97 fotos

Dior recupera los grandes desfiles con una monumental puesta en escena en Atenas

La presentación de la colección crucero de Maria Grazia Chiuri, en la sede de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, devuelve el público y la espectacularidad a la moda.

A pocas semanas de que comiencen los Juegos Olímpicos de Tokio, Dior ha viajado al corazón olímpico, al estadio Panatenaico de Atenas, para presentar su colección Crucero 2022, la noche del jueves. Se trataba del primer gran desfile desde que comenzó la pandemia, el primero en mucho tiempo con público, y se ha convertido en toda una llamada al optimismo como ya hiciera el propio Christian Dior en 1947, tras la Segunda Guerra Mundial. Si el couturier ofreció al mundo el New Look, una fantasía de excesos tras las restricciones de la contienda, Maria Grazia Chiuri, la actual directora creativa de la casa, ha apostado por una comodidad que no renuncia al dramatismo.   Precisamente una sesión de fotos en el Partenón en 1951, con aquella silueta que marcó una década, es la chispa que dispara esta nueva colección en tono contemporáneo, que juega con el legado griego sin caer en la nostalgia. Alusiones al mundo del deporte conjugadas con lo helénico. ¿Su inspiración? La vida y el trabajo de Alexandre Iolas, un bailarín que se convirtió en coleccionista de arte y al que la italiana descubrió en una exposición de Francesco Vezzoli en Milán el año pasado, La Casa Iolas.    Entre los artistas que Iolas coleccionó estaba el pintor Giorgio de Chirico, nacido en Grecia y con fuertes vínculos con Italia. La obra del pionero surrealista se convirtió en referencia para Chiuri y ha impregnado la monumental puesta en escena en el estadio donde nacieron los Juegos Olímpicos modernos en 1896. Mientras las modelos recorrían la pista de atletismo sonaba la orquesta sinfónica de Atenas y la voz de la artista Ioanna Gika, creando una atmósfera que recogía también el espíritu de las fotografías de Herbert List en Grecia en los años treinta.   En la cuna de la civilización no han faltado las referencias a mitos universales, en especial a Antígona. La túnica griega, el péplum, fue objeto de una exposición en el Met en 2003 titulada Goddess, y ha estado presente en el trabajo de Chiuri desde su llegada a la maison; aquí se fusiona con elementos en clave deportiva. Los plisados y drapeados se llevan sobre camisetas técnicas, con capuchas y, por supuesto, deportivas. Entre Atenea y la futbolista Megan Rapinoe. Tampoco han faltado clásicos de la casa como la chaqueta Bar y favoritos de la diseñadora como las joyas corporales o los grafismos.   En este punto actual de la pandemia el mundo quiere volver a vestirse y disfrutar, pero sin renunciar a la funcionalidad. ¿El final? Tras una docena de vestidos de diosa y una novia inspirada en la Odette de El lago de los Cisnes (que ha provocado comparaciones con Bjork en 2001 en los Oscar), varios minutos de fuegos artificiales. Se trataba de recuperar la ilusión, la ocasión lo merecía.Ria Mort / cortesía de dior
Las imágenes de las prendas de alta costura de la maison en 1951 en Atenas son el punto de partida de la colección.Jean-Pierre Pedrazzini / Paris-Match / Scoop / Cortesía de Dior
El estadio griego en el que nacieron los Juegos Olímpicos modernos ha acogido el desfile.GEORGE MESSARITAKIS / cortesía de dior
El maquillaje, completamente natural, de Peter Philips, incluyó un detalle preciosista: dos aplicaciones en forma de perlas en el ojo.getty images
Los fuegos artificiales acompañaron al carrusel final del desfile.getty images
El desfile se abrió al público, pero ante unos pocos invitados. No faltaron Cara Delevingne, Anya Taylor-Joy o Suki Waterhouse (en la imagen) o Beatrice Borromeo, Pierre Casiraghi o Catherine Deneuve.getty images
Todas las imágenes del desfile.