Bálsamo de tigre, el remedio asiático al que recurren David Beckham o Lady Gaga cuando tienen dolor
Este ungüento importado de la medicina tradicional china se ha ganado una legión de fans por sus efectos calmantes.
Cuando era pequeña y tenía dolor de espalda, mi madre sacaba del armario un ungüento que venía en un tarro hexagonal que frotaba sobre los músculos cargados. No sé qué me gustaba más de ese ritual, si la estética exótica del producto o el rato que compartíamos mi madre y yo mientras ella me masajeaba y un olor a mentol impregnaba la habitación. Hoy sigo recurriendo a esta potente pomada aromática cuando una contracción muscular acecha. También cuando tengo congestión nasal o tos. Incluso calmo las picaduras de los mosquitos con un poco de esta sustancia pegajosa. Sirve para casi todo. Por algo...
Cuando era pequeña y tenía dolor de espalda, mi madre sacaba del armario un ungüento que venía en un tarro hexagonal que frotaba sobre los músculos cargados. No sé qué me gustaba más de ese ritual, si la estética exótica del producto o el rato que compartíamos mi madre y yo mientras ella me masajeaba y un olor a mentol impregnaba la habitación. Hoy sigo recurriendo a esta potente pomada aromática cuando una contracción muscular acecha. También cuando tengo congestión nasal o tos. Incluso calmo las picaduras de los mosquitos con un poco de esta sustancia pegajosa. Sirve para casi todo. Por algo este multiusos ha pasado de generación en generación.
La historia de este remedio para el dolor se remonta la década de 1870, cuando su creador, Aw Chu Kin, dejó su trabajo como herborista en la corte del Emperador chino para fundar su propia tienda de medicamentos en Rangún (Birmania). A base de combinar aceites esenciales y sustancias naturales dio con este ungüento que se hizo famoso por su efectividad aliviando todo tipo de molestias.
Cuando Aw Chu Kin murió en 1908, sus dos hijos comenzaron a exportar la pomada a países vecinos como Malasia, Hong Kong, Indonesia y varias ciudades de China con el nombre Tiger Balm. Hoy este producto lo fabrica la farmacéutica Haw Par HealthCare y se vende en más de cien países. Su éxito está arraigado a la lista de dolencias que se pueden aliviar gracias a su fórmula. Además de las ya mencionadas sobrecargas musculares, la tos, la congestión y las dificultades para respirar, este ungüento se usa para paliar contracturas, calambres, reumatismos, artritis, para paliar los dolores lumbares, para los masajes deportivos e incluso para reducir la piel de naranja.
¿Cómo lo hace? Ninguno de los componentes de su formulación proviene del animal que le da nombre y que hace alusión a que uno de los dos hijos del creador se llamaba Tigre Gentil. “Este ungüento importado de la medicina tradicional china es una pasta semisólida compuesta únicamente por sustancias grasas. No lleva agua y es oclusivo, es decir, forma una película sobre la piel que no se evapora y hace que la penetración de los activos sea muy alta”, explica Raquel Abaurre, al frente de Labrador Farmacia. Como base lleva alcanfor, que como detalla la farmacéutica, “es una sustancia que produce vasodilatación y, por lo tanto, aumenta el flujo sanguíneo de la temperatura en la zona donde se aplica. Este efecto calor desencadena una sensación de analgesia y bienestar”. También lleva mentol, “de efecto antiséptico, antiinflamatorio, analgésico local y descongestionante nasal. Su aplicación produce un efecto frío que lleva a la analgesia”. E incluye clavo, cajeput y aceites esenciales, “que para las pieles sensibles pueden desencadenar reacciones alérgicas”, advierte.
La fama de la marca fue gradual. En sus inicios fueron los hijos del fundador los encargados de darla a conocer repartiendo muestras gratis con un carrito y pidiendo comentarios a los usuarios para perfeccionar la fórmula con las aportaciones recibidas. Y si bien todos en China, Tailandia y Malasia conocían el bálsamo de tigre, tardó algo más en asentarse en el mundo occidental. No fue hasta que la compañía Haw Par Corporation solicitó la ayuda de jugadores de fútbol profesional norteamericano para promover la marca. En su campaña de marketing también lanzó productos especiales para dolencias deportivas, como parches que se pueden aplicar en áreas específicas y un Bálsamo de Tigre para la zona del cuello y los hombros. Y para crear una imagen más comercial se cambió la imagen del producto, que pasó de ser un animal en reposo a la de un tigre saltando, haciendo hincapié en que es un bálsamo para las persona activas.
La marca (y su contenido) funciona. Lady Gaga describió a Tiger Balm como un «imprescindible» detrás del escenario en Twitter, el portal de la salud y bienestar Goop que tiene a Gwyneth Paltrow detrás lo describe como un «bálsamo tópico que lo cura todo para los dolores y molestias musculares». E incluso David Beckham asegura que su madre se lo dio para que se lo frotara en las sienes cuando tenía dolor de cabeza.
El Bálsamo de Tigre ha trascendido de las antiguas cortes de los emperadores chinos para ser lo que es en la actualidad, un eficaz producto con poderes curativos. Su fama mundial se ha popularizado en parte gracias a Amazon, su punto de venta más internacional. En la plataforma se pueden adquirir las diferentes versiones del remedio de origen asiático. Un total de 3.880 usuarios han concedido una nota media de 4,5 sobre 5 a este ungüento que encabeza la lista de los más vendidos en la categoría Cuidados post-depilación y afeitado. “Llevo años utilizando este producto. Es fantástico, nunca me falta y cuando me voy de viaje me lo llevo. Me sorprenden los comentarios negativos, pretenden que lo que no puede hacer un potente antiinflamatorio lo haga esta crema natural. Deberían de comprender que no es un producto milagroso. A mí me alivia y mucho (tengo hernias). También estoy un poco tocada de pulmones y me va fantástico para respirar mejor. Por si fuera poco, vivo en el campo y el Bálsamo Tigre es mi mejor aliado contra las picaduras de mosquito, tanto en plan preventivo como para aliviar cuando ya me han picado. En fin, es fantástico para ser un producto natural”, escribe una usuaria.
Hoy se ofrece en tres versiones. “El rojo es el más famoso y original y se utiliza fundamentalmente como analgésico para dolores musculares, artrosis, reúma, artritis y para calentar los músculos antes del deporte y después para relajarlos. El blanco está pensado para tratar dolores tipo cefalea y migrañas, para calmar el picor tras las picaduras de insectos y como descongestionante nasal. Y el verde se usa como drenante y para la celulitis”, tal como explica la farmacéutica Abaurre: que advierte la importancia de lavarse las manos después de su uso “y evitar así que los ojos lloren por el picor”.