YouTube como niñera: Nastya, la niña que ha ganado 25 millones de euros con vídeos infantiles básicos
Con problemas de salud al nacer, su padre comenzó a subir vídeos a Youtube para informar a sus familiares sobre sus progresos médicos. Siete años después, la niña ya es la mujer que más dinero genera de la plataforma.
Ella es una de las principales responsables de que Youtube sea considerada actualmente la niñera más popular –y pluriempleada– del planeta. Anastasia Radzinskaya, más conocida como Nastya, ha logrado que más de doscientos millones de suscriptores peguen sus jóvenes rostros a la pantalla con la misma devoción que sus padres desplegaban ante Barrio Sésamo. Con solo siete años, los vídeos protagonizados por esta niña de cabellos dorados y mirada angelical, que parece sacada de un catálogo de juguetes, la han convertido en la más exitosa de Youtube en todo el mundo. También en auténtico oro...
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Ella es una de las principales responsables de que Youtube sea considerada actualmente la niñera más popular –y pluriempleada– del planeta. Anastasia Radzinskaya, más conocida como Nastya, ha logrado que más de doscientos millones de suscriptores peguen sus jóvenes rostros a la pantalla con la misma devoción que sus padres desplegaban ante Barrio Sésamo. Con solo siete años, los vídeos protagonizados por esta niña de cabellos dorados y mirada angelical, que parece sacada de un catálogo de juguetes, la han convertido en la más exitosa de Youtube en todo el mundo. También en auténtico oro para las marcas que se pegan por contar con ella como embajadora, conformando un emporio empresarial destacado ahora por la revista Forbes. Según la publicación especializada, Nastya es la única mujer, y la más joven, en la lista de los diez youtubers que más dinero amasaron en 2021 en todo el mundo, con cerca de 25 millones de euros en ingresos. Una cifra superior a lo que se han embolsado en el mismo periodo estrellas de Hollywood como Brad Pitt, Jennifer Lawrence o Ryan Gosling, hurgando así en la brecha generacional, cada vez más profunda, sobre la naturaleza de los iconos del entretenimiento. Los niños youtubers de hoy son los Macaulay Culkin del pasado.
Aunque sus vídeos son traducidos y publicados hasta en siete idiomas diferentes, Like Nastya, como se denomina su canal principal en Youtube, podría ser el hijo digital de un programa infantil de bajo presupuesto de los años noventa. A veces acompañada por su padre y otras por su mejor amiga Evelyn, Nastya es la gran protagonista de unos vídeos de corte tradicional y espíritu educacional y recreativo. Aprender a dormir sola, cómo decorar cupcakes para Halloween o el descubrimiento de los cinco sentidos son algunas de las últimas publicaciones del canal. Historias cortas, episódicas, repletas de efectos de sonido y comedia física de gran simpleza –aquello de resbalar con la piel de una banana o el tartazo en la cara– que tan bien funciona entre los preescolares. Así lo corroboran los datos: el vídeo de una mundana visita al zoo en 2018 suma hoy 900 millones de visualizaciones solo en Youtube. Pero más allá de la monetización de cada visionado y el patrocinio de marcas como Lego, la fortuna de la joven también responde a la venta de los derechos de su catálogo antiguo, a la comercialización de una colección de NFT y al lanzamiento de su primera línea de juguetes, que llegará a las tiendas de todo el mundo a lo largo de esta próxima primavera.
Nastya apareció por primera vez en la lista de los youtubers mejor pagados en 2019, recaudando más de 16 millones de euros con cinco años. Aunque nació en la ciudad rusa de Krasnodar, la niña emigró a la cálida Florida junto a sus padres Yuri y Anna, responsables también del fenómeno digital en el que se ha convertido, cuando el éxito de esta se volvió global. Anastasya fue diagnosticada con parálisis cerebral al nacer y el germen del canal está en los vídeos que Yuri subía a Internet para informar a sus familiares y amigos sobre sus progresos médicos. “Nos dijeron que Nastya no caminaría ni hablaría. O el tratamiento y nuestro amor ayudaron, o los médicos se equivocaron en el diagnóstico”, confesó su madre en una entrevista, corroborando que su primogénita era una niña totalmente sana.
Nastya acude actualmente a un colegio privado de Miami, estudia chino y español como actividades extraescolares y en su tiempo libre acude a clases de canto, baile e interpretación. A falta de una legislación que, como en el cine o la televisión, regule el trabajo y la sobreexposición de los menores, Yuri declaró en Bloomberg que su hija solo graba cuando a ella le apetece –según él, solo en fines de semana– y que una gran parte de sus ingresos van destinados a una cuenta bancaria en la que ella es la única titular. “De verdad que todo depende de ella. Si se despierta mañana y dice que no quiere hacer ningún vídeo más, no lo haremos”.
En su cuenta de Instagram, la estrella de siete años posa delante de jets privados, documenta sus múltiples estancias en hoteles de lujo y presume de suscriptores, premios y Record Guinness sin ningún pudor. ¿Cómo saber entonces cuándo un niño se ha convertido en una herramienta al servicio de la ambición paternal? “Se instrumentaliza al menor cuando no se mira por su interés, sino por el de los padres, cuando se utiliza al niño para que los progenitores obtengan unos ingresos. En ese caso se les obliga a realizar determinadas actividades que para ellos ya no son un divertimento, sino un trabajo. Esto debe ser perseguido”, apuntó la abogada Ana Belén Spínola, especialista en derecho penal, familia y nuevas tecnologías, en el artículo El polémico negocio de los niños youtubers publicado en El País.
Nastya toma así el relevo de otros niños prodigio del entretenimiento como Shirley Temple, Tatum O’Neal o Macaulay Culkin, cambiando solo el tamaño de la pantalla en la que encandila a su público. A falta de saber si la adolescencia de Nastya será como la de cualquier otro niño o pasará a engrosar la larga lista de juguetes rotos de la cultura pop, lo cierto es que su éxito es sintomático del imparable auge del ocio digital de ámbito infantil.
En nuestro país, el crecimiento de Youtube entre los infantes no para de aumentar, siendo la aplicación más utilizada por los menores de 10 años. Como señala el informe publicado por Qustodio, plataforma concebida para el control paternal, un niño español dedicó este verano una media de 97 minutos al día al consumo de este tipo de vídeos, un 34% por ciento más que en mayo del mismo año. Y, aunque lejos de las cifras de la joven rusa, en nuestro país canales como Las Ratitas, protagonizado por las hermanas Gisele y Claudia, supera los 24 millones de suscriptores y cuenta con varios vídeos que sobrepasan los 200 millones de visionados. El potencial de la audiencia infantil parece tan ilimitado como el techo mediático y empresarial de Nastya.