Carolina Yuste: «Los veganos sentimos mucha incomprensión»

Carolina Yuste con vestido de DUARTE.Ximena Garrigues y Sergio Moya

Carolina Yuste (Badajoz, 1991) estrena este 23 de julio El Cover, la ópera prima de Secun De la Rosa en la dirección, en la que interpreta a una chica que se gana la vida imitando a Amy Winehouse por los bares de Benidorm. Yuste, ganadora del Goya a mejor actriz de reparto en 2019 por Carmen y Lola, es pura energía y no rehuye ningún tipo de pregunta. Charlamos con ella en una tarde calurosa de verano en Madrid.

En su último trabajo en El Cover interpreta a una imitadora de Amy Winehouse. ¿Cómo se preparó para ponerse en su piel?

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Carolina Yuste (Badajoz, 1991) estrena este 23 de julio El Cover, la ópera prima de Secun De la Rosa en la dirección, en la que interpreta a una chica que se gana la vida imitando a Amy Winehouse por los bares de Benidorm. Yuste, ganadora del Goya a mejor actriz de reparto en 2019 por Carmen y Lola, es pura energía y no rehuye ningún tipo de pregunta. Charlamos con ella en una tarde calurosa de verano en Madrid.

En su último trabajo en El Cover interpreta a una imitadora de Amy Winehouse. ¿Cómo se preparó para ponerse en su piel?

Para mí lo principal fue intentar alejarme de la imagen destroyer [destructiva] que se creó sobre ella. Yo quería encontrar la parte vulnerable, tremendamente sensible y con una mirada mucho más tierna. Yo, que he sido fan de Amy desde que tengo uso de razón, no quería imitarla sino entender desde qué lugar se movía, miraba, hablaba… Tanto el director, Secun De la Rosa, como el equipo de estilismo también me ayudaron mucho para ponerme en su piel.

¿Recuerda el día de su muerte?

Sí el 23 de julio, justo el día que estrenamos El Cover. Lo recuerdo como una hostia muy heavy y decirme a mí misma: «No puede ser». Amy fue una persona que estuvo fatal rodeada, que la hirieron muchísimo y que nadie la cuidó. Ella intentó salir, cuidarse, pero no se pudo librar de la gente que quería aprovecharse de ella. Siempre me ha impresionado ver las imágenes de sus conciertos cuando ya estaba muy mal y por detrás todo el mundo como si no pasase nada. Ya sabes, The show must go on… [el espectáculo debe continuar] No tuvo a nadie que la cogiera de la mano.

¿Cuándo comenzó a ser vegana?

Yo empecé siendo vegetariana hace ocho años. Desde pequeña había cosas que no quería comer y cuando me hice mayor supe que no tenía por qué comerlas. Ahora soy vegana. Ser vegana es una ideología. No tiene solo que ver con lo que comes, con tu alimentación… es educarte y analizar que la industria cárnica y pesquera son de las industrias más contaminantes del planeta. Yo creo que en el mundo que vivimos no necesitamos ir al supermercado a comprar carne. De qué nos sirve tomarnos un refresco sin una pajita si luego tenemos una industria cárnica tan contaminante. No puedo concebir que si estamos de verdad en la lucha contra el cambio climático apoyemos este tipo de alimentación. Por otro lado está todo el maltrato animal, que es terrible.

¿Los veganos os sentís incomprendidos?

Totalmente. Todo el rato. Por supuesto que hay incomprensión. Pero creo que sé por qué es y por qué molesta tanto a alguna gente. Yo siempre soy la vegana en todas partes y tengo que aguantar el comentario de: «Tú, como extremeña, ¿cómo puede ser que no comas jamón?» Soy completamente consciente de lo que es un buen jamón y creo que mi veganismo es una amenaza a la gente que nos tacha de tarados… Creo que mi decisión les hace replantearse que igual su decisión nos está perjudicando a todos. Yo noto mucha justificación con todo esto porque en algún lugar de su interior saben que ahora mismo, con este desastre climático, no es el momento de consumir productos animales ni para alimentarnos ni para vestirnos. Tiene que haber una transición en la industria alimentaria como la está habiendo con la energética.

Tengo entendido que en mitad del rodaje de El Cover les pilló el anuncio del estado de alarma.

Parecía que iba a llegar el Apocalipsis, estábamos rodando en Benidorm, y el rodaje se paró en seco. Tuvimos una gran sensación de incredulidad. No sabíamos si íbamos a poder terminar la peli.

¿Aprovechó el confinamiento para hacer algo que no puede hacer normalmente?

Me quité el móvil y cogí un teléfono de estos antiguos de Nokia sin redes sociales y sin internet. Entraba solo de vez en cuando en el ordenador, pero claro con este tipo de teléfono entras mucho menos y puedes desconectar. Yo sabía que no quería exceso de información, vivo sola y no quería estar constantemente con una máquina en las manos.

¿Ustedes las actrices sienten presión por tener su Instagram o Twitter actualizado?

Mi sensación es que es una obligación impuesta por nosotras mismas. Nadie te dice a las claras necesitas un Instagram, pero en el subtexto se dice que ahí se mueven las cosas. Yo sinceramente no creo demasiado en esto. Hay un montón de actores sin Instagram que no paran de trabajar, pero a nuestra generación nos han dicho que es la manera de acceder. Es verdad que yo sé de proyectos que sí se miran los seguidores para coger a un actor o actriz. Pero yo ahí estoy muy tranquila porque esos son los proyectos en los que no quiero estar. Si mi valía para tu proyecto son mis seguidores quizá ya no me interesa la historia que quieras contar a nivel humano o ideológico. También es verdad que son muy útiles para promocionar las películas, pero las redes están hechas para engancharte, la gente que creó esto es muy lista y las crearon precisamente para que te enganches como si fuera una droga.

Ha estado en Málaga presentado la película, ¿echaba de menos las alfombras rojas?

No las he echado mucho de menos, pero sí a todo el mundo que trabaja en ellas: peluqueros, maquilladores, estilistas, fotógrafos…, y la verdad ver a la gente vestida de gala en el sofá de su casa en la temporada de premios fue una tristeza. Lo que sí pienso es que deberíamos aprovechar para jugar más, para romper más los cánones. No llevar siempre el mismo tipo de vestido, el mismo tipo de tacón. Es eso lo que me cansa…

Su discurso en 2019 al ganar el Goya por Carmen y Lola fue muy reivindicativo y feminista. ¿Hemos mejorado algo desde entonces?

Yo creo que las cosas sí van mejorando. En los últimos años se está premiando mucho el trabajo de mujeres. Estamos más presentes. No está del todo conseguido, pero hay una gran diferencia de hace unos años a ahora. Ya es un avance que todo esto esté en la conversación y que cuando se vaya a hacer una peli de mujeres el equipo sepa que necesita mujeres.

¿Ha sentido que Carmen y Lola, la historia de amor de dos mujeres gitanas, se ha convertido en un referente para las lesbianas españolas?

Que mi primera peli fuese esa fue increíble porque me ha marcado la dirección de las cosas que me llenan. Muchas chicas se me acercaron en el Orgullo Crítico para decirme que les había marcado mucho la historia. Además del Goya, el mayor premio es el reconocimiento como referente para todas esas chavalas. Esto responde también a la pregunta de por qué me dedico a esto.

¿Si en feminismo avanzamos, vamos para atrás en cuestiones de homofobia? [Esta entrevista se realizó antes del asesinato de Samuel Luiz]

Me preocupa muchísimo el aumento de las agresiones homófobas y los discursos de odio. Creo que a estas personas y estos partidos políticos hay que dejar de hacerles caso. Hay que dejar de ponerles el micro porque mira nosotros, la gente de bien, la gente que quiere una sociedad más justa, somos más. Los discursos de odio se caen tan rápido y tienen las patas tan cortas que es mejor no hacerles caso. La sociedad tiene evolucionar y tiene que ser para bien.

En la vida, ¿todo es política?

Todo es política. No creo en el punto de vista neutro. Lo neutro es un punto de vista en sí mismo.

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