Selma Blair redefine el maquillaje con una firma para personas con esclerosis (o que necesiten utensilios fáciles de usar)
“He visto lo que el maquillaje puede hacer por tu estado anímico y a veces, eso lo es todo”, comenta la actriz Selma Blair a corazón abierto en una entrevista para Vogue. Lejos de ser una confesión de vanidad, la frase esconde una terrible realidad. Afectada por la esclerosis múltiple, había ido perdiendo movilidad, destreza y hasta agudeza visual. Maquillarse era una tare...
“He visto lo que el maquillaje puede hacer por tu estado anímico y a veces, eso lo es todo”, comenta la actriz Selma Blair a corazón abierto en una entrevista para Vogue. Lejos de ser una confesión de vanidad, la frase esconde una terrible realidad. Afectada por la esclerosis múltiple, había ido perdiendo movilidad, destreza y hasta agudeza visual. Maquillarse era una tarea rutinaria que, sencillamente, ya no podía hacer por sí misma.
Y se vino abajo. Renunciar al maquillaje era un peldaño más en una espiral de incapacidad creciente porque cada vez se movía peor. Se cortó el pelo porque el brazo ya no le daba para peinarse. Y se tiñó de rubio platino para disimular regiones con alopecia. Después de un tratamiento con células madre que ha logrado controlar su enfermedad, Selma siente que la vida le da una nueva oportunidad para reinventarse. Y se ha agarrado a ella.
El pasado mes se presentaba oficialmente como directora creativa de Guide Beauty , una línea de herramientas de maquillaje inclusivas fundada en 2020 por Terri Bryant. “Hay gente que no se maquilla porque no sabe, porque no tiene tiempo o porque no puede. Sean cuales sean sus motivos, quería que el hecho de maquillarse fuera fácil para tanta gente como fuera posible”, declara Bryant.
Cambiando las reglas del juego
“Mis herramientas de Guide Beauty han cambiado las reglas del juego”, explica Selma desde su cuenta de Instagram. Con gesto coqueto muestra cómo se usan las brochas ergonómicas, tanto con las sombras de su marca como con el iluminador Kendall x Kylie de Kylie Cosmetics. Incorporar una marca de la competencia posiblemente sea un guiño al clan Kardashian-Jenner movido por su buen rollo con la matriarca Kris, cuya vida llevó a la pantalla en el biopic sobre el caso O.J.Simpson).
Podría ser el enésimo vídeo de una famosa maquillándose ante la cámara del móvil. Pero para Blair es todo un hito. El hecho de aplicarse con sus propias manos un eyeliner con el Wand+Liner de Guide es todo un triunfo.“Soñaba con poder hacerme un efecto alado con el eyeliner (el clásico cat-eye). Hace unos años lo veía imposible. Estos productos están diseñados universalmente y para todos”, concluye la actriz.
Si puede hacerse sencillo, ¿por qué complicarlo?
La historia de Terri Bryant tiene muchos puntos en común con la de Selma. Maquilladora de profesión, tuvo que abandonar cuando los temblores de la mano y la pérdida del pulso a causa del Parkinson empezaron a impdirle sostener las brochas y paletas con suficiente destreza. Se dio cuenta entonces que algo tan fútil como el maquillaje se rige por las mismas reglas de la capacitación que el resto del mundo. Más aún, que esas herramientas las diseñan maquilladores pensando en ellos mismos cuando maquillan a otras personas. No se diseñan para aplicártelas tú misma. Y si no puedes sostenerlas, mala suerte, pero te has quedado fuera del juego.
Bryant entró entonces en el mundo del diseño universal, una corriente de diseño industrial que redibuja las siluetas de objetos cotidianos, como los peladores de fruta o las asas de los pucheros, para hacerlas fáciles de usar por todo el mundo. Sobre todo, por enfermos crónicos con dolencias que afectan a la motilidad fina, como la artritis reumatoide, la diabetes, pacientes con daños cerebrales, autismo o estrés crónico. Y decidió lanzar instrumentos de maquillaje que se pudieran asir y mover con suma facilidad.
Eyeliner fácil, sí, se puede
No hace falta tener una enfermedad neurodegenerativa para pensar que el eyeliner es un instrumento del averno imposible de manejar. Muchas hemos fracasado una y otra vez intentando clonar en casa el look de Taylor Swift. No es de extrañar que la estrella de la colección sea el aplicador Guide Wand, una especie de cucharilla hueca, con punta de silicona y mango ancho y ergonómico. Solo hay que mojar en el tarrito de eyeliner en crema prensada y aplicarlo sobre el párpado. “Es una herramienta tan fabulosa y tan obvia. Y ayuda a mucha gente a aplicarse el eyeliner”, comenta Blair.
Bryant reconoce que, gracias a este aplicador, muchas mujeres que antes ni se atrevían a trazarse una línea sobre el párpado móvil, ahora salen a la calle con los ojos perfectamente delineados. “Es tan fácil que te acabas retando. No solo a hacerlo más veces, sino a hacerlo cada vez mejor”, bromea. Es solo el principio de una colección que se define como maquillaje no excluyente.
Maquillaje inclusivo
Si podemos hacernos selfies gracias a ese pequeño agarrador que se pega a la parte trasera del móvil, ¿por qué no hacer algo similar con la máscara de pestañas o el cepillo de cejas? Un principio así de simple hace que un instrumento imposible de usar para muchas mujeres se convierta en una herramienta amigable. Así nacen algunos de los componentes de esta aún pequeña colección.
Guide Beauty se define como una marca inclusiva porque, a día de hoy, es de las pocas que se plantea que hay mujeres con la coquetería a tope, pero con dificultades motoras. “Mi sueño es que llegue el día en que no nos tengamos que presentar como una marca inclusiva de maquillaje. Que haya un cambio en la industria. Estamos ayudado a entender que cuando creas para las necesidades de todos, creas mejores productos, creas mejores personas. Y entonces ya no es necesario hablar de que eres inclusivo. Es solo un momento bello”, concluye Bryant.
Si diseñas para otras, escúchalas
Selma y Terri se conocieron por casualidad, cuando las presentó un amigo común. Aunque venían de campos muy distintos, la conexión fue instantánea. Intercambiaron frustraciones, sueños y ganas de cambiar el mundo. Pero lo suyo no es otra historia de dos visionarias que montan un start up con cositas de belleza. Antes de lanzar nada, escucharon a muchas usuarias. Mujeres anónimas, de todas las edades, para quienes poner sombra aquí, eyeliner allá cada mañana, era un trabajo titánico.
Buscaron a expertos en diseño ergonómico y se pusieron manos a la obra para cambiar el mundo. Porque hay otra forma de entender la belleza y otra forma de hacer cosmética de forma respetuosa con la usuaria y con el planeta. Así surgen instrumentos aptos para ser usados incluso por las alumnas menos diestras en el arte del smoked eye el contouring, las pestañas infinitas y el temible eyeliner. Algunas, con discapacidades. Otras, sencillamente, poco hábiles con todo el instrumental de belleza.
Y, por supuesto, con fórmulas veganas, cruelty free y libres de esos ingredientes con sospecha de toxicidad (la famosa clean beauty sin petrolatos, parabenos o phthalatos). La actriz que un día se convirtiera en icono por su mítico beso lésbico con Sarar Michelle Gellar en Cruel Intentions tiene una segunda vida. Y está dispuesta a cambiar el mundo, empezando por apostar por un maquillaje para todas las mujeres.