sentirlo, no sólo para ser visto”. Ella ya ha hecho el 'trabajo visual' con unas estructuras que integran el paisaje de la Playa del Inglés en la propia habitación y con una decoración informal; ahora os toca a vosotros la parte sensorial...
Mas Les Cols, Girona. En este reducto de diseño y naturaleza se juega al engaño: las estructuras de cristal, los colores naturales, el juego de la luz y el agua... todo parece infinito ¿se os ocurre mejor lugar para perder el sentido en una noche romántica? Los pabellones de Les Cols mezclan la esencia payesa con una vanguardia que ha llevado esta propuesta hasta el mismísimo MoMA. Un consejo: solicitad el Picnit Dnoche.
Casa das janelas com vista, Lisboa. Pequeña, acogedora, urbanita... la cueva coqueta de Lisboa es este Bed & Breakfast situado en el centro de la ciudad. Entraréis en un ambiente familiar y distendido, donde cada habitación está decorada de una manera diferente, pero siempre vintage y un tanto retro. Apostamos por la fórmula lusa: la combinación de un buen vino portugués y una cama en una buhardilla lisboeta, es infalible.
New Hotel, Atenas. En este ordenado caos de piezas de coleccionista -trabajo de Dakis Joannou y de varios iconos del diseño brasileño-, sólo podréis conseguir el equilibrio entre las cuatro paredes de vuestra habitación... y a vuestra manera. Dormir en el New Hotel de Atenas es hacerlo en una obra de arte en sí mismo ¿alguien da más?
La Co(o)rniche, Pyla-sur-Mer. Relajarse gracias al sonido interminable de las olas, es uno de esos placeres sencillos pero que pocas veces llevamos a cabo. Quitaos la espinita en La Co(o)rniche, situada en la estación balnearia de la bahía de Arcachón y redecorada por el diseñador francés Philippe Stark. Son sólo 12 habitaciones, pero qué más da si os llegará con cuatro paredes... y estas impresionantes vistas. Desde luego que, por esta vez, os aconsejamos que abandonéis las sábanas.
Areias do Seixo, Póvoa de Penafirme-Lisboa. Si os decantáis por una escapada verde, Areias do Seixo es una muy buena opción. En el país luso han sabido combinar el romanticismo innato de la decoración de las habitaciones (¿os habéis fijado en el detalle con una conciencia ecológica total. ¿Qué os parece una cena marina que vosotros mismos podéis pescar esa misma tarde? Tras una buena cata de marisco, lo único que queda es disfrutar de este refugio de relax como queráis, pero siempre en esas camas que hacen que la noche parezca eterna.