El ritmo no para chez Lanvin

Después de celebrar sus diez años en la casa, Alber Elbaz sigue dejándose la piel al frente de Lanvin.

Tras celebrar su décimo aniversario en marzo, el chorreo de hits no cesa chez Lanvin. Esa otra renovada casa de costura que junto a Dior, Balenciaga o Balmain, se resiste a morir de éxito. Con el blanco y el negro como conductores de la sofisticación y sus ya famosas asimetrías, drapeados, lazos, bodys -en este caso bañadores que se combinan con pantalones de talle bajo o faldas asimétricas- y hombreras como ingredientes base en su puchero de glamour, Alber Elbaz contrarresta el ornamento en algunos de sus diseños, sus cuellos, cinturas y ...

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Tras celebrar su décimo aniversario en marzo, el chorreo de hits no cesa chez Lanvin. Esa otra renovada casa de costura que junto a Dior, Balenciaga o Balmain, se resiste a morir de éxito. Con el blanco y el negro como conductores de la sofisticación y sus ya famosas asimetrías, drapeados, lazos, bodys -en este caso bañadores que se combinan con pantalones de talle bajo o faldas asimétricas- y hombreras como ingredientes base en su puchero de glamour, Alber Elbaz contrarresta el ornamento en algunos de sus diseños, sus cuellos, cinturas y muñecas metálicas, la sobremanipulación de esos tejidos que tan sutilmente repliega, con cortes limpios y colores joya.

El esmoquin es otra de las llaves de paso en sus días nocturnos. Para esta colección de Primavera/Verano 2013 lo deconstruye amputándole las mangas y concibiéndolo por mitades, lo transforma en bolero, lo rasga y lo corta, o lo convierte en vestido. 

BENOIT TESSIER (REUTERS / Cordon Press)

Los hombros estructurados son la nueva obsesión de Elbaz.

Cordon Press

BENOIT TESSIER (REUTERS / Cordon Press)

Ya no solamente sus vestidos tiene un aire clásico: el elemento grecorromano se instala de manera literal en sus estampados.

Cordon Press

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