9 fotos

Del ‘sin genéro’ al tul extremo que todo lo muestra: así es la nueva generación de lencería

Sin aros o costuras, reivindicar las braguitas de tu infancia o hacer del bóxer masculino tu prenda más íntima. Pequeñas marcas de autor y colecciones avanzadas asientan una nueva etapa para la ropa interior que camina entre dos extremos; desde piezas con ausencia de género que evitan destacar las partes sexualizadas hasta 'bodies' diseñados en tul casi invisible, que muestran el cuerpo de la mujer en todo su esplendor.

Talk under light. Con el objetivo de ofrecer un lado más amable de la lencería nació esta marca afincada en Barcelona, que consigue hacer de la ropa interior ese gesto cómodo y agradable con el comenzar el día. “Buscábamos poder conectar de nuevo a la persona con las prendas que viste. Dar el valor que tiene a todo su proceso, mimar cada paso y –por supuesto– mimar el entorno, ya que lo estábamos perjudicando”, explica Lara Quetglas, fundadora de la marca. Desde el algodón orgánico en tonos crudos, neutros y tierras avalado por el certificado OCCGUARANTEE® (que garantiza un compromiso exhaustivo con el medio ambiente y los agricultores) a las fornituras, tintes naturales o el patronaje, Talk under light persigue cuidar en todo momento el cuerpo de la persona y todo lo que la rodea. “Que la piel respire libre de tóxicos, que sea agradable al tacto y que quieras que esa prenda te acompañe en tu día a día” son aspectos inamovibles –explican– de un ideario hecho realidad en forma de cortes suaves, que nunca aprietan pero "que favorecen la silueta y que acompañan el cuerpo libremente”. El sujetador Mia, y las braguitas básicas son los ‘top’ ventas de la marca. El primero se adapta a diferentes volúmenes de contorno, ya que el doble tejido consigue sin aros ni estructuras rígidas adherirse por completo a nuestro pecho. La ligereza y ausencia de costuras de las barriguitas, por otro lado, evita las marcas en el cuerpo y se adaptan a la silueta femenina sin importar el volumen dentro de la misma talla.
Botica. Sutil, etérea, un poema sin palabras. Los diseños de la mexicana Andrea Pimentel hacen realidad esa máxima legendaria de la moda por convertirse en una segunda piel. Voluble y asentada en disciplinas cercanas como la danza, el erotismo o la poesía, su tejido ultra ligero parece acariciar nuestra piel hasta fundirse con ella, recuperando ese ritual del “vestir por dentro” –relatan en su web– como uno de los deleites más íntimos y eróticos de la mujer. ‘Powder’ es su colección inspirada en el deleite del tacto, a partir de colores empolvados sobre tul de seda confeccionado artesanalmente por mujeres. Lourdes Cabrera
Yasmine Eslami. La marca fetiche de lencería de las parisinas tiene nombre de mujer, en concreto, el de la estilista de la revista Purple. Fan de los tules en tonos acaramelados, la diseñadora lanzó su firma epónima en 2011 con una propuesta revolucionaria basada en diseños modernos a la par que sensuales que celebraban el cuerpo de la mujer dejándolo a la vista. Imitados hasta la saciedad, su uso del color ha dado la vuela al mundo con frescas composiciones en colores cítricos y pastel, así como encajas o estampados de mimosas.
Talk under light. Eso de que los boxers son cosa solo de chicos o que las mujeres deben vivir ligadas a un sujetador ha pasado a mejor vida. La colección Miguel de Talk under light se desprende de las imposiciones repetidas en cada género. Su culotte, inspirado en el clásico calzoncillo pero como una opción más neutra y minimalista que no destaque las partes sexualizadas de nuestro cuerpo, es un ejemplo. “Esta colección nace en un momento de pleno cambio y quiere hablar de igualdad, de conectar, compartir, colaborar y de ser todos uno”, explican su creadora Lara Quetglas. El body es otra de las prendas que deja de ser patrimonio único de la mujer. Su practicidad innata basada en el algodón orgánico insigne de la marca, se adapta cómodamente a cada persona pasando desapercibida: “Nos encantaría que el body pudiese ser un básico para cualquier persona, independientemente del sexo y de su edad, ya que nos parece una prenda maravillosa para el día a día”.
Poppy Undies. Cuenta Emily Labowe (Los Angeles, 1983) que a raíz de que su madre le enseñara a bordar un paño para guardar la matzá, el pan de la cocina judía, se desató en ella un amor hacia la artesanía textil que cada día va en aumento. La modelo y prescriptora de Instagram, aprendió a crear sus propios diseños con una especial predilección por esos bordados sobre ropa interior tan recurrentes en nuestra infancia. Así nació Poppy Undies, su marca de lencería con dibujos que ella misma traza a mano, cómoda y sin sacrificar la sensualidad inherente a este tipo de prendas. “El primer modelo que diseñé fue una pieza de estilo francés, de tiro alto y con una puntilla elástica en los ribetes. Me atraen mucho esos pequeños detalles que dan estilo a una pieza”, explica Labowe a S Moda. Sus modelos superventas Howdy y Orange Poppy Flower simbolizan los valores que la marca pretende transmitir, entre ellos, la aceptación, el amor propio y el espíritu de comunidad. “Para mí ha sido importante inculcar estos conceptos en las piezas que creo desde los inicios de la marca. La sostenibilidad es otro valor fundamental para la conciencia de Poppy Undies. Nuestras piezas se producen de manera sostenible y responsable en pequeños lotes de piezas limitadas y empaquetadas en materiales 100 % reciclables en Los Angeles”.Renée Parkhurst
Icone Lingerie. El effortless, ese concepto de elegancia fácil y sin esfuerzo que resulta inmensamente compleja de conseguir (y mantener), es el punto de partida de la marca de lencería Icone. Para conseguir esta proeza estética, la marca francesa recurre a un juego de transparencias y colores vibrantes, donde el precio tampoco suponga un esfuerzo para sus clientas. Farrah Fawcett, Kate Moss o nuestras madres, explican, son esas mujeres que tiene ese algo indecible y metafísico, palpable con solo mirarlas y que inspiran cada una de sus colecciones. Encajes, satén, bordados de flores y lunas o tramas lisas en algodón natural forman parte de una propuesta que no escatima en confort ni feminidad. En la imagen, braguita y sujetador Colette de su colección invierno 2021.Compra (24,90 euros)
Naked letters. Se anuncian como una marca de lencería hecha con amor y llena de fantasía desde Portugal, y motivos no les faltan. Fabricadas en delicado tul italiano, casi invisible, sus piezas recuerdan a las vestimentas de la danza y las túnicas grecorromanas, y acumula tanta belleza que reclaman mostrarse más allá de la intimidad. Además de su colección de ‘bras’, corsets y braguitas, los ‘bodysuits’ –tanto con espalda de bailarina como escote halter (en la imagen)– son, sin duda, la prenda estrella de la marca.
Poppy Undies. Esta evolución del calzón masculino hará que nos aventuremos a probar un código unisex en nuestra ropa interior. En dos formatos –uno clásico sin adornos, y otro con el dibujo de dos lenguas unidas diseñado en colaboración con su pareja, el músico Devendra Banhart– sobre algodón natural y cintura elástica, representan esa forma cómoda y gustosa de hacer de la ropa de interior casi un estilo de vida: “Me encanta la idea de crear prendas íntimas unisex. Me inspiré en los masculinos boxers porque paso la mayor parte del tiempo en mi casa con ellos puestos. Mi diseño tiene un fit muy cómodo, son súper suaves y transpirables. Me encantaría pensar que todas nuestras piezas puedan ser llevadas por todo el mundo”, revela su diseñadora Emily Labowe.
Sloggi Zero Feel. La línea más revolucionaria de la marca alemana Sloggi puso fin a las incómodas costuras que suelen dejar marcas y roces en la piel. Sin aros ni elásticos, son piezas fabricadas en tejido ultra suave basado en la tecnología de unión por micropuntos. Esta primavera, añaden a su catálogo el N Soft Bra, un sujetador adaptado a los escotes más marcados que se acompaña de colores tan apetecibles como el rosa limonada o el lila (precio 49,99 euros, próximamente en su web).

Sobre la firma

Archivado En