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«Que hablen los vestidos, no las palabras»: así es la exposición con la que el MET homenajea el prolífico trabajo de Karl Lagerfeld

Con un montaje de Tadao Ando y más de 150 piezas, "A line of beauty" se vertebra en torno a las muchas contradicciones a las que se enfrentaba el creador alemán a la hora de diseñar y de convertir sus bocetos en prendas

"No sé si él aprobaría esta exposición, siempre decía que la moda era cosa de la calle, no del museo",explica Andrew Bolton, comisario del Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York. "Pero era extremadamente generoso. Nos cedía todo lo que le pedíamos, y trabajamos coco con codo durante la exposición de Coco Chanel, de 2007", explica el comisario, "aunque una cosa era hablar de sus mentores y otra muy distinta hablar de sí mismo, no le gustaba detallar su trabajo". Por eso Bolton, al enfrentarse a quien, con permiso de Coco, es la figura más carismática de la moda del siglo XX, la que más titulares  (y polémicas) ha propiciado en torno a su figura, ha preferido "que hable el vestido, no las palabras" en una exposición que recoge más de 150 vestidos y otros tantos bocetos de Lagerfeld en sus más de 65 años de prolífica carrera, aunque la muestra dista de ser una restrocpetiva cronológica, sino una exploración teórica de las obsesiones que han recorrido su peculiar forma de diseñar.
Tan teórica que la narración y el título de la muestra parten del tratado que el artista William Hogarth escribió en 1973, 'La línea de la belleza', en el que defendía que las líneas serpenteantes reprsentaban la vida y el movimiento y las rectas lo riguroso, aburrido e inamimado. " Lagerfeld no habría estado de acuerdo con esa afirmación, pero sí es interesante ver cómo en su trabajo repsenta una tensión entre lo riguroso, lo minimalista y lo futurista y entre el historicismo y el barroco", cuenta Bolton.
El otro punto de partida de la muestra son los bocetos y su diálogo con la prenda real. "Lagerfeld veía en tres dimensiones. Si no fuera diseñador, habría sido ilustrador", narra Bolton, a quien le interesa "la traducción de aquellos dibujos a prendas materializadas". Por eso, una parte de la exposición está dedicada a sus principales jefas de taller . El documentalista especializado en moda Loïc Pingent ha entrevistado a algunas de sus 'manos derechas' en Fendi y Chanel para averiguar cómo era ese proceso de traducción del papel al tejido y hasta qué punto la mano y la máquina convergían a la hora de crear algunas de sus piezas más memorables.
Como ya hiciera Bolton en su última exposición monográfica, la dedicada a Comme des Garçons en 2017, el comisario ha querido dividir la muestra en pares de opuestos. La oposición recto/curvo da lugar, según él, " a las categorías masculino/femenino, futurista/historicista, rococó/clásico, figurativo/ abstracto o floral/geométrico, entre otras, cada sección alberga siete vestidos, el número favorito de Lagerfeld".
La muestra culmina con una sección dedicada a la 'línea satírica' que homenaje, en palabra de Bolton "a su mente abierta, casi única, consciente de la importancia de la construcción de su personaje". De las camisetas que llevan su efigie a los guantes que diseñó para Chanel con el nombre 'el pequeño guante negro' (en alusión al vestido negro de Coco) o sus incursiones en el súpermercado, en la era espacial o en el rock,"muestran que sus inspiraciones, de la música, al arte, la filosofíao la literatura, eran inabarcables".
Tadao Ando, uno de los arquitectos favoritos del diseñador, se ha encargado de las instalaciones. Se conocieron a finales de los noventa porque el diseñador le envió una carta expresando su admiración. Y juntos empezaron a pensar en una residencia y en un estudio en Biarritz (uno de los enclaves míticos de Cocoa Chanel) que finalmente no vio la luz. El arquitecto ha querido darcontinuidad a ese proyecto, que también hacía colisionar lo curvo y lo rectilíneo en esta exposición póstuma.
Vasijas griegas, arte austriaco del siglo XVIII, imágenes de Ccil Beaton, esculturas de Giacometti...un panel final recorre las muy eclécticas inspitaciones de Lagerfeld a la hora de crear sus colecciones, casi todas increíblemente mediaticas y, curiosamente, casi todas compuestas abase de infinitas capas culturales que a veces han pasado desapercibidas. Cuenta una de sus fieles amigas, Amanda harlech, en el catálogoc que acompaña a la exposición, que llegó a conocer realmente a karl cuan este le regaló su libro favorito,'El sentido de la belleza', del filósofo George Santayana: "Había una frase subrayada: 'nuestras ideas vienen de un contínuo vital y difuso y es muy difícil apresarlas antes de que se transformen en otras ideas u otros objetos".