48 horas para descubrir el lado más sibarita de Lisboa
Hacemos un repaso a los lugares más especiales de la ciudad, muchos de ellos frecuentados por Madonna, una de las vips que se ha mudado a la cuidad lusa.
En la capital portuguesa todo empieza y acaba en los versos de Pessoa: “Despertar de la ciudad de Lisboa, más tarde que las otras,/ Despertar la Rua do Ouro/ Despertar el Rossio, a las puertas de los cafés/ Despertar/ Y en medio de todo la estación, que nunca duerme,/ Como un corazón que tiene que pulsar a través de la vigilia y del sueño”. ¿Qué fue de ese pesar del alma que uno sentía al callejear por su frágil decadencia? Lisboa se ha convertido en una de las capitales más deseadas del mundo en un momento en el que florece una escena cultural y culinaria destacable, y ¿por qué no decirlo?, e...
En la capital portuguesa todo empieza y acaba en los versos de Pessoa: “Despertar de la ciudad de Lisboa, más tarde que las otras,/ Despertar la Rua do Ouro/ Despertar el Rossio, a las puertas de los cafés/ Despertar/ Y en medio de todo la estación, que nunca duerme,/ Como un corazón que tiene que pulsar a través de la vigilia y del sueño”. ¿Qué fue de ese pesar del alma que uno sentía al callejear por su frágil decadencia? Lisboa se ha convertido en una de las capitales más deseadas del mundo en un momento en el que florece una escena cultural y culinaria destacable, y ¿por qué no decirlo?, en el nuevo paraíso de millonarios extranjeros, como Madonna, que han llegado para quedarse.
La cantante se ha convertido en el gran chismorreo de la ciudad. Todo el mundo pregunta por ella: “¿Pero alguien la ha visto por aquí? ¿Qué lugares frecuenta?” Se murmura en las cenas de mantel fino, mientras ella convierte hasta el fado del Bar Tejo (en el barrio de Alfama) en una fiesta. En su cuenta de Instagram está la prueba.
Pero vayamos por partes. Como Roma, Lisboa se levanta sobre siete colinas y sus eternos miradores donde la lluvia ligera humedece la vista hacia los tejados de la ciudad, sus tranvías, sus plazas y sus tabernas. En lo alto de la colina de Santa Catarina, colindando con el distrito de Chiado, descansa un palacio del siglo XVIII recientemente reconvertido en el hotel boutique Verride Palácio Santa Catarina. Las vistas sobre los tejados de la ciudad antigua hasta el río Tajo se convierten en la mejor compañía durante el desayuno o al caer la noche en la terraza de su Rooftop Bar. La arquitecta Teresa Nunes de Ponte y el interiorista Andrea Previ han convertido sus estancias, repartidas en 19 habitaciones, en una atmósfera de techos ornamentados, paredes de estuco original y azulejos del siglo XVIII. La ropa de cama de la firma portuguesa Celso de Lemos es difícil de olvidar.
En la capital portuguesa todos los caminos conducen hasta el barrio de Chiado, también conocido como el Montmartre de Lisboa. En sus callejuelas que desembocan en la rúa Garret se entremezclan pequeñas librerías, cafés, tiendas locales y otras de grandes firmas de lujo como Hermès, —que recientemente recogía la exposición itinerante de su colección Petit H— para el deleite de los lisboetas más refinados.
La tienda de guantes Lavaria Ulises, fundada en 1925, es otra de las paradas obligadas en el barrio de Chiado. Los interiores se integran con la fachada neoclásica original en la única tienda en Lisboa especializada en guantes. La piel es de una calidad exquisita, y alberga diseños desde los más sport a los más clásicos, adaptados a las exigencias de un público también joven. Es una suerte que en ciudades como Lisboa el ejercicio de la restauración de los espacios se haya llevado a cabo con la misma elegancia discreta que caracteriza a los lisboetas. Un buen ejemplo es A vida Portuguesa, una encantadora tienda en el número 11 de la rua Anchieta, que acumula en sus estanterías la cerámica de diseño y otros productos locales, hasta reediciones de libros antiguos para niños y adultos que son una auténtica delicia.
Y de Chiado al concurrido Barrio Alto que, a pesar de ser uno de los más turísticos de la ciudad, alberga una buena selección de restaurantes y tiendas de visita obligada. En los alrededores del Jardín Botánico, en el número 27 de la rua da escola politécnica, se encuentra el restaurante Pesca, que caba de abrir sus puertas y ya se ha colado dentro del itinerario de los gastronómicos más exigentes. Su cocinero Diogo Noronha pone en valor la riqueza de la gastronomía atlántica. Un espacio de diseño, con una generosa barra y terraza cubierta, donde se pueden degustar delicias atlánticas con el sello de una nueva cocina de autor.
Volviendo hacia las orillas del Tajo en dirección al Ponte 25 de Abril, se ubica LX Factory, una de las iniciativas más atractivas de la ciudad. En el interior de un complejo industrial histórico junto al puerto, se aglutinan unas antiguas naves reconvertidas en estudios de arquitectura, estudios de diseño, librerías, tiendas de joyería de diseño, restaurantes y cafés. La librería Ler Devagar es uno de los espacios más concurridos de este aglomerado industrial que respira un espíritu milénico entre el recuerdo de los grandes maestros de la literatura portuguesa.
La última parada, a pocos minutos de LX Factory, la reservamos para el restaurante Solar dos Nunes, en el barrio de Alcantara. La auténtica cocina portuguesa de mesa y mantel, producto autóctono y camareros de toda la vida. Y aquí sí que aseguran, locales y viandantes, haber visto a Madonna. Y como a Pessoa, a uno le entran ganas de quedarse para siempre.