Lily Collins: «Es impresionante la cantidad de gente que sigue pensando que soy Emily»
A pesar de que es medio norteamericana, medio inglesa, Lily Collins no tiene miedo a admitir que le debe muchísimo al país cuyo estilo de vida adora, Francia, y al buque insignia del lujo del que es embajadora, Cartier. Hablamos de esto con ella y, por supuesto, de la serie que la ha convertido en fenómeno global, ‘Emily en París’.
Desde que Lily Collins (Surrey, 1989) pasa largas temporadas en París, su sentido del estilo ha cambiado mucho: “Es cierto lo que dicen del gusto de las mujeres de esta ciudad. Es increíble. De ellas por ejemplo he aprendido cómo ponerme ropa oversize sin que parezca que me queda grande, cómo aprovechar al máximo las posibilidades de una pieza bien cortada o de qué manera ponerte unas zapatillas deportivas y que parezcan tan sofisticadas como unos estil...
Desde que Lily Collins (Surrey, 1989) pasa largas temporadas en París, su sentido del estilo ha cambiado mucho: “Es cierto lo que dicen del gusto de las mujeres de esta ciudad. Es increíble. De ellas por ejemplo he aprendido cómo ponerme ropa oversize sin que parezca que me queda grande, cómo aprovechar al máximo las posibilidades de una pieza bien cortada o de qué manera ponerte unas zapatillas deportivas y que parezcan tan sofisticadas como unos estiletos”, cuenta la actriz envuelta en una enorme gabardina ocre, sentada en un sillón de terciopelo verde del hotel parisino por excelencia, el Bristol. No es que para ella su fondo de armario no fuese importante antes.
Criada a caballo entre Londres y California, la protagonista de Emily en París cuenta que la última vez que regreso a Inglaterra y revisó su viejo armario se encontró con piezas increíbles de su adolescencia: “Por ejemplo, un vestido hecho entero con piezas de una cubertería, cuchillos y tenedores… La verdad es que me parecía mucho a Emily de niña, ¡no le tenía miedo a nada!”. Tampoco es que su relación con París sea nueva: una de sus interpretaciones más aclamadas fue la que realizó para la versión de 2018 de Los miserables, donde hacía de Fantine, una joven parisina a la que abandona un amante rico, dejándola sola con su hija pequeña (solo un año después del enorme éxito de Ojka, la película en la que trabajó a las órdenes de Bong Joonho). Mucho antes, en 2007, celebró su mayoría de edad en el baile de debutantes del Hotel Crillon, a donde acudió invitada por Chanel con un primoroso vestido blanco de la casa de la camelia, diseñado para ella. Aunque se enamoró irremediablemente de la ciudad cuando la primera temporada de Emily en París se convirtió en un auténtico fenómeno en medio de la pandemia: “Como la mayor parte del rodaje se había producido durante la etapa de restricciones por el covid no me di cuenta de lo enorme que se había hecho el fenómeno hasta que un día en el que Ashley y yo estábamos, con mascarillas y todo, paradas en medio de las Tullerías y se nos empezó a acercar gente: ‘¿Sois Emily y Mindy? Queremos invitaros a un café, llevaros a hacer una ruta, para que veáis que los parisinos no somos tan malos…”.
En la primera temporada de la serie había constantes alusiones a la diferencia cultural entre el carácter francés y el americano, y sin embargo, Collins dice que para ella no ha supuesto problema alguno adaptarse a la vida parisina: “Me gusta mucho que mientras en Estados Unidos vivimos para trabajar, aquí se trabaja para vivir. Para mí lo duro en realidad es tener tantas horas de diferencia horaria con California. Eso me hace difícil hablar con mis seres queridos y a veces me siento aislada, pero aparte de eso…”. Aparte de eso, la actriz explora la ciudad junto a su esposo, el director de cine Charlie McDowell, con el que se casó en 2021 y con quien tiene en común un padre célebre (el de ella, el músico Phil Collins; el de él, el legendario actor de La naranja mecánica, Malcolm McDowell): “Nos encanta descubrir tiendas y secretos en la zona del canal de Saint-Martin, que por supuesto no conocía antes de haberme venido aquí; también nos gusta muchísimo ir en moto: cuando vas metida en el coche es muy fácil acabar aislándote del mundo y sentirte en una burbuja, pero en una scooter te metes en la vida urbana y formas parte de ella”. Ambos aman Europa: nos lo confirma el propio McDowell en el cóctel que tuvo lugar después de nuestra entrevista, donde nos cuenta que está rodando una película en Finlandia y que ambos se turnan para visitarse el uno al otro. Hoy le ha tocado a él: es una ocasión importante para ella, que es imagen de Cartier desde hace dos años y en esta ocasión presenta su nuevo lanzamiento, el bolso Panthère Graphique mini. “Adoro que parece una joya con todos los valores de la casa: el cierre de pantera, esa cadena maravillosa… ¡Y yo soy muy maniática con las cadenas!”, dice sin soltarlo ni un momento.
¿Y ahora que su persona y su personaje cada vez están más cerca, tiene miedo a encasillarse en su papel? “La verdad que es impresionante hasta qué punto la gente cree que soy Emily. Me paran por la calle chicas que me cuentan que han hecho su maleta para venir a París pensando en qué se pondría ella o por ejemplo me piden que les haga rutas turísticas de shopping personalizadas”. Collins se ríe carcajadas: dice sentirse muy agradecida por el éxito y la acogida, pero también tiene muy claro qué debe hacer para no quedar atrapada en las garras de una sola personalidad que, además, no es la suya: “Mi compañera Kate Walsh ha participado en proyectos que han tenido un éxito similar, como por ejemplo Anatomía de Grey, y me ha dado muy buenos consejos. Que no tenga miedo a expresarme en contra si el personaje hace o dice algo que no me gusta, que aporte mis propias ideas y que le insufle yo la vida que quiera. Que lo sienta como algo de lo que soy dueña porque al fin y al cabo soy yo”.