B.S.O para el orgullo: las canciones más gays del pop español
Chicas con chicas, cantantes de gestos de ambiguos, diablos equívocos y reinas del glam. Canciones reivindicativas o de doble lectura. Himnos arcoíris y manifiestos a favor de la diferencia.
1. A quién le importa. Alaska & Dinarama.
Las diferentes mutaciones musicales de Alaska han dejado un significativo cancionero de obligatoria lectura gay. Quizás con el paso del tiempo A quién le importa sea el tema que ha acabado condensando mejor las virtudes hasta convertirse en himno Gay Pride (también puede servir para fin de fiesta de antiguos alumnos Escolapios) y tema imprescindible en toda lista top-ten de temática arcoíris.
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1. A quién le importa. Alaska & Dinarama.
Las diferentes mutaciones musicales de Alaska han dejado un significativo cancionero de obligatoria lectura gay. Quizás con el paso del tiempo A quién le importa sea el tema que ha acabado condensando mejor las virtudes hasta convertirse en himno Gay Pride (también puede servir para fin de fiesta de antiguos alumnos Escolapios) y tema imprescindible en toda lista top-ten de temática arcoíris.
2. Don Diablo. Miguel Bosé.
En plena coronación como ídolo pop-teenager, Miguel Bosé abrió de par en par su abanico de posibilidades estilísticas. A partir de ese momento no dejaría de cultivar su lado más audaz y ensancharía las fronteras de la ambigüedad escénica. El próximo paso sería encargarle una falda-pantalón al diseñador Francis Montesinos y disfrazarse de drag queen para Pedro Almodóvar.
3. Soy yo. Marta Sánchez.
Durante un tiempo las pistas de las discotecas gays de España no dejaron de repetir a modo de coro griego: “Soy yo, la que sigue así/ soy yo, te lo digo a ti / mírame y dime que es lo que ves…”. Por supuesto que el tema se acompañaba de una coreografía ejecutada en perfecto orden y alegre armonía sobre la dance floor.
4. Gran Ganga. Almodóvar & McNamara.
El director manchego y el artista inclasificable formaron la pareja gay-trash por excelencia de los años de la modernidad en tránsito democrático. El balance creativo, gracias al archivo YouTube, sigue teniendo después de más de treinta años su punto de desparpajo, cachondeo y necesaria incorrección.
5. Gracias por venir. Lina Morgan.
Que levante la mano el gay (y de paso el no gay también) que no ha dicho alguna vez en su vida aquello de “agradecida y emocionada, solamente puedo decir… ¡gracias por venir!“. Lina Morgan tendía un puente entre las plumas de la revista musical y la bola de luz giratoria de la discoteca de la noche sin fin.
6. Enamorado de la moda juvenil. Radio Futura.
Los protagonistas de La Movida hicieron suyos los nuevos y promiscuos tiempos que se avecinaban. La moda juvenil fue sin duda la seña de identidad más llamativa para afirmar cualquier diferencia y saltarse los códigos más ortodoxos. Los agudos de Santiago Auserón siguen igual de coloristas.
7. Lady Veneno. Massiel.
En unos tiempos en que el matrimonio gay resultaba tan remoto como la constelación Andrómeda, el auditorio gay, todavía en zona privada, aplaudía y hacía suya esta reivindicación del asesinato como una de las bellas artes para deshacerte de maridos incómodos.
8. Libérate. Rafael Conde El Titi.
La primera canción con llamada general a salida del armario que registra el cancionero español con el desembarco de la democracia. Vista por el retrovisor sigue llamando la atención ese mix de 'mariconeo folklórico' y reclamación de derechos gay.
9. La gata bajo la lluvia. Rocío Dúrcal.
Rocío Dúrcal siempre gozó del estatus de icono gay. Ya fuera como chica ye-ye o como diva de la canción. Quizás en esta balada dejó una de sus interpretaciones más sensibles y románticas. Y pocos pudieron resistirse a identificarse con esa gata bajo la lluvia quizás prima hermana de aquel 'gato' que Audrey Hepburn abandonaba en una callejón de Nueva York.
10. Per al meu amic. Joan Manuel Serrat.
Dedicarle una canción a tu amigo del alma enunciando como adjetivos afectivos que “es bueno, es dulce y es macho” huizo que más de uno y de una le quisiera buscar los tres pies al gato. Finalmente quedó como una de las creaciones más hermosas del cantante celebrando esa cosa que llamamos amistad. Y pobre de aquel que no la conozca.
11. Mujer contra mujer. Mecano.
Nadie le puede negar al trío musical su sensibilidad y olfato para captar el tiempo sociomusical que les tocó vivir. Aquí la voz infantil de Ana Torroja sacaba a la superficie una historia de amor entre dos mujeres que fue celebrada por todos los públicos quizás como un signo de que las cosas comenzaban tímidamente a cambiar en la sociedad española.
12. Que sabe nadie. Raphael.
El tándem Raphael, intérprete, Manuel Alejandro, compositor, han dejado un rastro de canciones del 'lado oscuro' que el cantante a lo largo de más de medio siglo ha iluminado sobre los escenarios. Cuando Raphael repite frases como “que sabe nadie lo que prefiero o no prefiero en el amor” dejaba abiertas todas las variables del juego amoroso y las suposiciones.
13. Remena nena. Guillermina Motta.
En plena efervescencia de la canción más comprometida antifranquista, Guillermina Motta se destapó con un conjunto de cuplés de la Barcelona alegre y frívola de los años veinte. La cantante se erigía en musa de la sensibilidad camp preconizada por la escritora Susan Sontag y el club gay-snob la fichaba como presidenta honorífica. Después el escritor Manuel Vázquez Montalbán le escribió aquello de “Yo es que en amores soy tan ligera, trato a los hombres como si fueran, ropa interior… de quita pon”.
14. Sin rencor. OBK.
El duo tecno-pop siempre ha gozado predicamento entre el auditorio gay y ellos tampoco se han escondido a la hora de hacer algunos guiños en sus videoclips. El celebrado director Juan Antonio Bayona puso su granito de arena y exuberancia visual en el clip musical de la canción en plena oleada de manifestaciones contra el matrimonio gay promovido por el gobierno socialista.
15. Mi amigo. Bambino.
Si sumamos un cantante heterodoxo como Bambino y un tema de la Copla con su punto de ambigüedad escrito a medias entre Rafael de León (letra) y Juan Solano (música), el resultado no puede ser más explosivo. Aunque la canción ha viajado en voces como las de Rocío Dúrcal – su primera destinataria- o Rocío Jurado, Bambino la hizo entrar en el cabaret de los placeres prohibidos.
16. Yo no soy esa. Mari Trini.
La canción fue recibida como vindicación feminista (pero sin cargar las tintas y necesidad de quemar los sujetadores) en la voz de una mujer que supo envolverse en un tono de misterio, look dama de la chanson y notas de ambigüedad sexual. Entre el colectivo lésbico se recibió como un himno aunque por las circunstancias, fue cantado en voz baja.
17. Sálvame. Bibi Andersen.
Cuando Bibiana Fernández todavía se llamaba con nombre de estrella nórdica y la España del destape iba viento en popa, se dejó tentar por la aventura discográfica en plena efervescencia de la disco gay-music. En Europa, Amanda Lear se paseaba con éxito con su voz de acento equívoco e imitadora de Marlene Dietrich. Bibi Andersen tuvo que conformarse con salir agarrada a un mástil en el programa Aplauso de TVE.
18. Maquíllate. Nancy Rubias.
Al grupo animado por Mario Vaquerizo siempre hay que agradecerle el cultivo de los fuegos fatuos y eternos del glam-rock. Vistos un poco en frío y distancia, hasta quedan ya con un cierto gusto vintage. Si Mecano no había pasado de un inocente make-up para fiesta infantil de la señorita Pepis, Nancy Rubias apuesta decididamente por el maquillaje como filosofía de vida para hombres y mujeres.
19. Quién puso más. Victor Manuel.
Desde el lado cantautor Victor Manuel incorporaba al argumentario musical esta historia de una pareja homosexual con final de trayecto sentimental después de treinta años de vida en común. A pesar de sus pocas pistas argumentales, la canción tenía su punto de novedad en el cancionero popular.
20. Tal como soy. Tino Casal.
Más allá de su imagen desmesurada (y a menudo de iconografía gusto kitsch) Tino Casal elevó el listón en el cancionero pop cada vez menos críptico y más abiertamente gay. Aunque su toque más espumoso quedó en temas como Embrujada o Champú de huevo, su autoconfesión en Tal como soy venció los corazones más pétreos e inconmovibles.
21. Mi vida privada. Carmen Flores.
“Pero porqué y porqué quieren saber de mi vida privada…” con un estribillo tan categórico es normal que este tema fuera adoptado a manera de himno en los primeros años de la Transición y el jubileo democrático. El lado oscuro de la fuerza daba paso al grito gozoso de las plataformas y las pelucas de fantasía.
22. Sobreviviré. Mónica Naranjo.
Mónica Naranjo echó mano de Mina y de aquel Fiume Azzurro que había inmortalizado la diva italiana para reconstruir la épica gay y el baile como arma de afirmación. Como otras divas, la Naranjo ha hecho frecuentemente de la desmesura, su principal valor estético, y el público gay se lo ha agradecido con toda clase de detalles y afectos.
23. Juntos. Paloma San Basilio.
Sin llegar a la categoría de himno de aquel Friends que cantaba Bette Midler como saludo de bienvenida entre el público gay, la canción ha acabado siendo asumida por el colectivo gay que ha hecho de ella un canto a la libertad y al amor sin barreras mucho antes que el matrimonio gay fuera santificado por las Cortes españolas.