Ana Santos: “El feminismo es una opción vital”
Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional de España, busca abrir la cultura a la sociedad.
«En casa nos regalaban siempre libros. Antes era todo muchísimo más austero y los esperábamos ansiosos: las series de Los Cinco, Los Siete Secretos, Torres de Malory… Hablaban de niños y niñas de mi edad, pero que vivían de otra manera». Así recuerda Ana Santos Aramburo (Zaragoza, 1957) el inicio de su amor por la lectura. Más adelante la macaron El barón rampante, de Italo Calvino, o Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. «Leer ayuda a sobrevivir en determinadas situaciones. Si pasas dificultades o te sientes solo, puedes encontrar una hi...
«En casa nos regalaban siempre libros. Antes era todo muchísimo más austero y los esperábamos ansiosos: las series de Los Cinco, Los Siete Secretos, Torres de Malory… Hablaban de niños y niñas de mi edad, pero que vivían de otra manera». Así recuerda Ana Santos Aramburo (Zaragoza, 1957) el inicio de su amor por la lectura. Más adelante la macaron El barón rampante, de Italo Calvino, o Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. «Leer ayuda a sobrevivir en determinadas situaciones. Si pasas dificultades o te sientes solo, puedes encontrar una historia que te dé consuelo o que te explique algunos porqués, que te invite a seguir adelante», analiza esta funcionaria de carrera, que formó parte de la primera promoción de las oposiciones de auxiliar de biblioteca, después trabajó en la Complutense y desde 2013 dirige la Biblioteca Nacional de España (BNE).
La figura del bibliotecario, sostiene, ha cambiado mucho: «Ahora es más cultural, está volcada en lo que la sociedad está demandando. Nuestro papel es de intermediación entre los contenidos digitales y la información que se busca de verdad; una labor pedagógica, formativa y de difusión». Cuando se celebra Sant Jordi y está cercana la Feria del Libro, surge una pregunta obligada: ¿ese auge de la tecnología podría acabar con la letra impresa? «El libro no va a desaparecer, y para ello el cuidado en la edición es clave. A mí ese placer que produce un libro en papel no me lo da uno digital», responde rotunda.
Asegura que su profesión ha sido un medio para convertirse en «mejor ser humano y apreciar el valor del conocimiento y la cultura, que hacen avanzar la sociedad». También le ha servido para descubrir y reivindicar. Junto a Clásicas y Modernas y la Fedepe, la BNE impulsó en 2016 la celebración cada octubre del Día de las Escritoras, con el que Santos ha conocido a autoras como Teresa de la Parra o Mercedes Cabello de Carbonera. «Es una manera de recordar a aquellas mujeres que no pudieron brillar como les correspondía», apunta mientras subraya que para ella «el feminismo es una opción vital». María Moliner es su ejemplo a seguir, «no solo como bibliotecaria, sino como una gran luchadora, comprometida y trabajadora». Y abrir su institución a los ciudadanos, su meta: «Debemos devolver a la sociedad el valor de lo que ahí se conserva, la historia de la cultura española del pensamiento y la creación desde hace más de 300 años» .