No hay quien le trote a Givenchy
Riccardo Tisci galopa en solitario en la escena parisina y sus oscuros diseños de tintes equinos se desbocan de cara al invierno que viene.
Una de las mejores colecciones de Riccardo Tisci en Givenchy, sin contar las de Alta Costura, ha sido la de su Pre-Fall 2012: una mezcla entre Bettie Page y las amazonas francesas de los años setenta, temática que empezando por los pies (maravillosas son sus botas de montar con indisociable funda a las que solamente les faltan los salva estribos) recupera y radicaliza, rozando la perversión, para el otoño-invierno que viene.
El pelo, la piel de poni y el cuero son la materia prima con la que Tisci ahorma cazadoras, casacas, monos, abrigos y chaquetas dignas...
Una de las mejores colecciones de Riccardo Tisci en Givenchy, sin contar las de Alta Costura, ha sido la de su Pre-Fall 2012: una mezcla entre Bettie Page y las amazonas francesas de los años setenta, temática que empezando por los pies (maravillosas son sus botas de montar con indisociable funda a las que solamente les faltan los salva estribos) recupera y radicaliza, rozando la perversión, para el otoño-invierno que viene.
El pelo, la piel de poni y el cuero son la materia prima con la que Tisci ahorma cazadoras, casacas, monos, abrigos y chaquetas dignas de la más siniestra competición hípica.
Si sus pantalones son todos de silueta Jodhpur, sus vestidos son lujuriosos négligés rojos, naranjas o violáceos, que vienen plisados y adornados con encaje y pedrería
La caña marca de la casa en las botas de Givenchy
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