Finales de junio. Y estamos hablando de los Oscar
¿Le pasará Anna Karenina la mano por la cara a El Gran Gatsby y Les Misérables? La maquinaria ya se ha puesto en marcha
Sólo hacía falta un tráiler lo suficientemente vistoso para que empezaran a moverse las ruedecillas. Las del aparatoso, al final siempre cansino pero inevitable engranaje de la Temporada de los Oscar. Sí, los premios se conceden a finales de febrero; las nominaciones no se conocen hasta enero y las películas que acabarán optando a las categorías importantes no se estrenarán hasta noviembre o diciembre. Pero para los medios nunca es pronto para arrancar la especulación.
Cuando la semana pasada se estrenó el tráiler de la nueva versión de Anna Karenina, de Joe Wr...
Sólo hacía falta un tráiler lo suficientemente vistoso para que empezaran a moverse las ruedecillas. Las del aparatoso, al final siempre cansino pero inevitable engranaje de la Temporada de los Oscar. Sí, los premios se conceden a finales de febrero; las nominaciones no se conocen hasta enero y las películas que acabarán optando a las categorías importantes no se estrenarán hasta noviembre o diciembre. Pero para los medios nunca es pronto para arrancar la especulación.
Cuando la semana pasada se estrenó el tráiler de la nueva versión de Anna Karenina, de Joe Wright, con Keira Knightley, Jude Law y Aaron Johnson como el triángulo protagonista, la dimensión del filme, el hecho de que se tratara de un clásico literario y lo suntuoso de la adaptación se alinearon en una combinación perfecta: aquello olía a Oscar. The Week tituló “¿Es este el billete de ida de Keira Knightley para los Oscar?” Y claro, qué son los Oscar sino una contienda. se preguntaban “¿podrá batir Anna Karenina a Les Misérables?”. En Slate también han prefigurado ya un escenario de batalla cinematográfica entre dramas de época y apuntan a que la adaptación de Tolstoi se batirá el cobre con El Gran Gatsby, visto por Baz Luhrman, The Master, de Paul Thomas Anderson, y Django desencadenado, de Tarantino.
Así que, cuando apenas ha arrancado el verano, se da por oficialmente inaugurada la temporada de especulación sobre los Oscar. De hecho, muchos blogs ya publicaron sus predicciones para los Oscar de 2013 una semana después de que se entregaran los de 2012, cuando aún no habían acabado de enrollar la alfombra del Kodak Thater, como quien dice. La web Lord of the Films ha actualizado las suyas y también incluye a Knightley, que trabaja por tercera vez con Wright en un drama de época, entre sus favoritas, así como a Jude Law en el papel de Alexei Karenin, compitiendo sobre todo con los actores de Lincoln (el biopic con Daniel Day Lewis de protagonista), Trouble with the curve, dirigida y protagonizada por Clint Eastwood y Hyde Park on Hudson, con Bill Murray en el papel de Franklin Delano Roosevelt. Ésta última tiene elementos que recuerdan a El discurso del Rey, lo que intensifica el aroma a Oscar. El blog Oscar Countdown (cuenta atrás hacia los Oscar), que dedica todo el año al ruido y los rumores de Oscar, juega más o menos con las mismas candidatas, y a algunas opciones al próximo Batman; The dark night also rises y a la tragicomedia The sessions, la historia de un enfermo atado a un pulmón de hierro que quiere perder la virginidad y contacta a una prostituta con la ayuda de su sacerdote. Todo muy oscarizable, en efecto, si se tiene en cuenta el factor discapacidad y un reparto que incluye a Helen Hunt y William H. Macy.
Que nadie haya visto estas películas y que algunas de ellas ni siquiera tengan tráiler oficial no impide que se las coloque ya como favoritas.
Pero las películas que más ruido generan en la pre-pre-temporada de los Oscar no siempre son las que se acaban llevando el gato al agua. El año pasado se daban por hechas nominaciones que no acabaron produciéndose, por las interpretaciones de Kirsten Dunst en Melancholia, Ryan Gosling en Drive y Michael Fassbender en Shame. Y, a estas alturas del año pasado, casi nadie hubiese apostado por un triunfo tan completo de The Artist Los blogs y los cinéfilos podrán especular, pero al final es Harvey Weinstein, el poderoso productor y distribuidor, quien dispone.